Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Una familia, un hogar

La doctora Tania Pentón Valdés, jefa de Asistencia Social, Adulto Mayor, Discapacidad, Salud Mental y Adicciones de la Dirección Provincial de Salud de La Habana, informó que las personas con conductas deambulantes, como uno de los grupos vulnerables del país, reciben especial cuidado ante la pandemia

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

En el actual contexto —signado por la propagación de la COVID-19—, los Centros de Protección Social mantienen sus normas de atención para quienes, con conductas deambulantes, pueden presentar patologías siquiátricas o biológicas, o ambas, y que carecen de apoyo familiar. Ello es resultado de la política gubernamental cubana que no deja a nadie desamparado.

La doctora Tania Pentón Valdés, jefa de Asistencia Social, Adulto Mayor, Discapacidad, Salud Mental y Adicciones de la Dirección Provincial de Salud de La Habana, afirma que en cada una de las instituciones de este tipo a nivel nacional se han seguido los protocolos de actuación con elevado estándar científico, establecidos para el enfrentamiento a la pandemia, con el objetivo de garantizar la atención que requieren estas personas.

«Mantenemos el sistema de recogida de las personas con conducta deambulantes —uno de los grupos vulnerables del país—, pues les ofrecemos en los centros las condiciones para que permanezcan fuera de riesgo de contagio del nuevo coronavirus», detalló la también especialista en Siquiatría Infanto-Juvenil.

«En el caso de la capital, luego de presentarse el evento de transmisión local en el Centro de Protección Social ubicado en Las Guásimas, a partir del cual enfermaron 97 residentes y fallecieron tres, procedimos a dividir a esta población en diferentes unidades de alojamiento para respetar las normas de distanciamiento físico.

«Afortunadamente el índice de permanencia en los centros es el nunca visto. Aunque les aseguramos sus condiciones de vida, muchos se marchaban a las calles nuevamente, pues el principio de voluntariedad es respetado. Sin embargo, en estos tiempos han aceptado que como comunidad protegida que son, están en el mejor lugar en el que puedan estar», dijo.

En La Habana, acota la especialista, residen 244 personas en esta condición, la mayoría de los cuales son hombres. «Cuentan con un consultorio de alta resolutividad como primer nivel de atención médica y sus padecimientos crónicos o eventuales son prioridad. No cuestionamos los motivos por los cuales su vida se caracteriza por la soledad, el abandono, el vagabundeo… Sencillamente les ofrecemos un hogar».

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.