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MADRID.— Unos 2 500 intelectuales de América Latina y Europa sumaron su respaldo a la campaña América Latina no se calla, en defensa de la soberanía de esa región, un apoyo que crece con ritmo sostenido, constante.
Entre las nuevas adhesiones figuran las del poeta brasileño Thiago de Mello, la escritora y periodista Stella Calloni, el cantante Piero y el abogado Beinusz Szmukler, de Argentina; el paraguayo Martín Almada y el académico español Carlos Fernández Liria.
Difundido el 15 de noviembre, el texto critica la postura del rey Juan Carlos, de España, contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante la reciente Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile.
Lo allí ocurrido —señala el texto— testimonia que los tiempos cambiaron en América Latina. Los indios, los oprimidos y olvidados han entrado definitivamente en el escenario político iberoamericano, y ni monarcas ni neoliberales disfrazados de izquierdistas los harán callar.
Los impulsores de la campaña precisan cómo en la Cumbre se pretendía argumentar que la pobreza, exclusión y marginalidad de las mayorías latinoamericanas no son responsabilidad de las antiguas metrópolis coloniales.
Tampoco de la continuidad de esa dominación por las transnacionales europeas y norteamericanas, añade.
Personalidades como los brasileños Fernando Morais y Emir Saddir, el chileno Manuel Cabieses, el venezolano Andrés Izarra, los colombianos Hernando Calvo Ospina y Fernando Rendón, el ecuatoriano Pablo Guayasamín y el puertorriqueño Danny Rivera denuncian esas posturas.
A la par se solidarizan con quienes llevan adelante y defienden los cambios y transformaciones imprescindibles en América Latina.
El documento, que suscitó desde el inicio un respaldo en ascenso, recuerda cómo «la sublevación de verdades, desatada en las voces de líderes emergidos en procesos de refundación nacional, hizo perder el control a los representantes de una mentalidad colonial».
Son los intereses mezquinos de banqueros y accionistas a quienes representan, y no el honor de los españoles —agrega— los que condujeron al líder de un partido «socialista y obrero» y a un monarca no electo a compartir «la defensa del criminal de guerra José María Aznar».
Durante la Cumbre el rey Juan Carlos mandó a callar al estadista venezolano, cuando este calificó de fascista a Aznar, defendido también por el actual jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
A la campaña se adhirieron, asimismo, intelectuales como el hispano-mexicano Federico Álvarez, el belga Francois Houtart, los mexicanos Pablo González Casanova y Víctor Flores Olea, el cubano Roberto Fernández Retamar y el belga Michel Collon, entre otros.
