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Primer disco de la agrupación cubana El Son del Nene

El fonograma Mi deseo hace reverencia al son desde su vertiente clásica hasta la más contemporánea

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Esta atractiva propuesta de la EGREM contiene un CD y un DVD. Foto: Kaloian Santos Llegar al son desde su sonoridad tradicional hasta la más contemporánea ha sido el propósito del disco Mi deseo (EGREM 2008), de la agrupación Son del Nene. Pedro Lugo Martínez (el Nene), logra una depurada melodía, apoyada en uno de los formatos clásicos del género: el septeto. Pero además la conjuga con historias que evidencian un respeto por el estilo.

«Escucho todo ese son: el de Oriente, Occidente y el del Centro. Lo uno todo. Le pongo lo mío», ha dicho el Nene en el DVD que acompaña al fonograma. El artista es un sonero nato, lo cual se ha podido constatar por su destacado quehacer en el Conjunto Chapotín y en Jóvenes Clásicos del Son, entre otros grupos. De ahí que en Mi deseo, tanto él como sus músicos, validen que forman parte de una generación que cultiva, defiende y mantiene viva las raíces soneras.

Temas de ese corte se encuentran en el disco, desde Opening, una especie de bienvenida instrumental; hasta Son del Nene, un recorrido por los dos años de creada la agrupación. Y en ellos sobresale esa voz peculiar y heredera de los timbres de grandes soneros cubanos que posee el cantante.

No faltan entre las temáticas tratadas las que brindan al que escucha el CD un ambiente de época, como sucede con el refranero El pirulí. Igual aparecen canciones que apuntan a acontecimientos personales de los integrantes del grupo donde, suerte, destino y vida se relacionan para mostrar El sabio Salomón. Mientras, en otras ocasiones, los músicos se mantienen cercanos a la cultura africana, que los hace interpretar el Son a Yemayá, en cuyos estribillos se retoman algunas frases y cantos alegóricos a esta deidad.

En Mi deseo los compositores navegan con soltura por el son. Unos pertenecen al propio septeto: Osnel Rodríguez y César Lozada; y de otros también se toma, como es el caso de Bienvenido Julián Gutiérrez y Armando Valdespí.

Pero en los presupuestos del disco se observa una apertura a otros ritmos que en nada disminuyen el resultado final de la propuesta. Se escoge con acierto el bolero para recordar que ese tipo de canción se perfila entre los creadores actuales y con la esencia de las composiciones de antaño.

«Quise incluirlo, porque gusta mucho en Cuba, y a veces se pierde un poco, se hace en los Boleros de Oro y en otros festivales», dijo en la presentación del fonograma Pedro Lugo Martínez.

Sé feliz, un título precioso y singular del joven Descemer Bueno, aparece dentro de los 12 sencillos que contiene el álbum. Para el Nene, haberlo incluido representa cantar un verdadero himno a la felicidad, porque «¿quién no quiere serlo?». El septeto también nos hace recordar con El final no llegará, un bolero de Rafael Ortiz y Eugenio Pedraza, que interpretaba Carlos Embale, y sentenciaba: joven ha de ser quien lo quiera ser.

El intérprete tampoco se aparta de otros estilos que han marcado su carrera artística. Así se suceden Rumba y ajiaco, de Pedro Gómez; Ya llegó la conga, de Arsenio Rodríguez; y La fiesta, una plena de César Lozada.

El disco, que cuenta con la producción y dirección de Emilio Vega, es acompañado por un DVD que reseña el recorrido musical del líder de la agrupación, y contiene videos promocionales de algunos de los temas del CD.

Destacan, además, el diseño gráfico de Arnulfo y la fotografía de Ángel Alderete, que complementan ese ambiente tradicional, pero a la vez moderno que se palpa en la música de Mi deseo, un fonograma que desde ya da mucho de qué hablar y que pudiera caminar con éxito en certámenes discográficos nacionales y extranjeros.

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