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La noche de los libros inició el verano

 

Autor:

Juventud Rebelde

Cada rincón de la calle 23, desde el más frecuentado hasta el más inadvertido, abrió sus espacios a la literatura, las actuaciones de la compañía teatral La Colmenita, la buena música, y las proyecciones de muñes y películas

La calle 23 no fue ayer solamente la avenida popular y más oportuna que se pudiera escoger para La noche de los libros con que se inicia el verano. Fue mucho más. Una especie de libro abierto desde 14 a Malecón, donde a cada paso, de parque en parque o de café en café, se pudo acudir a la magia de la literatura que emergía de una presentación, un filme o una canción.

La concurrida arteria citadina no admitió reparos para que la catedral del helado, Coppelia, proyectara en cada una de sus canchas la memorable cinta Fresa y Chocolate, cuyo guión está basado en el cuento de Senel Paz, El lobo, el bosque y el hombre nuevo.

De igual manera un sitio tan poco literario como pudiera parecer el restaurante El Cochinito, fue el escenario para combinar la esencia campesina de un lechón asado con el guateque que acompañó la presentación del volumen El arte de la fugacidad, de Patricia Tápanes, que recoge en sus páginas la memoria esparcida de la décima y el repentismo cubanos.

Tan criolla como la décima, lo es también la figura de Francisco Repilado, mundialmente conocido como Compay Segundo, a quien el estudioso de la trova cubana Lino Betancourt se acercó bajo el título de Siempre Compay, en el Parque de los Artesanos, quizá en simbólica alusión a ese arte popular limpio de academicismos, que no deja de asombrarnos con sus virtudes.

El Banco de Sangre de 23 y 2 mitigó el vértigo que produce en algunos pensar en una extracción, y se convirtió en un donante amistoso de textos sobre salud, como Las edades de la senectud, de Elsa Gutiérrez Baró; Embarazo en la adolescencia. Las dos caras de la moneda, de Omaida Safora Enríquez y Aldo Gutiérrez Izquierdo, y Usted puede controlar su diabetes, de Omaida Torres Herrera, todos de la Editorial Científico Técnica.

El deporte nacional se situó con bases llenas en la cafetería La Pelota, donde tuvo lugar un encuentro con el equipo de béisbol de La Habana, campeón de la Serie Nacional 2009, cuyos integrantes firmaron gustosos para el público su afiche promocional, mientras no muy lejos, el destacado ajedrecista Leinier Domínguez se enfrentaba a futuros maestros internacionales en la cancha de 23 y B, donde también se exhibió el documental Leinier 2700, del periodista Aurelio Prieto Alemán.

En el mezzanini del ICRT las novelas de Felix B. Caignet volvieron a ser la comidilla, pues tal personalidad de la radio nacional, tan mítica y desconocida a la vez, fue el motivo esencial de la obra El más humano de los autores, del investigador Reynaldo González y presentada por la editorial UNIÓN.

Pero a esta vigilia de los libros se sumaron también en natural acomodo las actuaciones de la compañía teatral La Colmenita, las proyecciones de muñes frente a la Productora del ICAIC, y buena música, que culminó con un concierto de Raúl Torres. Una propuesta completa, donde cada rincón de la calle 23, desde el más frecuentado hasta el más inadvertido, abrió sus espacios con un libro entre manos.

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