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El alma en la música

El cantante Mayco y su grupo se presentarán este sábado a las 9 de la noche en la Escalinata universitaria, en concierto por el aniversario 50 de la UJC y el Día de los Enamorados

Autor:

Lourdes M. Benítez Cereijo

«Estoy ansioso, no nervioso. Para mí será un privilegio», asegura el cantante de balada pop Mayco, quien junto a su proyecto D’Alma se prepara para ofrecer su primer concierto en la Escalinata universitaria.

«Quiero transmitirle a ese público todo lo que llevo dentro, mis ganas inmensas de departir con ellos. Soy un artista muy transparente, por eso hago tanta referencia al “alma” en mi trabajo. Canto no por cantar, sino porque lo siento. No me gusta la superficialidad con la que muchos salen al escenario, porque el público es capaz de percibir cuándo eres espontáneo y cuándo montas un personaje».

Para el joven artista esta presentación implica un nivel de responsabilidad muy elevado, pues no todos tienen el privilegio de ser convocados a actuar en un escenario tan importante y exigente como la Escalinata.

—¿Qué va a distinguir este concierto de otros?

—Es la primera vez que me presento en ese espacio; por eso pienso dar al público que asista aquello que espera y lo que no espera también. Haré de todo un poco. Voy a apostar por una propuesta que tenga el elemento sorpresa de su lado. Interpretaremos no solo baladas, sino también salsa, reguetón, rancheras mexicanas…, pero siempre imprimiendo nuestro sello personal.

A este concierto, que saluda el aniversario 50 de la UJC y el Día de los Enamorados, están invitados César López, Alexander Abreu, Juan Guillermo y Alain Daniel.

Para Mayco esta actuación será una forma de ponerse a prueba. «En torno a ese escenario se reúnen espectadores muy diversos. Allí va el que gusta del reguetón, el pop, la salsa, la balada… Pienso en ese concierto como una oportunidad inestimable de mostrar lo mejor de mí. Además, los universitarios cubanos constituyen un público muy inteligente y exigente».

—¿Ha resultado complejo pensar en una propuesta artística que aúne tanta diversidad y satisfaga gustos disímiles?

—No hay complejidad. Me gusta entregarlo todo para lograr que el espectador se sienta satisfecho y se conecte.

Mayco, de formación empírica, comenzó en el mundo de la música a los 17 años como miembro del cuarteto de pop latino Megalo, muy recordado por la canción El verano ya llegó. Luego formó parte durante cuatro años de la agrupación de Pedrito Camacho y El Clan, como uno de los cantantes principales. Posteriormente, por tres meses incursionó en el reguetón con el Insurrecto, lo cual no dio resultado porque «no tenía mucho que ver con mi personalidad».

Su formación y desarrollo como artista han tenido el sello del empuje, el sacrificio y la persistencia. «No pasé por ninguna escuela de arte, pero el trabajo constante me dotó de la experiencia que me sirve hoy para concebir propuestas atractivas, que me llenen».

—Ahora que retornas a la balada, ¿cómo ha sido la recepción del público, luego de tu paso por otras agrupaciones como El Clan?

—Tuve que aprender a comunicarme mejor con el público, a establecer esas conexiones necesarias que hacen del binomio artista-espectador una unidad imprescindible para el éxito. Pero la recepción del público, que estaba adaptado a otra imagen, ha sido muy buena. Cuando salgo al escenario pongo todo de mí.

—¿Te consideras un artista exigente?

—Mucho; no solo conmigo mismo, sino con mi grupo, que está conformado por muchachos muy jóvenes. En ocasiones hay que presionarlos un poco, pero el trabajo con ellos fluye de manera muy efectiva. Nos comunicamos muy bien. Me gusta escuchar y tener en cuenta sus criterios.

A sus 28 años, Mayco está muy seguro de lo que quiere lograr. Ha tenido el privilegio de actuar junto a figuras de la talla de Rosita Fornés y Omara Portuondo. Afirma que lleva la balada en la sangre y eso lo estremece como artista.

Se define como un músico moderno, comprensivo y diáfano. Señala que no busca la fama, sino que prefiere ser popular. «Aunque existe la tendencia de asociar ambas cualidades, el artista popular es ese que el público reconoce y aprecia en su justa medida, que es valorado sinceramente y toca corazones con su arte.

«Mi propósito es que el público sepa de mi obra. Que tuve un sueño y no me rendí; incluso cuando muchas personas me dijeron que por el camino de la balada demoraría mucho en hacerme de un quehacer conocido y que sería muy difícil. Pero eso es lo que escogí y lo defiendo porque cada minuto ha valido la pena».

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