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Un congreso de futuro

Luis Morlote Rivas, presidente de la Asociación Hermanos Saíz, hace un llamado a repensar cómo la organización acompaña, promueve y representa la obra de los jóvenes artistas y escritores, la cual deviene oferta cultural que cuenta con un público potencial

Autores:

José Luis Estrada Betancourt
Luis Raúl Vázquez Muñoz

Solo el trabajo y un permanente y sincero diálogo contribuirán a la cristalización en una sociedad más plena.

Con esas palabras inició el debate de la asamblea provincial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Villa Clara, que condujo el jueves la escritora Isaily Pérez y que evidenció el empeño de la joven vanguardia de los escritores y artistas de ese territorio, de «estar mejor preparados para enfrentar no solo los temibles desafíos de la contemporaneidad, sino los que corresponden al país en que vivimos».

Como polemizar y llamar la atención sobre lo que no está bien han sido siempre divisas de la organización, Léster Rodríguez, de Audiovisuales, expresó su preocupación por este momento en que el consumo cultural se complejiza cada vez más con la influencia de las industrias culturales, «que se han impuesto convertirnos en objetos que compran objetos, y lo peor es que en ocasiones nuestros medios y propuestas pseudoartísticas les están haciendo el juego».

Ello lo llevó a preguntarse por qué aún no da suficientes frutos el vínculo de trabajo entre el Ministerio de Cultura y el ICRT, «porque resulta evidente que algo está fallando en la puesta en práctica de una política cultural coherente que existe desde que Fidel pronunciara, en 1961, sus Palabras a los intelectuales».

Como Rodríguez, Idiel Alberto García, promotor literario que acaba de ser elegido como el presidente de la filial villaclareña de la Asociación, insiste en que no perdamos de vista el hecho de que la banalización se está apoderando de muchas esferas de la sociedad, al tiempo que se aprecia falta de apego a lo nuestro, a partir de creer que todo lo demás es mejor. «Por eso es tan vital —y no un capricho— promover nuestra mejor obra, fortalecer la cultura de la resistencia».

Desde esa óptica, Idiel considera primordial la atención que se le preste al municipio, cuya programación cultural exige ser pensada desde la inteligencia, el conocimiento, la investigación. Sin embargo, en un territorio como Santo Domingo —precisa— ocurre con frecuencia lo contrario, pues allí, según él, se aprecia «distanciamiento entre las autoridades y las instituciones, que no participan con la intensidad que debieran de los procesos culturales, con los artistas, quienes necesitamos saber que no estamos solos».

Tal vez ello explique por qué en Sagua la Grande, donde existe un gran potencial de creadores, la importante célula constituida allí todavía no cuenta —a decir del artista de la plástica Leysbel Arias, coordinador de la misma— con un espacio físico. «Constantemente damos muestras de un pujante movimiento cultural que refleja un trabajo serio, pero no se reconoce del todo esa labor tan imprescindible en las comunidades y que podría llevarse a los más diversos territorios, lo cual también redundaría en un enriquecedor intercambio entre los creadores».

La enseñanza artística estuvo igualmente en el punto de mira. Por una parte, la actriz Aniledys Sánchez se mostró preocupada por la calidad que debe distinguir al claustro de profesores, que no siempre está integrado por especialistas preparados, con experiencia. «Sigue quedando pendiente —dijo— atraer a nuestros centros a los principales exponentes de la cultura cubana»; y por la otra, Antonio Gómez es de la opinión de que la formación en el ámbito de la plástica está mutilada, por la falta de un nivel elemental.

Inquieto por la escasa cantidad de títulos que se hallan en los archivos de las bibliotecas, «que en ocasiones tienen presupuesto para comprar libros», Jorge Luis Rodríguez, escritor y director de la casa editorial Sed de Belleza Editores, insiste en lo valioso que sería «insertar la literatura cubana en el sistema educativo, que solo contempla nuestra producción literaria hasta los años 70. No mucho podrán hacer los medios si en las escuelas no interesamos a niños y jóvenes en los valores de la cultura cubana».

Mientras Serguei Martínez, de la sección de Literatura, considera que la AHS debe ocuparse más de la constante superación de sus miembros, como parte de su proyección. Por eso son ineludibles los espacios de debate conceptual, crítico, que nos actualicen. No basta con el sentido de frescura si no hay fundamento, si no conocemos a fondo para poder crear».

La organización que necesitamos

«Es imprescindible que repensemos cómo la AHS acompaña al artista, al escritor; la manera como promueve su obra y los representa ante las instituciones culturales, sin perder de vista que la obra que realizamos también deviene oferta cultural que cuenta con un público potencial». Ese fue el llamado que realizara Luis Morlote Rivas, presidente nacional de la AHS, en la asamblea de balance de Ciego de Ávila, que centró sus debates en los problemas de funcionamiento de esa filial provincial.

«Esos desafíos no se pueden enfrentar sin una organización cohesionada, fuerte, en la cual las decisiones sean tomadas de manera colectiva. Para ello hay que funcionar como tal, y la dirección provincial electa hoy tiene que interactuar de manera más sistemática y efectiva con sus asociados», razonó Morlote.

Y es que varias intervenciones se refirieron a lo que la joven periodista Sahily Sosa definió como fragmentación de la membresía. «¿Cuántos de nosotros nos conocemos más allá de la manifestación en la que nos desempeñamos? Hay que trabajar internamente en la articulación de la Asociación del territorio como un proyecto colectivo y multidisciplinario. Siento cierta pasividad en nuestra AHS y en los creadores para mantener vivos nuestros espacios».

Por su parte, Oristela Pérez Betanzos, la nueva presidenta de la AHS en la provincia, convocó a los creadores avileños a presentar proyectos nuevos, «de lo que está urgida nuestra filial y nuestra Casa del Joven Creador (CJC)».

De Yoan Zamora partió otro planteamiento que interesó al auditorio, cuando recordó que «ser contrapartida comprometida es también nuestro papel. Cuando uno insiste y demuestra la valía de su propuesta, entonces no existen obstáculos posibles que impidan materializarla».

En un momento del debate, encabezado también por Yuniasky Crespo Baquero, máxima dirigente del Comité Nacional de la UJC, el primer secretario del Comité Provincial del Partido en Ciego de Ávila, Félix Duarte Ortega, exhortó a los asociados a trabajar unidos para superar las dificultades identificadas y los convocó a darle vida con sus obras a la nueva sede de la Asociación, que ahora tendrá una ubicación privilegiada en el bulevar avileño.

«No nos puede invadir ni la desmotivación ni el cansancio», insistió. «Tras el paso del huracán, la AHS demostró su empuje, su capacidad para llevar amor, arte de excelencia y espiritualidad al pueblo. Entonces nada impide que entre todos revolucionemos nuestra cultura».

Son los sueños todavía

Lo que ya es casi un hecho con la futura y céntrica CJC en Ciego de Ávila, parece que no tendrá rápida solución para los cienfuegueros. Y es que, a pesar de la urgencia de los miembros de la AHS de poder hacerse de su sede, el prometido Complejo Cultural Mella todavía no está en condiciones de funcionar por análisis pendientes, lo cual constituyó el principal reclamo de la asamblea provincial en la Perla del Sur.

Por suerte, la falta de la instalación durante un prologando tiempo no ha limitado el liderazgo de la Asociación en la rica vida cultural de Cienfuegos, pues ha conseguido expandir su radio de acción a los más diversos espacios.

«Resulta vital que contemos con nuestra sede», explicó el periodista Antonio González Rojas. «Ese constituye el escenario orgánico, vivo, de la AHS; el espacio que nos permitirá reconfigurar nuestro trabajo; nuestro laboratorio para experimentar, para madurar los proyectos que luego podremos mostrar en los más diversos lugares».

Para Rafael González, de la sección de Artes Escénicas, responsable en lo adelante de llevar las riendas de la organización en tierra sureña, «nada impedirá que la Asociación siga dejando su huella por doquier», como sucede en Cruces, donde radica una célula que ha marcado —según Arieski Castillo— una impronta en los pobladores de dicho municipio. «Siempre estuvimos convencidos de que podíamos transformar nuestro territorio, y hoy constituimos una fuerza considerable. Hemos demostrado a nuestros contemporáneos que existen otras formas atractivas de enfrentar el arte, sin hacer concesiones con la banalidad».

El miembro del Buró Nacional de la UJC, Osnay Miguel Colina, reconoció el quehacer de la AHS en Cienfuegos y reflexionó sobre la necesidad de mantener sistemáticamente las ofertas culturales de valía. «Ahora que se acerca el verano, pero igual en el resto del año, la Asociación debe seguir generando espacios de participación y recreación. Esa es una contribución esencial de ustedes en el año de su II Congreso, que no puede concluir con las sesiones de octubre, sino que por sus resultados deberá convertirse en un congreso de futuro».

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