Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Para mí la Radio es pasión

Con 54 años de labor en el medio radiofónico, el premio nacional de Radio 2013 todavía siente la fascinación del primer día

Autor:

Lourdes M. Benítez Cereijo

Confiesa con sonrisa pícara que una de sus aspiraciones de la juventud era convertirse en pelotero. Cuenta que tenía aptitud para haber sido un buen pitcher. Sin embargo, la vida lo condujo por otros derroteros. Un día, la buena fortuna lo llevó a una emisora pequeña de radio y quedó fascinado. Cincuenta y cuatro años después, a Ignacio Canel todavía se le enciende la mirada cuando habla del medio al que ha dedicado tres cuartas partes de su vida.

Reconocido con el Premio Nacional de Radio 2013, a este hombre sencillo el don del magisterio le brota de manera natural. Con palabra clara, suave voz y una mezcla de orgullo y humildad dialogó con Juventud Rebelde acerca de sus satisfacciones y experiencias.

«Esta es una labor que exige mucho sacrificio, pero sobre todo se necesita ser un apasionado. Es más que una vocación porque hay que sentirlo como algo propio, quererlo. Si no se tiene eso no se puede trabajar en la radio, que tanto demanda de la persona. Aquí no hay días feriados, se trabaja 24 horas y a veces en condiciones que no son las mejores. Es por eso que para mí la radio es pasión».

Por necesidad familiar tuvo que trabajar como bodeguero, pero se enfocó en el sueño de ser contador público y cursó estudios en la Escuela de Comercio de La Habana. Empezó a trabajar en la radio con 17 años, en la CMZCOX, una emisora pequeña que pertenecía al Ministerio de Educación. Corría el año 1959.

«Escuchaba con mi abuela las novelas y los noticieros, pero no sabía cómo se hacía todo aquello. Supe cómo era una emisora por dentro cuando empecé en aquel primer trabajo como discotecario. Conocer ese mundo, con los equipos, las consolas, grabadoras, reproductoras de cintas, tocadiscos, micrófonos, despertó mucho interés en mí. Desempeñándome en esa labor aprendí a hacer todas las demás cosas del medio.

«A mediados de 1960 se empezó a gestar la idea de lo que después sería Radio Habana Cuba (RHC). Pedro Costa fue a la CMZ y me solicitó para copiar música con vista al proyecto de la nueva emisora. Y ese fue mi primer vínculo con RHC, también como discotecario, aunque ya yo sabía hacer muchas otras cosas, como grabar, editar, incluso podía leer un noticiero como locutor. Sin embargo, a mí lo que me fascinaba de la radio, y lo sigue haciendo, es la parte técnica, la realización».

—Usted inició una labor de rescate de  gran parte del patrimonio radial, que hoy acumula 10 000 horas de grabación.

—La primera tarea que me encomendó Marcos Behmaras, entonces director en RHC, además de organizar lo poco que había, fue encargarme de la fonoteca de voces. Aquí no se contaba con nada, por lo que hubo que conseguir grabaciones de otros lugares y eso se pudo lograr gracias a un archivo muy grande que había en el circuito CMQ, que grababa toda su programación en discos de acetato. De ahí obtuvimos materiales como todos los discursos de Fidel de los años 59, 60 y gran parte del 61, las alocuciones del Che y de Camilo, así como de otros dirigentes.

«También se atesoran entrevistas, testimonios y programas como el que hacía Eduardo Chibás, incluso tenemos el último que realizó. Así hasta atesorar 10 000 horas de grabación en audio analógico, en cintas magnetofónicas. Desde hace ya algunos años se ha empezado a digitalizar. Nosotros consideramos que ese es un patrimonio que debe preservarse para el futuro, no es solo una gran riqueza de RHC, sino del medio radial y de Cuba en general».

Ignacio Canel considera que la Radio es el medio de comunicación más completo que existe. Como forma de hacer y de divulgar, no solo se limita a informar, sino que también es cultura, educación, entretenimiento.

«No creo que eso desaparezca nunca, aunque tal vez sí varíe o se transforme la manera de transmitir y de intercambiar con ella. Las nuevas tecnologías no nos hacen un medio anacrónico, sino que potencian y multiplican el alcance, mejoran las formas de hacer y abren nuevos caminos. Ahora con un teléfono celular usted puede oír la radio, y con audio real en Internet. Además, esa frase de «sonido para ver» es muy cierta. La radio hace volar tu imaginación y te crea con sus recursos una imagen diferente del mundo».

—¿Cuán importante es potenciar los vínculos de los jóvenes con el medio?

—El joven que decida vincularse a él tiene que enamorarse. Hacer de esta labor parte de su vida. En mi caso, por ejemplo, veo a RHC como mi sexto hijo. La he considerado siempre así: parte de mi familia. Al que empiece en la radio y no sienta ese afecto, le aconsejo que no se dedique a este quehacer.

—¿Cómo valora la labor radiofónica cubana actual?

—Nuestra radio ya no es aquella comercial cuyo propósito era vender productos. Cuba siempre fue uno de los países de América Latina con más adelantos, y la forma de hacer radio en Cuba ha constituido una escuela. En estos momentos nuestra voz llega a todas partes, hasta los rincones más apartados del mundo. Nuestra labor sigue siendo ejemplo. Aunque nunca podemos quedar satisfechos. Mi consejo a los jóvenes es que cuando hagan algo, que lo escuchen una y otra vez, no para ver lo que quedó bien, sino para analizar lo que puede ser mejorado. Hay que tener siempre el espíritu crítico de que todo puede hacerse siempre mejor.

—Cuando le anunciaron del Premio, ¿qué pensamientos cruzaron por su mente?

—He recibido otros galardones, pero este es el reconocimiento más alto que he recibido en mi vida. Fue una emoción tremenda y lo primero que me vino a la mente fue agradecer a todos los que en mis 54 años de quehacer me han ayudado. El trabajo aquí no es individual, es colectivo, de equipo, donde uno debe aprender de todos. Recuerdo en primer lugar a los que me introdujeron en este mundo: a Pedro Rojas y Pedro Costa.

«Luego de haber aprendido tanto, ahora me satisface compartir y transmitir esos conocimientos. Para mí es una satisfacción la ayuda que he podido brindarle a los jóvenes que se han formado como radialistas. Participar en la formación de las nuevas generaciones es garantizar el futuro».

—¿Cuál ha sido su mayor recompensa?

—Este reconocimiento y el afecto de quienes me conocen, aunque en Cuba no soy muy conocido, quizá sepan más de mí fuera del país. Pero, saber que siempre hay alguien que te recuerda, que conoce un poco de lo que has hecho, es un orgullo. Me satisface que se me haya tenido en cuenta.

Canel, quien ha prestado sus servicios en Radio Berlín, Radio Moscú, Radio Praga y Radio Polonia, actualmente dirige la Revista Iberoamericana en RCH y hace otros programas como Voces de la Revolución y Figuras en la Historia.

«Mientras tenga la capacidad mental y física de seguir trabajando, lo haré. Realmente desde 2004 me tuve que jubilar por problemas de salud; pude recuperarme e inmediatamente que estuve en condiciones regresé a trabajar a RHC. Hago lo que me gusta hacer y, mientras pueda, lo haré».

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