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Mucho teatro en la Villa

Con el estreno de la obra Romualdo y Fridabel, el conjunto escénico Teatro de la Villa abrió paso a una trepidante etapa de presentaciones. Vale la pena disfrutarla pese a su lejanía de los céntricos circuitos teatrales capitalinos

Autor:

Lourdes M. Benítez Cereijo

Quienes se acerquen a la sede de Teatro de la Villa (sita en Desamparados número 368 entre Doctor Mora y Jesús María), en Guanabacoa, podrán ser testigos de la intensa labor que para niños, adolescentes, jóvenes y también adultos, desarrolla ese conjunto escénico al mando de Tomás Hernández.

Quizá muchos piensen en los inconvenientes de llegar a ese sitio, distante de los céntricos circuitos teatrales de la capital; sin embargo, el esfuerzo vale la pena.

Con el estreno de la obra Romualdo y Fridabel, la agrupación abrió paso a una trepidante etapa de presentaciones. Con guion y dirección de Lázaro Pérez e inspirada en el clásico shakesperiano Romeo y Julieta, la obra narra la historia de dos jóvenes que se enamoran en un baile; pero el padre de la chica tiene otros planes en mente para su hija. Es por eso que los jóvenes tienden una trampa divertida para deshacerse de los pretendientes elegidos.

En esencia este montaje constituye un divertimento acoplado a un espectáculo de clown, en el cual finalmente vence el amor.

En diálogo con Juventud Rebelde, Tomás Hernández explicó que con el tiempo, la estética del grupo se fue transformando. «Hubo un momento en que empezamos solo con el teatro para niños, pero ese quehacer fue tomando otras dimensiones, fue creciendo y expandiéndose hasta abarcar diversos públicos. Aunque el trabajo con los más pequeños ha sido el fuerte de nuestro repertorio, no hemos dejado de realizar teatro para adultos».

«En el caso de Romualdo y Fridabel, estamos en presencia de una pieza concebida para los adolescentes. Constituye el resultado de un taller de clown que realizamos y cuyas experiencias quisimos llevar a escena». Las funciones se repetirán los sábados y domingos de este mes, siempre a las 4:30 p.m.

Las novedades continuarán en abril con otro espectáculo donde también está presente el arte del clown. Es un texto de la autoría de la dramaturga, escritora, crítica teatral, ensayista y guionista Esther Suárez Durán, titulado Odios y amores, puertas y dragones —estas propuestas se incluyen en las acciones por el Día Mundial del Teatro para niños y jóvenes, el 20 de marzo.

Presidenta del Centro Cubano de la Asociación Internacional de Teatro para Niños y Jóvenes, (ASSITEJ, por sus siglas en francés), Suárez Durán comentó a nuestro diario que la obra está pensada para los más pequeños.

«Este es un guion para un espectáculo de payasos que decidí hacer a partir del interés por incursionar en ese tipo de teatro. Todo surgió a partir de un libro que leí, en el que encontré dos historias que me parecieron interesantes y con el permiso de su autor las versionamos para la escena.

«Los montajes han devenido desafío para los actores. El arte del payaso o del clown, que tienen puntos en contacto, pero que no son lo mismo; exige de mucho entrenamiento porque tiene lenguajes, códigos, dinámicas muy precisas. Estoy contenta con la labor hasta ahora realizada y con la idea de agregar un saber más a las herramientas del grupo».

Para Tomás Hernández y Esther Suárez cultivar el arte del clown no es solo una posibilidad de incorporar otros conocimientos, sino también un compromiso con una manifestación que no pocas veces es menospreciada.

«El creciente aumento de esos llamados payasos de fiesta, ha traído consigo la explosión de espectáculos que dejan mucho que desear y desvirtúan los valores artísticos. Es importante que el público aprenda a diferenciar».

El grupo también adelantó detalles de un próximo montaje para adultos: En el parque, de Alexander Guelman. Suárez Durán precisa que esta es una obra de gran significación. «Tiene un precedente único en Cuba. Se llevó a escena por Adolfo Llauradó y Alina Rodríguez, bajo la dirección de Vicente Revuelta, en 1986 y no se ha vuelto a hacer. Por tanto, este es un homenaje que Teatro de la Villa le hace a ese montaje en específico.

«El otro aspecto relevante es que en esa puesta debutará en la dirección artística Marian Marín, una joven actriz del grupo. Esto nos regocija y evidencia el proceso de desarrollo y crecimiento. Saber que las nuevas generaciones están interesadas en asumir más responsabilidades es el resultado de muchos años fomentando la actividad creativa y estimulando el talento. Ha sido una filosofía del grupo dar oportunidades a todos los interesados. Por eso tenemos talleres para niños y adolescentes, porque precisamente de esos espacios se han nutrido las filas de la agrupación».

El conjunto de Guanabacoa tiene previsto para el resto del año la reposición de La linda durmiente y El mago de Oz; así como los estrenos de las obras surgidas de los cinco talleres que imparten. Otra agitada etapa, pero para Teatro de la Villa la intensidad es solo parte de la costumbre.

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