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El arte sin límites (+ Fotos y Video)

Este viernes 6, sábado 7, y el domingo 8, en la sala Covarrubias del Teatro Nacional, se presentará por vez primera el espectáculo soloSegundos

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

«Mis maestros querían que yo estudiara Física o Filosofía. Y aquí estoy: “prestado”», le cuenta el primer bailarín y coreógrafo Norge Cedeño Raffo a JR que no duda al escucharlo hablar, que debió haber sido sobresaliente el estudiante nacido en Holguín, mas el diario está convencido de que el joven director de la compañía OtroLado vino a este mundo para brillar en el arte.

La oportunidad de comprobarlo la tendrán todos este viernes 6 y sábado 7, a las 8:30 p.m., y el domingo 8, 5:00 p.m., en la sala Covarrubias del Teatro Nacional, donde se presentará por vez primera el espectáculo soloSegundos, coreografía de Cedeño con la colaboración de sus dos más cercanos cómplices en ese empeño que los tres decidieron llamar, desde julio de 2018, OtroLado: Thais Suárez Fernández y Niosbel O. González Rubio.

«La pieza surgió de la idea de aprovecharnos de la estructura utilizada en el solo Escena del crimen, el cual tuviera a Thais como protagonista, para reconstruir un mismo evento desde diferentes perspectivas. Es decir, intentar comprender qué sucedió por medio de piezas aisladas o de algo aparentemente inconexo», explica Cedeño, quien en 2017 entregó a Danza Contemporánea de Cuba dos de sus creaciones: Transire - Sin ganas de mirar atrás y DCCrama.

«Se trata de una obra que aborda las complejidades de las relaciones entre los seres humanos. Inicialmente empezó con las guías impresionistas de Erik Satie, Claude Monet..., pues queríamos concebir algo bien minimal, pero el proceso creativo fue mutando.

«El trabajo de investigación se realizó a partir, sobre todo, de fundamentos filosóficos, mas sabemos que, arte al fin, este necesita de un nexo cercano con la subjetividad de la audiencia. Por ello siento que la relación que se establecerá entre Thais, Niosbel y yo será la primera conexión que tendrá el público con soloSegundos», informa quien además se encargó del diseño de luces del espectáculo junto a Fernando Alonso.

La música original ha sido compuesta por Jenny Peña y Randy Araújo, la cual será interpretada en vivo por el cuarteto Caribe Nostrum (Jenny y Manuel A. de la Cruz en los violines; Osvaldo Enríquez, en la viola; y Denise Hernández, en el cello), y por la pianista Ana Paula Gil.

—Norge, ¿por qué fundar OtroLado siendo un reconocido primer bailarín de Danza Contemporánea de Cuba (DCC), llamada con razón la compañía madre de ese estilo en el país?

—Llevábamos diez años en DCC como primeros bailarines, y ya hacía mucho tiempo que yo venía desarrollando esta inquietud de coreografiar (empezó desde la escuela), de investigar, de experimentar con diferentes maneras de asumir en la danza no solo desde mi mirada, sino también desde la perspectiva de Thais y Niosbel, con quienes comparto un ADN físico, emocional e intelectual.

«Ser parte de una compañía tan potente como DCC te conduce a niveles elevados de entrenamiento, de montajes, de trabajo, etc., que sin dudas te preparan de una manera formidable, pero que a la vez no te da mucho tiempo para dedicarte a ti mismo, a tus proyectos como artista, como creador. DCC sigue siendo la escuela, el núcleo, donde me formé, la casa donde crecí, donde más he aprendido hasta hoy, sin embargo, necesitaba tomar una distancia.

«Cierto que tendría mucho, mucho de bueno, dedicarse a investigar, crear, buscar nuevas maneras, protegido o influenciado por esa gran sombrilla que es DCC, pero si se quiere romper fórmulas, esquemas, resulta esencial (y juro que lo digo con total humildad) salirse de esa zona de confort...

«Llevaba una década bailando con intensidad en esa gran compañía, y para ser sincero nunca me había sentido tan jubilosamente “agotado” como me siento ahora con soloSegundos, porque, por supuesto, ha exigido mucho más de nosotros en todos los sentidos.

«Claro, es otro modo de vivir la creación. Aquí todo posee un valor en escena, cada elemento ofrece un aporte esencial. Cada individualidad (también se hace en DCC pero mayoritariamente desde los bailarines) contribuye a generar un núcleo común superpotente.

«Por otra parte, hay una distancia emocional innegable, lógica, con los más recientes integrantes de DCC. Supertalentosos sin excepción, pero sus intereses, como es natural, son distintos a los míos, a los de Thais y Niosbel. Y es que a medida que va pasando el tiempo es inevitable que se nos agudice el foco, que entendamos que en esta carrera no se puede “regalar” el tiempo, utilizarlo en aquello que no contribuya en verdad a potenciar tu desarrollo.

«Si creé OtroLado no fue para alimentar mi ego. Los tres nos unimos para trabajar juntos por pura empatía, porque existen intereses comunes, por nuestros deseos de hacer algo distinto desde nuestra humilde perspectiva. También porque era la forma de poder acceder con nuestras propuestas a los teatros, a esos espacios donde las obras se pueden presentar con  decencia. Apareció la oportunidad de oficializar la compañía, la aprovechamos y aquí estamos: batallando, aprendiendo, chocando.

«OtroLado está sustentado en tres identidades muy marcadas. Independientemente de que haya asumido la dirección, la guía creativa viene de los tres, de nuestros modos muy particulares de ver y asumir el arte y la vida. Nos interesa hacer un arte escénico, no que sea solo meramente danzario, sino interactuar con artistas diversos, de todas las manifestaciones. No queremos ponerles límites a nuestras creaciones. Estamos convencidos de que entre mayor intercambio e interacción se establezca con otros, mayores serán las posibilidades de evolución, de superación.

«Ni siquiera intentamos concebir una poética propia, predeterminada; una fórmula al estilo de “este es Norge”, “esta Thais” y “este Niosbel”. Nos sentimos completamente libres para usarlo todo, para anclarnos en cualquier perspectiva: ya sea física, emotiva o intelectual, o todas a la vez, siempre y cuando la obra sea sincera y logre conquistar al espectador, comunicarse con él, sacudirlo, emocionarlo, preocuparlo, motivarlo». 

—¿Esto de ser una compañía de pequeño formato fue una necesidad estilística o logística? 

—Ahora queremos probar trabajar con otros bailarines, ex- miembros de DCC y de Acosta Danza, lo cual nos ofrece grandes posibilidades de desarrollo (posiblemente sumemos siete), pero de cualquier manera pienso que los núcleos pequeños permiten escarbar más en cada uno de los intérpretes, en sus potencialidades. Tener más tiempo para trabajar entre todos resulta muy importante, porque propicia que sean mayores las oportunidades de explorar, investigar, construir, estudiar, experimentar, de crecer.

—Lo común es que los bailarines se interesen por perfeccionar virtuosismo técnico, pero tú, además, has apostado por enriquecerte intelectualmente...

—Me gradué como licenciado en Arte danzario en el Instituto Superior de Arte (ISA), donde ahora mismo estoy haciendo la maestría. A mí siempre me parecía muy interesante cómo críticos, teóricos, especialistas cercanos al mundo de la danza, vivían intelectualizando el movimiento, conceptualizándolo, y soñaba con poder algún día llegar a pensar lo más próximo posible a ellos. Sé que la única manera de ser parte o de negar algo es conocerlo a fondo.

«Entré al ISA con el deseo de tener un basamento intelectual más fuerte, un conocimiento de la danza desde la teoría, y así poderle sacar más provecho a mi experiencia acumulada como bailarín. Por supuesto, todavía es insuficiente este acercamiento. Nos ocurre que siempre que creemos que hemos realizado un hallazgo novedoso, no tardamos en descubrir que poco tiene de nuevo, que ya se hizo con anterioridad. Entonces es primordial superarnos, estudiar, profundizar, para podernos sentir más empoderados».

—Siendo holguinero no es extraño que amaras la danza...

—Si supieras que la danza llegó a mí por casualidad, pues en verdad deseaba estudiar artes plásticas, mas tienes toda la razón: en Holguín el movimiento danzario siempre ha sido superfuerte. Durante mucho tiempo, sobre todo en mi etapa juvenil, una compañía como Codanza se hallaba entre los principales referentes de esa manifestación en Cuba. Para mí es un privilegio que esa agrupación que dirige la maestra Maricel Godoy, tenga en su repertorio tres piezas mías: Happy Ending, NDA y Tráiler-Código Memoria.

«Y digo casualidad, porque entré en la escuela motivado por la pintura, pero en 9no. grado la danza se interpuso en mi camino, me interesó, probé y hasta el día de hoy, pues con el tiempo se fue apoderando de mí más, más y más, aunque ella me gusta desde el todo, no solo desde el movimiento.

«Tengo amigos que son unos “animales” en la escena y los admiro por eso, pero, en mi caso, la danza como danza, ella sola, me llega a aburrir, incluso me puede hasta saturar. Lo que me motiva, me “enloquece”, es lograr que trascienda para convertirse en un hecho escénico que emocione: el arte sin límites ni limitantes».

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