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El niño viajero (+ Video)

Luisito, un pequeño holguinero, vence sus dificultades sicomotoras gracias a su imaginación de siete leguas 

Autor:

Nelson Rodríguez Roque

BÁGUANOS, Holguín.— La fisiatra Mairelis Guillén alertó a Xiomara Cruz de los inconvenientes que enfrentaría su bebé de seis meses para caminar. Xiomara y su esposo, Ernel Estrada, llevaron a Luisito con varios especialistas en Neurología y Ortopedia, hasta que se demostró una parálisis cerebral ocurrida al nacer, causante de una lesión estática del sistema nervioso central.

La dificultad sicomotora del hoy adolescente de 13 años, que vive en el consejo popular El Manguito, no ha sido óbice para que su desarrollo en el aprendizaje y la creación «caminen» a buen paso. La locomoción todavía se le complejiza, pero su imaginación le hace avanzar por tramos de siete leguas al paso de Homero, Bartola, Don Pedro…

Luisito, el niño escritor, como lo bautizó el colega José Ramón Rubalcaba, dedica poesías al Comandante en Jefe, a José Martí y a la Virgen de la Caridad del Cobre, y se vale de su ingenio para relatar desde África, concederle una beca periodística a una coterránea o despuntar como realizador audiovisual.   

En su abuelo Terito (Wálter Cruz) encontró a su más fiel escudero, ya que «ha estado siempre que lo he necesitado. Me ha hecho barras paralelas para mis ejercicios, mediante las cuales camino, hago cuclillas y me rehabilito. Fue una de las personas que me enseñó a caminar y todavía me señala que levante los pies. Cuando a mi mamá la operaron, él no faltaba en casa».

Terito se le unía en las versiones que recreaba con sus juguetes, derivadas de lo que veía en televisión. En complicidad se tiraban al piso a arrear animalitos o movilizar a soldados de plástico. Ahora, con la situación de la pandemia, lo que hace es llegarse en las mañanas a dar una vuelta a su nieto, quien le pide que como anciano «tiene que cuidarse más que nunca y no exponerse».

Diariamente Luisito realiza rehabilitación en sus paralelas y camina con un andador que sus padres compraron, porque al empujarlo estimula la fuerza en sus manos y pies, y contrarresta los efectos de las articulaciones estáticas o sin movilidad adecuada (espasticidad).

Magisterio que inspira

De sus narraciones con la maestra Laudelina Peña surgió su afición por llenar líneas: «Ella opinó que me salían bien los relatos. Se dio cuenta de que tenía madera para eso y que podía crear. Cuando cursaba el cuarto grado escribí un relato con el título de El mundo de los invisibles, que partió de versionar una serie de televisión. Después se me ocurrió Homero, el mono viajero, para el que me inspiré en un monito que salía en Art Attack, e iba de una palma a otra por una soguita», cuenta el chico.

A Homero le hizo varias versiones, siempre acompañándolo de su amigo Juan, hasta la actual definitiva, que ganó un premio provincial de la Aclifim (Asociación Cubana de Limitados Físico–Motores) y espera presentarla en el concurso nacional que se celebrará en Camagüey, aún pospuesto por las complicaciones de la pandemia.

También cuenta con el apoyo de la realizadora holguinera Nora Martínez. «Ella me respalda en un proyecto audiovisual y me quiere mucho. Me embulló a participar en un concurso internacional de cuento y poesía en España (a través de internet) al que envié el cuento Mi Bartola, sobre una niña de mi municipio que aspira a ser reportera de televisión».   

Su vocación desborda las letras, pues integra el grupo Jigües Audiovisuales, en el que niños holguineros, apoyados en manifestaciones como pintura o literatura, elaboran materiales audiovisuales asesorados por Nora Martínez.

«El producto mío está en fase de preproducción y se basa en la adaptación de uno de mis cuentos, La rana y el pantano seco. Hemos elaborado la escenografía, con la ranita de plastilina, papel maché para el estanque o laguna y florecitas secas. En casa de Nora trabajamos juntos y nos está quedando bonito todo», comenta.

Culminó sus primeros tres grados de primaria en la escuela rural ubicada al otro lado de la carretera hacia Mayarí, y desde el cuarto los profesores le enseñan en casa. Verbos, adjetivos, adverbios… cuenta que los aprendió por Laudelina Peña, aplicándolos en las composiciones que le encargaba.

En la actualidad, es su profesor de secundaria básica, Yander González, quien le imparte clases todas las mañanas de lunes a viernes. Ahora ambos andan finalizando los exámenes integradores, a fin de terminar el período lectivo. Alumno y docente han formado lazos de notable familiaridad y mucha estima.

Al pequeño le gusta leer cuentos, poesías, fábulas… «Las historietas y aventuras son mis preferidas. Las primeras son muy atractivas, porque combinan dibujos y diálogos. La televisión también me encanta, me brinda lecciones y me suma nuevas palabras para emplearlas en mis textos», afirma.

«El escritor baguanense Ernesto Ávila, por gestiones de un taller que organizó la Aclifim aquí, nos transmitió maneras adecuadas de escribir. Me orientó que los títulos, por ejemplo, debían ser sugerentes, llamativos. Aclaró que no es escribir por escribir, hay que concentrarse y armarse de valor. Mi papá me pasa a formato digital lo que escribo, y luego imprime los materiales. Me auxilio, además, de un tablet con varias aplicaciones».

Su mamá lo atiende de forma maravillosa, manifiesta. Conversan bastante y le esclarece cualquier duda. Tratan, tanto Xiomara como Ernel, de que Luisito gane en independencia en su desenvolvimiento.

Con su papá va en el motor a «dar vueltas» a sus abuelos, a consultas en el hospital pediátrico holguinero (para tratamiento con células madre y toxina botulínica) y a talleres literarios o de audiovisuales en la Ciudad de los Parques y en Báguanos.

Hace unos años pertenece a la Aclifim, cuyo presidente municipal, Alfonso Bermúdez, lo ha insertado en tertulias en las que lee sus poesías, cuentos, historietas y fábulas, con los que ha sido galardonado a nivel municipal y provincial. Esa organización ha estado al tanto de cualquier recurso que necesite para su rehabilitación social. 

El fisioterapeuta Alexánder Landrove, otro de sus seres imprescindibles, le indica ejercicios los martes y jueves: «Desde los seis meses de edad me atiende. En la sala de rehabilitación de Báguanos empezamos a trabajar. Sus consejos han contribuido a que efectúe movimientos con las piernas y brazos, alce los pies y camine por las paralelas».

A Homero le encomendó el cuidado de Luis Riquelmis, ortopeda que lo operó en Holguín en dos oportunidades, y por el que siente gran afecto, dado que este doctor tuvo fe en que caminaría.

Ahora  Luis Riquelmis está colaborando en Angola, y el imaginado simio con nombre griego es de allá. Probablemente Don Pedro, otro de sus personajes, quiera conocer al internacionalista, si recorre África en busca de algún ancestro. O cabe la posibilidad de que Bartola lo entreviste para resaltar su nobleza…

Luisito decidirá desde una cuartilla, frente al estanque o laguna que le sirve de «estudio», cómo mantener junto a sí al talentoso médico, usando los rieles de la imaginación.    

Alumno y profesor están inmersos en los exámenes integradores. Fotos: Nelson Rodríguez Roque

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