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La magia de Messi le cambió la cara al partido. Foto: AP Corría el minuto 70 del duelo Argentina-Paraguay, en Barquisimeto, por el grupo C de la Copa América Venezuela 2007, con un agónico empate 0-0.
Tras un primer tiempo de «mucho ruido y pocas nueces» por parte de ambos colectivos, el período complementario parecía una copia fiel.
La mesa estaba servida. La igualada le otorgaba al conjunto guaraní la cima de esa llave y el duelo frente a Perú —y no contra México—, el próximo domingo en la fase de cuartos de final.
Entonces, el técnico argentino, Alfio Basile, envió a la cancha como jugador de cambio al máximo talento del fútbol mundial, Lionel Messi, cuya magia en el trato al balón «le cambió la cara» al partido. De una jugada individual suya, surgió el gol de Javier Mascherano —también en función de suplente— en el minuto 78. Y el marcador ya no se movió.
A primera hora, en el duelo del «honor», Colombia superó 1-0 a Estados Unidos, con gol de Jaime Castrillón.
Así, ya se conocen los pareos para la fase de cuartos de final. Mañana se enfrentarán Venezuela-Uruguay, en San Cristóbal, y Brasil-Chile, en Puerto La Cruz. Mientras, el domingo rivalizarán México-Paraguay, en Maturín, y Argentina-Perú, en Barquisimeto.
Sigue en pie la final «soñada» entre Brasil y Argentina.
