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Santiago venció a Pinar del Río en partido inicial de la final del play off

Autor:

Raúl Arce

El duelo continúa hoy en el Guillermón Moncada. Pedro Luis Lazo irá al montículo por Pinar del Río, Alberto Bicet por las avispas

Santiago de Cuba.— Las avispas de Antonio Pacheco vencieron a Pinar del Río, ocho carreras por dos, al comenzar en el estadio Guillermón Moncada, de esta ciudad, la gran final por el título beisbolero 2008.

La primera amenaza provino del equipo visitante, aunque el anfitrión Héctor Olivera había inaugurado la casilla de los hits. En la segunda entrada, con un out, Duarte pegó sencillo a la banda derecha y Valido recibió pelotazo, pero Otaño y Norlis fueron reducidos por Vera.

Yosvany Torres dominaba milagrosamente durante cuatro episodios —87 millas como velocidad máxima y lanzamientos casi por el lado del brazo ante los zurdos— pero en el quinto hizo aguas. Poll, José Julio y Castellanos le pegaron sencillos —con el palomón de Reutilio intercalado— Mustelier roleteó por la antesala, y hubo out forzado en la goma, hasta que Navas recibió base por bolas, para empujar la primera, de caballito. La escena quedó lista para el doble limpiabases de Olivera, contra la cerca del medio del terreno: 4-0.

Faltaba más angustia para los forasteros, porque Meriño fletó dos rayitas con su cuadrangular, y Bell despachó otra pelota, frente al relevista Reinier Casanova.

Pero Pinar evitó la lechada por hits de Castillo y Padrón, y sacrificio de fly de Rafael Valdés. Más tarde agregaron otra por error de Mustelier y doble impulsor de Padrón.

Los occidentales iniciaron el partido con David Castilo (ss), Jorge Padrón (lf), Rafael Valdés (2b), Yosvany Peraza (bd), Donald Duarte (3b), Tomás Valido (rf), William Otaño (c), Norlis Concepción (1b), Reinier León (cf) y Yosvany Torres (p).

Santiago de Cuba, por su parte, alineó a Ronnier Mustelier (3b), Luis M. Navas (ss), Héctor Olivera (2b), Rolando Meriño (c), Alexei Bell (rf), Pedro Poll (1b), Reutilio Hurtado (cf), José J. Ruiz (bd), Maikel Castellanos (lf) y Norge L. Vera (p).

Hoy segundo pleito

Alberto Bicet por las avispas, y Pedro Luis Lazo por los pinareños —no actuó en la apertura porque extinguía su sanción de una jornada— deben abrir esta noche el segundo choque entre los dos mejores elencos de la temporada.

Como anoche, la instalación deportiva de la Ciudad Heroína debe abrir sus puertas a las cuatro de la tarde. Embellecido y con las adecuadas medidas de seguridad, para que hechos de indisciplina no empañen la justa más seguida del país —y para ello este pueblo tiene vergüenza suficiente— el recinto de las avispas contó además con una amplia oferta gastronómica, ejemplo que deben seguir en otras provincias.

Con el motel San Juan, como albergue de los visitantes vueltabajeros; el Rancho, sede tradicional de los actuales campeones, y el Bella Vista a la disposición de los enviados de la prensa plana, el sistema turístico de la provincia se encuentra igualmente en alerta de exigencia.

Los santiagueros viven jornadas de puro músculo, pues ya se juega aquí el torneo de fútbol de la IV Olimpiada Nacional, y en breve dará inicio el voleibol masculino, de esa propia justa.

Y si antes hablamos de hotelería, para la Olimpiada los equipos cubanos disponen del complejo Las Américas, los atletas de Venezuela están en el novísimo Hotel Santiago, y cierto personal de apoyo se hospeda en el Motel Deportivo.

Astro por cuba

Con sus relucientes ómnibus Yutong, Astro participa igualmente de la apoteosis del béisbol. La Dirección Nacional de este deporte, los árbitros y un grupo de periodistas se mueven en el carro 1165, y ya cumplieron un larguísimo tramo, de la capital del país hasta la tierra caliente.

Si el play off se extiende más allá de cinco jornadas, los conductores del vehículo antes mencionado, y todos sus pasajeros, habrán devorado, cuando se proclame al monarca y la expedición regrese a Ciudad de La Habana, más de 4 000 kilómetros: Habana-Santiago, Santiago-Pinar del Río, Pinar del Río-Santiago, y nuevamente Santiago-La Habana.

Pero si París bien vale una misa, disfrutar del béisbol bien merece un maratón. Sobre ruedas, claro.

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