23
BEIJING.— Muy probablemente, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, diga mañana en la ceremonia de clausura que los Juegos de Beijing han sido los mejores de la historia. Pero esta vez la frase no sería un «comodín», sino un acto de justicia.
El 2 de octubre del próximo año se elegirá la sede de los Juegos de 2016 y todas las ciudades aspirantes tienen algo claro: ninguna podrá igualar la infraestructura de la capital china. «No podemos estar en ese nivel. Nadie debería intentar superar a Beijing», reconoció el alcalde de Chicago, Richard Daley.
Junto a la urbe estadounidense compiten otras tres candidatas: Madrid, Tokio y Río de Janeiro, esta última con cierto favoritismo. «Si los Juegos son verdaderamente universales no pueden seguir ignorando a Sudamérica», dice uno de los slogan de la campaña brasileña.
Incluso, el propio Rogge ha comentado que Río lleva una ventaja: el hecho de que Brasil sea sede del Mundial de fútbol de 2014. «Creo que se van a beneficiar del Mundial porque tendrán más infraestructura. Me refiero a seguridad, hoteles, telecomunicaciones, transporte y carreteras. Y a los voluntarios, que probablemente serán los mismos en el Mundial y en los Juegos Olímpicos. Es como un ensayo que otras ciudades no tienen», señaló.
Mientras, una foto promocional donde los jugadores de la selección española de baloncesto aparecieron rasgándose los ojos para imitar a los chinos, ha puesto sutilmente en desventaja a la capital ibérica. Tenían la intención de ser simpáticos, pero causaron un efecto bumerang.
Proverbio«Una gran ciudad es un gran desierto».
