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Los ocho cubanos participantes en la primera Copa Mundial de boxeo ratificaron la supremacía planetaria de la Mayor de las Antillas con seis medallas de oro, dos de plata y 42 puntos acumulados.
La fuerte escuadra rusa, con 14 atletas inscriptos por su condición de sede para cubrir vacantes de algunos de los ocho mejor ranqueados del orbe que no asistieron, solo logró tres títulos y 26 unidades, para situarse segunda.
Esta diferencia valida de excelente el resultado obtenido por los discípulos del preparador Pedro Roque en la competición de más nivel de 2008 después de la cita olímpica de Beijing.
No cabe otro calificativo para una delegación en la que todos los integrantes obtuvieron oro o plata en una liza para la cual la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) seleccionó a 88 peleadores de 37 países.
La senda victoriosa la abrió el gallo Yankiel León, con golpes bien colocados por dentro y al abdomen del moldovo Veaceslav Gojan, a quien aventajó por 10-1.
En los 57 kilos, Idel Torriente tras un empate 3-3 en un primer asalto en el cual se le vio superior al ruso Serguei Ignatiev, silenció al graderío con su fuego concentrado sobre el rostro desde la media y larga distancia, y se impuso 12-8.
El ligero-welter Rosniel Iglesias aprovechó su mayor alcance y disertó frente al mongol Munkherdene Uranchimeg, a quien ganó por 16-2.
Con largos rectos y swines al rostro del uzbeco Dilshod Mahmudov, Carlos Banteux selló por 15-4 la última victoria sobre el cuadrilátero de la armada cubana.
El pesado Osmay Acosta y el completo Róbert Alfonso se impusieron por no presentación de sus respectivos adversarios, Oleksandr Usyk (Ucrania) y Marko Tomasovic (Croacia), ambos lesionados en semifinales.
En la apertura del cartel, Yampier Hernández fue aventajado 7-15 por el filipino Harry Tanamor, ex discípulo del profesor cubano Raúl Fernández, y Andry Laffita cedió ante el difícil local Misha Aloyan por 6-20.
