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PARÍS, febrero 1.— Francia hizo historia en el balonmano masculino y completó una actuación perfecta, al conquistar los tres títulos más importantes en fila: los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, el mundial en 2009 y el europeo la víspera en Viena.
Estos muchachos nos han dado la mayor satisfacción del deporte francés de todas las épocas. Ningún equipo nacional logró tantos éxitos consecutivos, opinó el columnista Denis Lathoud.
El propio Palacio presidencial del Elíseo emitió un comunicado de felicitación a los balonmanistas, que serán agasajados luego del recibimiento hoy aquí, mientras la prensa local cuestiona la poca difusión que recibe este deporte en Francia.
Claude Onesta, el exitoso técnico principal del conjunto galo, declaró a la televisión local que además del orgullo y la satisfacción por la victoria ayer en la final frente a Croacia 25-21, las perspectivas del elenco son todavía promisorias.
Hemos logrado consolidar un colectivo en el que predomina la fraternidad y el espíritu de colaboración entre todos. No es fácil completar una hazaña así, pero el potencial no ha terminado y el camino hacia Londres-2010 es interesante, aseguró.
La escuadra francesa tiene como sus mejores atributos al portero Thierry Omeyer, un fuera de serie que ya obtuvo la condición de Mejor Jugador del Mundo en 2009 y volvió a descollar sobremanera en la liza continental en tierras austriacas.
Asimismo, los gigantes Nikola Karabatic, Daniel Narcisse y el capitán Jérome Fernández, el veloz zurdo Luc Abalo y el defensor Didier Dinart, aseguran la solidez de un plantel que nunca se da por perdido y se convirtió en el «Dream team» del balonmano.
Francia consiguió por ahora reeditar el dominio universal que llegaron a tener Rusia y Suecia en la década de los años 1980 y 1990, con la diferencia de que hilvanó los tres títulos más codiciados y de forma sucesiva.
«No vamos a dormirnos en los laureles. Londres es un reto y muy difícil como todos los anteriores», recalcó el entrenador Onesta.
