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Aleoxana Ramos es la primera campeona holguinera del torneo de judo femenino de estos Juegos Escolares Nacionales. Autor: JIT Publicado: 21/09/2017 | 05:36 pm
De rostro avispado y sueños retadores, la jovencita Aleoxana Ramos se convirtió en la primera campeona holguinera del torneo de judo (F) de estos Juegos Escolares Nacionales.
Aleoxana —quien reside en el asentamiento montañoso de Vivero Uno, en Pinares de Mayarí— combatió en la división de los 61 kilos y venció inobjetablemente a todas sus rivales.
Alumna de la EIDE Pedro Díaz Coello, se estrenó en estos eventos como quien transita de la cima serrana a lo más alto del podio instalado en la sala techada de la Universidad de Ciencias Médicas, de Holguín.
Locuaz, con la sonrisa a flor de piel y llamativo amor por su deporte, dialogar con ella motiva porque es hacerlo con un fruto de las mismas lomas de que han surgido campeones olímpicos y mundiales.
—¿Cómo te acercas a la práctica del judo?
—En mi pueblecito natal el profesor Víctor Lázaro creó un gimnasio y fue por las escuelas buscando niñas y niños que quisieran practicarlo, y cómo soy muy activa y me gusta enfrentar los retos, me decidí.
«Además, en la escuela escuchaba hablar sobre la importancia de la práctica del deporte, más tarde conocí la historia de judocas cubanas estelares como Legna Verdecia, y eso fue suficiente, siempre con el apoyo de mis padres».
—¿En qué pensaste al lograr el oro?
—En ellos, que me alientan siempre, en mis profesores de la EIDE, en todos, no solo en los del deporte, y en que esta medalla no me debe cambiar, porque tengo que seguir siendo la misma, la de Vivero Uno, aunque ahora con muchos más sueños a partir de este resultado.
—¿Cuáles son?
—Aspiro ser campeona olímpica y mundial, pero para ello lo primero es integrar el equipo Cuba. Sueño con escuchar las notas del Himno nacional al obtener medallas de oro en competencias internacionales. Imagínate, de la montaña bajé para ganar medallas, y todo gracias a la Revolución.
—Confirman que eres buena estudiante…
—Me gusta estudiar y en la EIDE tengo profesores muy buenos que saben motivarnos y educar. No olvido lo que ellos y mis padres dicen: el buen atleta tiene que ser un buen alumno.
