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El salto del tigre

Roger Machado, el mentor del equipo avileño que participará en el World Baseball Challenger de Canadá, conversa con JR sobre la preparación del grupo y sus expectativas de cara al cercano torneo

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

CIEGO DE ÁVILA.— Aquella noche, cuando levantaron el trofeo de campeón de la 51 Serie Nacional, Roger Machado y el equipo de Ciego de Ávila vivieron la gloria en una noche bañada en fuegos artificiales. La vida cambió para siempre. También las exigencias, y una de las pruebas está en el Torneo Challenger, en Canadá, donde los Tigres representarán a Cuba.

En el estadio José Ramón Cepero, de esta ciudad, el cuartel general del conjunto, se percibe una tranquilidad de mediodía. Roger Machado camina entre las áreas vacías del público. Observa el terreno, el mismo que lo vio surgir a él y a sus muchachos, como él reitera en llamarlos.

Y mira de nuevo las gradas. Sabe que, comparadas con las del Latinoamericano, esta es una de las instalaciones pequeñas; pero también conoce que es capaz de convertirse en algo gigantesco con los rugidos del público.

«¿Cómo será en Canadá?», le preguntamos. Él sonríe y se sienta. Acomoda los brazos sobre los muslos, encoge los hombros y dice: «No se preocupe, vamos a guapear».

—¿Y el entrenamiento? ¿Cómo ha sido la preparación del equipo para este torneo?

—Hemos tenido un período corto, pero fuerte. Los muchachos están en buena forma deportiva. Antes ellos estuvieron en el Campeonato Provincial, que concluyó el pasado 1ro. de agosto. Allí, por ejemplo, Mario Vega se desempeñó como director del equipo del municipio de Ciego de Ávila y al mismo tiempo jugó en la serie. Es decir, los que van a Canadá han jugado mucha pelota.

Después, a partir del día 2, la selección vino para el José Ramón Cepero y ahí nos dedicamos a perfeccionar el juego y pensar bien lo que haremos para no cometer improvisaciones. No tenemos lesionados y el equipo muestra muchos deseos de jugar.

—Conocidos los contrarios, ¿qué características aprecian en este evento?

—Primero debemos decir que este tope internacional ya se lo habían prometido a los Tigres. Ahora se cumple y el compromiso es mayor. Somos un equipo de provincia que enfrentará a selecciones que tienen un carácter nacional. Por eso avizoramos que el torneo será muy difícil. China Taipéi participará con su equipo insignia. El de Japón posee ese carácter al estar conformado por jugadores de todo el país. Canadá, como anfitrión, debe presentar una buena alineación y Estados Unidos lleva al grupo que nos ganó recientemente en el tope bilateral. Nuestra gran ventaja es que somos un colectivo muy unido, nos conocemos bien, hay disciplina y tenemos muchos deseos de ganar.

—¿Cómo ves el calendario del torneo?

—Ese es uno de los grandes problemas. Abrimos con Japón y después vamos con China. Descansamos. Seguimos con Estados Unidos y el cuarto juego es con Canadá. Luego volvemos a enfrentar a Japón y China. Después, el que quede de primero en esa etapa va directo a la final; mientras que el segundo y tercer lugares juegan entre sí para definir quién enfrentará al primero y así discutir el título. Cualquiera puede ganar.

—¿Algún rival al que se deba prestar mayor atención?

—Estados Unidos. Tienen un buen nivel, nos barrieron en los cinco desafíos y vamos a sacarnos la espina. Viajaremos con la intención de ganarles a todos, pero especialmente a los estadounidenses.

—En los últimos años el pitcheo es un tema polémico en la pelota cubana. Se ha visto, incluso, como una de las vulnerabilidades. ¿Qué han hecho ustedes para asegurar la efectividad de sus lanzadores en un torneo de tanto nivel?

—Al pitcheo cubano le falta control y efectividad. Cuando digo ser efectivo, me refiero a que el mejor lanzador no es el que tira más duro y propina mayores strikes, sino el que ubica la bola donde le duele al contrario. En el entrenamiento nosotros hemos trabajado con esa premisa: ganar en control y poner la pelota donde es necesario. En el equipo tenemos a Vladimir García y Yander Guevara. Ellos tienen fogueo en lides internacionales, y pueden hacer un buen papel en transmitir experiencia y cohesionar a los muchachos ante el pitcheo contrario.

—En una entrevista a la televisión local usted decía que iban con una idea clara de lo que no se debe hacer en la pelota.

—A lo que yo me refería es que uno no puede desarrollar un toque de bola, por ejemplo, con hombres que no tienen experiencia ni habilidad para ese tipo de jugada. Y aun así, sabiéndolo bien, los ponemos a tocar. Creo que el béisbol tiene su lógica y hay que saber escoger la figura clave.

—En los últimos juegos de Cuba, incluso en la Serie Nacional, se ha visto poca efectividad: muchos jugadores se embasan pero no hacen carreras. ¿Esa puede ser una dificultad con ustedes?

—Es uno de los problemas que hemos trabajado en el entrenamiento: hacer jugadas que produzcan carreras. Para ello trabajamos en perfeccionar el toque de bola, los sacrificios... Pensar en hacer un juego lo más movido y versátil posible.

—Las ausencias de Yorelvis Charles, por lesión, y de Rusney Castillo, por indisciplina, ¿afectarán el rendimiento del equipo?

—Pienso que no. Los muchachos están inspirados y todo se ha organizado para cubrirlas.

—Ya se anunció que no dirigirás a los Tigres en la próxima Serie Nacional. ¿A qué se dedicará Roger Machado?

—Cierto; no dirigiré a Ciego de Ávila en la próxima serie. Debo atender situaciones familiares que exigen tiempo. Solicité un año de licencia y amablemente me lo concedieron. Eso no quiere decir que permaneceré inactivo. Estaré atento a cualquier necesidad de ayuda a la nueva dirección del equipo.

—Usted salió de este equipo que bajo su dirección ganó la 51 Serie Nacional. ¿Qué tan difícil fue ese tránsito brusco de jugador a director?

—Fue bastante difícil. Creo que soy el único que ha pasado de ser atleta a dirigir su mismo equipo al año siguiente. Muchos de los que debía dirigir eran mis compañeros de filas, solo que los papeles ya eran distintos. Por suerte encontré personas que combinaron el sentido de la amistad con el deber y me apoyaron mucho. A mí siempre me llamó la atención aquello de dirigir y cohesionar a los atletas, entusiasmarlos y por supuesto, siempre estuvo el apoyo del Partido, el Gobierno y el Inder. Uno nunca alcanza un triunfo por sí solo. Detrás de un éxito siempre hay muchas personas que te han apoyado.

—Es un hombre que salió de abajo y ahora es toda una personalidad, al menos en Ciego de Ávila. ¿No extraña el anonimato? ¿En qué medida el éxito transformó su vida?

—No creas, sí me la cambió. Por todos lados te conocen, la gente viene a saludarte, a tomarse una foto, preguntarte algo... Sientes que ahora eres una figura en la cual todos se miran, y por lo tanto debes andar con el suficiente respeto y decencia que esa condición exige. Lo más importante es no llenarse de vanidad. Creo que eso es lo más lindo que uno pueda hacer: seguir siendo ese mismo muchacho que se llevaba con todo el mundo y jugaba pelota en cualquier monte.

—¿En el cuerpo del veterano, todavía queda algo de aquel muchacho?

—Todo. O al menos la esencia se mantiene. No deseo que cambie; no quiero que se vaya. Ese muchacho siempre estará conmigo y creo que nunca me abandonará.

A pelear y duro

El equipo avileño está compuesto por una mezcla de jugadores con experiencia internacional y atletas para los que esta justa representa su primera incursión fuera de Cuba.

El lanzador Vladimir García, el «Cañón de la Trocha», es de los que ha vivido la presión ante equipos extranjeros. «Hemos trabajado mucho en el control y en el lanzamiento cerrado —comenta—. Yander Guevara es otro pitcher nuestro con fogueo internacional y pienso que entre todos podemos hacer un papel en aglutinar a los demás compañeros».

Osmar Carrero es otra pieza en la nómina de lanzadores. Hijo del legendario Omar Carrero, ha jugado un rol importante dentro de los Tigres durante las más recientes campañas y asume su primera experiencia extrafrontera. «Voy a tener muy presente a mis padres —dice—. En este evento es necesario estudiar muy bien al contrario y no subestimar a nadie. Tampoco permitir el descontrol. La última palabra la dirá el terreno».

Otro que se estrena es Ricardo Bordón, quien decidiera el triunfo de Ciego de Ávila en la 51 Serie Nacional. Al preguntarle si habrá otro batazo decisivo, sus ojos se abren como si fuera un día de cumpleaños y dice: «¡Ojalá!». Juega el jardín izquierdo y reconoce que será el estadounidense el equipo a derrotar. «Ya los vimos jugar, son buenos; pero podemos manejarlos» dijo.

De estatura mediana y ademanes serios, es Yorbis Borroto, capitán del equipo y una figura clave por su manera de jugar. En su uniforme lleva el emblema de los Cinco Héroes, que le fuera entregado de manera simbólica para todo el grupo. Yorbis lo toca y asegura: «Este va conmigo todo el tiempo». Además, comenta que «este torneo puede convertirse en una guerra de pitcheo y defensa. Nosotros nos hemos preparado bien, tenemos unas cuantas horas de juego y creo que vamos a dar una buena pelea».

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