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¿Tripleta «remolcadora» en Rusia?

Los boxeadores cubanos pretenden dar un «doble golpe» en los eventos que se avecinan casi de forma simultánea: el Campeonato Mundial con sede en Almaty, Kazajstán, y los II Juegos Mundiales de Combate

Autor:

José Luis López

Inmerso en recuperar el liderazgo perdido (casi) totalmente entre los hinchas que otrora lo ensalzaban, el boxeo, ese indudable buque insignia del deporte cubano, pretende dar un «doble golpe» en los eventos que se avecinan casi de forma simultánea.

Por un lado, la escuadra absoluta de diez hombres se apresta a escuchar el gong anunciador de la épica batalla que sostendrá a partir del lunes venidero, en el Campeonato Mundial con sede en Almaty, Kazajstán. Por el otro, en la Escuela Nacional de Boxeo Olbeín Quesada no hay minuto de descanso para el trío de púgiles que cruzará guantes en los II Juegos Mundiales de Combate, del 18 al 26 del presente mes, en San Petersburgo, Rusia.

Este viernes, JR atestiguó en la llamada «Finca del Wajay» un entrenamiento comandado por el adiestrador Julián Cedeño, con los guantanameros Marcos Forestal (56 kilogramos) e Iván Oñate (60), junto al santiaguero bronce mundial José Ángel Larduet (+91).

«Yo siempre les digo a mis alumnos que las peleas se ganan en el entrenamiento, porque lo que se hace sobre el ring en una competencia, es aplicar lo aprendido en la preparación. No ha sido difícil adiestrar especialmente a este trío, porque ellos lo hacen siempre aquí, en la escuela, y los conozco muy bien. Por eso, solo necesité reagruparlos y hacer trabajos específicos de competencia, es decir, como si fuera una pelea a tres asaltos de nueve minutos», explicó Cedeño.

«Este entrenamiento especial es más corto y su objetivo es aumentar la intensidad de los ejercicios. Aquí, cada atleta tiene su responsabilidad. Y nuestra meta al debutar en estos Juegos Mundiales de Combate no puede ser otra que conseguir las tres medallas de oro, porque los tres son muy buenos boxeadores, de vasta experiencia», sentenció el timonel.

La ardua jornada cerró con el golpeo a los sacos. Las gotas de sudor corrían a borbotones por los rostros del trío, pero ninguno cejó en su empeño. Es cierto que los mejores representantes del pugilismo mundial ya están en Almaty, de cara a la justa orbital. Pero eso no demerita a ninguna de las escuadras que asistirán al evento ruso. Europa es un «semillero» de púgiles. Y los cubanos lo saben.

«Nos ha tocado a nosotros debutar en estos Juegos Mundiales de Combate, pero todos estamos debidamente preparados para ganar el oro. Yo solo tuve dos días de descanso tras regresar del torneo Cinturón de Oro, en Rumanía. Ahora estoy pesando 110 kilogramos. Tengo mucho exceso de grasa y me canso más. Debo bajar hasta 103 para tener mejores reflejos y volver a ser el púgil fajador que todos conocieron cuando peleaba en 91 kilogramos», nos aseveró el supercompleto y capitán de la selección nacional cubana, José Ángel Larduet, medallista de bronce mundial.

Ya no hay espacio para más. La mirada del colectivo está puesta en la vetusta ciudad de San Petersburgo. Y todos saben que un buen resultado allí devendría «llave mágica» para abrir las puertas de cara a la convocatoria de la franquicia Domadores de Cuba, que enfrentará de visitante a los Guerreros de México, el próximo 16 de noviembre, en el inicio de la IV Serie Mundial de Boxeo.

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