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Yarisley se cita con el cielo

Los escollos que la pertiguista cubana Yarisley Silva ha tenido que vencer para llegar a Río en forma darán resultado este viernes. Su estrategia a seguir será economizar los saltos

Autor:

Raiko Martín

RÍO DE JANEIRO.— Tal vez hoy, cuando la pertiguista Yarisley Silva esté retando a la gravedad, el atletismo cubano se encuentre quemando su último cartucho disponible para hacer diana en el medallero de los presentes Juegos Olímpicos. Porque aunque algunos medios de comunicación se empeñen en no darla entre las favoritas —cosa que me parece de locos—, la vueltabajera ha demostrado más de una vez los efectos que causa la adrenalina en sus resultados competitivos.

La muchacha de 29 años ha transitado por una compleja temporada, cuya planificación entró en crisis con el lamentable accidente de su pareja sentimental, el saltador de altura Sergio Mestre. Desde entonces, Yarisley ha hecho un descomunal esfuerzo, en lo físico y lo sicológico, para encaminar su preparación y llegar hasta aquí en forma y con el optimismo intacto. Por eso, gane o no el título, suba o no al podio de premiaciones, esa mujer —en todo el sentido de la palabra— es una triunfadora.

Mas ella se niega a esconderse tras justificadas atenuantes y su proyección no ha variado ni un ápice. Se sabe guerrera, dueña de una seguridad pasmosa y de unos cuantos calificativos impublicables, y repite una y otra vez que en el colchón de saltos se dice la última palabra.

Similar tranquilidad nos transmitió su entrenador Alexander Navas un día antes de la competencia, a la salida del estadio Joao Havelange, donde su pupila quiere alcanzar su segunda medalla olímpica, pero firmando esta vez el título que le falta.

«Yarisley está bien, bastante tranquila y yo confío en que hará una buena competencia», dijo el preparador, tan optimista como consciente de que será una dura batalla, como las tantas que ha enfrentado su alumna en muchas competencias.

Como ella misma dijera, la clasificación le quitó un gran peso de encima, pues la presión en este tramo de la competencia a veces pasa factura, como le sucedió a la local Fabiana Murer, ausente a una final en la que se le esperaba como una de las grandes animadoras.

Sin embargo, entre la docena de candidatas al trono sobran las que lo tienen a tiro, como se ha demostrado a lo largo de toda la campaña. Entre ellas ganan y pierden, sin que ninguna pueda presumir de un favoritismo notable.

De las que tomarán su garrocha hoy para desafiar las alturas solo tres no han logrado superar la varilla a 4,70 metros durante la presente temporada; entre ellas hay siete que saben lo que es brincar sobre los 4,80 metros durante el presente año, mientras que los 4,90 es un privilegio que se reparten las estadounidenses Sandi Morris y Jennifer Surh —aunque el 5,03 de esta fue bajo techo— con la griega Ekaterini Stefanidi.

Serán precisamente estas tres figuras las principales adversarias de Yarisley, aunque esta última prefiere pensar que todas tienen posibilidades de conquistar la corona. Sin embargo, su adiestrador considera que es muy probable que de este cuarteto salga la monarca. «Creo que para ganar la competencia habrá que superar, o al menos acercarse mucho a los cinco metros, y esas son las que este año han conseguido las mejores marcas, muy cerca de esa altura. No creo que con una marca de menos de 4,80 metros vaya a alcanzar», consideró Navas.

Y no le falta razón al preparador. En la fase de clasificación solo la norteña Morris hizo el grado sin rebasar el tope exigido de 4,60 metros, pues después de limpias ejecuciones sobre 4,50 y 4,55, renunció al tope cuando se supo clasificada. La helénica, en cambio, lo rebasó en el primer intento, y la Surh necesitó tres brincos. En cambio, la cubana empleó seis intentos para hacer el grado, y esa es una de las preocupaciones en torno a la competencia.

Aunque eso ya no cuente a la hora en que comiencen a competir, y que ahora lo harán a las 8:00 p.m. hora local, y no bajo el inclemente sol y la alta humedad con la que cubrieron el tramo eliminatorio, el preparador no se desentiende del tema.

«Para Yarisley, será clave economizar los saltos para no agotarse tanto. Con los fallos llega la presión, y aunque ella ha demostrado que puede recuperarse en el camino, sería mejor que no fuese necesario», consideró Navas antes de ratificar que cuando termine el calentamiento definirá junto a su destacada alumna la altura para comenzar el asalto al trono.

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