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Tinajones por puños

Camagüey logró su séptimo título al hilo, mientras que Guantánamo y Pinar del Río cerraron por ese orden el podio del torneo Playa Girón

Autor:

Enio Echezábal Acosta

SANCTI SPÍRITUS- Un duelo a la altura del evento que durante la última semana acogió la tierra yayabera, fue el cierre de las acciones en la 56ma edición del Torneo Nacional de Boxeo Playa Girón.

Dos agramontinos: Damián Arce y Johanys Argilagos ofrecieron una batalla sin tregua, en la que el primero se presentaba como el menos favorecido por el palmarés, pues tenía en frente nada menos que a un doble campeón del mundo.

Sin embargo, Arce se creció ante el gigante, supo poner el ritmo del combate, y fue capaz de encajar su estilo ofensivo al de riposta de Argilagos, método que le valió para dar una agradable sorpresa (3-2) y concretar la revancha de su caída en 2015.

«Argilagos es un gran boxeador, y me preparé para pelear con él durante mucho tiempo. Hice la pelea que me caracteriza, muy ofensiva, tirando constantemente, y estoy muy contento, y a la vez sorprendido, con el resultado», declaró el campeón.

Con Camagüey como líder definido, luego de la victoria de Yosbani Veitía (SSP) ante Agnolis Biñote (HAB), tuvo lugar el choque que definió la segunda plaza por provincias del certamen.

De tú para tú podría calificarse el espectáculo que dieron Erislandy Savón (+91 kg, GTM) y  Yoandri Toirac (HAB), el cual terminó con sonrisa para el del Guaso (4-1), colocó a los suyos en el segundo puesto de la tabla general, y mandó a los habaneros hasta el cuarto escaño, a la vez que  Pinar del Río ascendió al tercero.

Precisamente en el día de su 24to. cumpleaños, Robeisy Ramírez hizo como Leonardo DiCaprio y «renació» para recuperar dos cosas: su corona y la titularidad en la división de los 56 kilos con su triunfo unánime frente a Osvel Caballero, de Mayabeque.

El cienfueguero fue toda actitud sobre el encerado, y recordó a aquel muchachito que en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 alcanzara la gloria olímpica, dos actuaciones que, si él mismo se lo propone, pudiera repetir de aquí a tres años en Tokio.

La controversia del cartel final estuvo en los pesos medios (74 kg), donde el multicampeón Arlen López logró un cerrado triunfo 4-1 ante Osley Iglesias, que hizo tal vez una de las mejores peleas de su carrera al conectar y mantener en jaque al guantanamero casi todo el tiempo.

En los ligeros, Lázaro Álvarez recuperó la primacía nacional, aunque no fue por falta de oposición del habanero Armando Martínez, quien a pesar de ceder de manera unánime exigió lo mejor del triple campeón del mundo. 

Igual pasó en los semipesados (81 kg), que estrenaron rey, luego del ascenso del «doctor» La Cruz. Fue Osvary Morrell (VCL), vencedor del pinareño Osnay Bencomo de forma contundente.

Precisamente Julio César (91 kg) dio un paseo contra el joven habanero Ángelo Morejón, victoria que le sirvió para inaugurar su reinado entre los pesos pesados.

Foto: Oscar Alfonso Sosa

Sin demasiada exigencia, Andy Cruz (64 kg) alcanzó la cima, para lo cual se apoyó en lo mejor de su arsenal boxístico y doblegó a Jorge Moirán (GTM).

Uno de los enfrentamientos más repetidos en épocas recientes del Playa Girón: Roniel Iglesias (PRI) vs. Arisnoide Despaigne (SCU), no se salió del guión que le precedía, y así el vueltabajero logró un 5-0 válido para sumar su décimo título doméstico.

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