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Los Naranjas están en último lugar de la zona occidental. Autor: Modesto Gutiérrez Cabo/ ACN Publicado: 04/05/2018 | 10:33 pm
Al paso que van, los espera el sótano. De un pomposo subtítulo el año pasado, y bronces en las dos ediciones anteriores, el equipo de Villa Clara de la categoría sub-23 de pelota ha caído de manera estrepitosa al fondo de la tabla de posiciones en la actual temporada.
Rebasada la primera mitad de la ronda clasificatoria, sus opciones de repetir la presencia en el play off ya hace rato se multiplicaron por cero. Ahora, a lo más que pueden (y deben, para salvar la honra de una provincia con alto linaje en este deporte) aspirar es a no concluir en el último puesto, que tradicionalmente ha ocupado Guantánamo (2014, 2016 y 2017). Con el elenco de la oriental provincia andan en la puja los del centro por no quedar al final de la cola, ¿podrán?
El equipo tiene ausencias, como casi todos los elencos, por diversas causas, entre ellas, la emigración de algunos posibles talentos; su pitcheo es el área más resentida en el plantel de Ariel Pestano: entre las más notables aparecen Yosver Zulueta, Javier Mirabal —buscan un puesto en el staff que va a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla—, Pablo Luis Guillén, quien se restablece de una lesión para estar en forma para la próxima serie nacional y Eduardo Rodríguez, también lesionado.
Pero si por ausencias fuera, el bicampeón Santiago de Cuba no estuviera metido de lleno en la lucha por uno de los cupos orientales, y ahí está, sobreponiéndose a esas adversidades.
Además, en la nómina de Pestano hay más una decena de atletas con alguna experiencia en la pasada serie nacional élite. Con ese aval no es para que el elenco haya naufragado tan rápido, en lo que ya se inscribe como la peor actuación de un conjunto de ese territorio en la categoría sub-23 y probablemente, si no hay una reacción vigorosa, sea el resultado más pálido en campeonatos nacionales de jerarquía.
Antes del juego de ayer, no habían ganado ninguna subserie y su balance de éxitos y derrotas era de 4 y 17. Ningún lanzador había ganado más de un juego y su carta principal del montículo, Yanni Delgado, era colíder de los pitchers perdedores con cuatro fracasos.
A la ofensiva, Villa Clara es el equipo con peor promedio de embasamiento (.325), también resulta el de menos slugging (.328) y su average (.245) está 20 puntos por debajo de la media y entre los más bajos de todo el torneo.
Al parecer, hay un gran problema de concentración y disciplina en el home plate: ninguna selección se poncha más que la vestida de naranja (139 retirados por esa vía) y tampoco hay paciencia, pues apenas 70 hombres han llegado a la inicial por boleto, los que menos se embasan por esa causa, en un campeonato en el que el control y comando de los lanzadores constituyen asignaturas desaprobadas.
Ariel Pestano Jr. aparece como el receptor con más passed ball cometidos (5) en el certamen, un comportamiento inusual en él, pues en su ascendente carrera se ha destacado por exhibir habilidades que recuerdan a su padre a la defensa.
Ha asumido casi en solitario la titularidad detrás del plato, en una decisión que ha generado polémica mediática y entre los aficionados, que esperaban que alternara calzando los arreos con Jesús David Olivera, de mucho más poder ofensivo.
Como consecuencia de esa situación, Olivera tuvo intenciones de abandonar el equipo, pero el director provincial de Deportes en Villa Clara, Erildo Hernández, confirmó a JR que el muchacho se reincorporará al conjunto el próximo 8 de mayo, cuando Villa Clara retorne a sus predios, mientras permanece entrenando en la Academia.
No habrá postemporada para los Naranja esta vez, pero quedan juegos para tratar de revertir la mala imagen.
