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Paréntesis en campo y pista

Para el ejercicio atlético cubano y su historia bien redactada en Juegos Centroamericanos y del Caribe, el calificativo de deporte rey le viene como anillo al dedo al atletismo, porque ha sido la disciplina que más reflectores ha acaparado

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Barranquilla.— ¿Cuándo se bautizó al atletismo como el deporte rey? Es una pregunta cuya respuesta exacta es extremadamente difícil de brindar. Constituye una disciplina antiquísima, podría decirse, sin miedo a las equivocaciones, la más antigua de todas. Para el ejercicio atlético cubano y su historia bien redactada en Juegos Centroamericanos y del Caribe, el calificativo de deporte rey le viene como anillo al dedo al atletismo, porque ha sido la disciplina que más reflectores ha acaparado, prácticamente desde las ediciones primarias.

Acudir a las ricas estadísticas que ha generado en sus 92 años la fiesta deportiva regional más añeja del mundo, es un ejemplo inequívoco de la trascendencia enorme que tiene el atletismo para Cuba y su condición de primer lugar en el medallero histórico por países.

La frialdad que le atribuyen a los números, en este caso se convierte en el máximo grado de un termómetro, pues la añeja disciplina le ha reportado a la Isla, antes de estos Juegos, el 17,7 por ciento de sus títulos (310 preseas doradas) y el 21 por ciento del total de las medallas (708), según el libro Los Juegos regionales más antiguos, del desaparecido periodista Enrique Montesinos. Además, Cuba es la máxima ganadora de diademas en este deporte.

Después de la sesión matutina de la cuarta jornada del atletismo en la actual justa regional, nuestro país aparecía cuarta en el medallero —detrás de Colombia, Jamaica y México—, impulsada, principalmente, por los cuatro cetros reportados por la pertiguista Yarisley Silva, la favorita discóbola Yaimé Pérez, la ochocentista Rose Mary Almanza y el desempeño extraespecial del decatlonista Leonel Suárez, en su última prueba, después de «un déficit de entrenamiento terrible», como él aseguró, a causa de persistentes lesiones.

Una de las medallas de oro que consideraba más segura para nuestra delegación en el estadio Rafael Cotes, en definitiva no se logró, toda vez que el líder del escalafón mundial de este año en el salto de longitud, el agramontino Juan Miguel Echevarría, no compitió producto de una lesión en su pierna derecha. Con su dolencia se fue a pique la posibilidad de que él destrozara el actual récord para estas citas de 8,45 metros, de Iván Pedroso, hace dos décadas.

Hace cuatro años, en Veracruz, el dominio del atletismo cubano fue arrollador, cuando se alcanzaron 23 títulos. Ahora esa cifra es utópica, como lo es rebasar la veintena de coronas, pero en el objetivo de continuar la tradición de líder, el equipo antillano todavía tiene, entre otras cartas de peso, a la heptalonista Yorgelis Rodríguez, la posta masculina del 4x400 metros, la jabalinista Yulenmis Aguilar, el garrochista Lázaro Borges y la balista Yaniuvis López.  

 

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