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Reunión de Balance de la Fiscalía General de l a República Autor: Estudios Revolución Publicado: 17/02/2020 | 11:33 pm
A trabajar con profesionalidad, de manera justa y objetiva, alejados de la soberbia y prepotencia que dejan saldos no positivos, instó el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a los participantes en el balance anual de la Fiscalía General de la República (FGR), celebrado este lunes en el Palacio de Convenciones de La Habana.
El mandatario recordó que el país vive un intenso ejercicio legislativo para dar respuesta a las transformaciones que demanda la nueva Constitución, proceso que exige mayor participación de nuestros juristas, para que las políticas que darán paso a las nuevas leyes nazcan con robustez.
Transparencia, responsabilidad, ética, compromiso, celeridad y sensibilidad fueron algunos de los términos reiterados en las reflexiones de fiscales jefes de varios municipios, en una jornada que la Fiscal General de la República, Yamila Peña Ojeda, resumió en un concepto eje: calidad sostenida del servicio.
Como explicó en el Informe, para atender la multiplicidad de procesos en cada territorio necesitan 5 239 efectivos, de ellos 2 112 fiscales, cifra que hoy se completa al 87 por ciento. La mitad tiene menos de 35 años y el 80 por ciento son mujeres.
Varios ponentes se refirieron a la inserción de estudiantes en la práctica fiscal, en algunos casos incluso contratados como asistentes, y al favorable incremento en técnicos medios, cuya diligencia permite a los fiscales enfocarse en tareas priorizadas y dedicar tiempo a la autopreparación.
Al respecto, Díaz-Canel comentó que, como en todo proceso de dirección, los recursos humanos hay que gestionarlos, no esperar a que las facultades envíen sus graduados, y llamó a vincularse aún más con la academia, encantar, generar interés y preparar toda esa fuerza joven a partir de la valoración crítica y sistemática de los errores cometidos, sin esperar a que se acumulen.
Uno de los logros de la FGR ha sido incluir profesionales de otras ramas para ampliar la mirada de la realidad y entender mejor el impacto de sus acciones en la vida de la gente. Al respecto, la sicóloga Odalys Bravo recalcó la necesidad del autoconocimiento, de mostrarse inconformes con el propio actuar, dedicar tiempo a sus familias y, sobre todo, escuchar más a las personas, no verlas como cifras, porque sus argumentos ayudan a tomar decisiones atinadas.
El Presidente cubano insistió en la labor ideológica para que la gente actúe con mayor ética, y llamó a que personas con funciones esenciales no «cumplan tareas», sino que dirijan, enfoque muy diferente en compromiso y valoración, porque implica capacidad de planificar, actualizarse, hacer propuestas e implementar acciones.
También se refirió al sostenimiento de las medidas de ahorro pautadas en octubre, y la necesidad de identificar, para erradicarlas, esas trabas burocráticas convertidas en sistema de trabajo en organismos y entidades estatales, que provocan un efecto nefasto en la sociedad.
Díaz-Canel advirtió sobre las maniobras para desacreditar lo valioso que caracteriza al país, como el sistema de salud, el educacional, el turismo o la tranquilidad ciudadana, como parte de la ofensiva de colonización imperial orientada hacia América y el Caribe. Incluso se vislumbra una campaña de descrédito sobre el sistema judicial, alertó, por lo que cada jurista debe enfrentar esas tendencias y defender el quehacer judicial cubano en las redes sociales.
La mejor respuesta a esas maniobras es rehacer todo lo que se aleje de la justicia efectiva que defendemos, insistió, respetar los términos de tramitación y aun convencidos de que alguien es responsable de un hecho, no inculparlo si no se le puede demostrar, porque la Revolución tiene la moral muy alta y exige que se haga todo con transparencia.
Asimismo, se refirió a un grupo de conductas ilegales que se dan en los municipios y no pueden enfrentarse desde «arriba», como el comercio ilegal, la reventa de productos, actos de violencia y otras situaciones a las que está apostando el enemigo para hablar de una supuesta inseguridad ciudadana.
Muchas de esas acciones las estamos contemplando —dijo— en lugar de enfrentarlas para que no se desordene la sociedad, para proteger el pleno desarrollo de las capacidades físicas y espirituales de los ciudadanos de manera ordenada, como corresponde, enfatizó el Presidente.
