Agredido y acosado, sometida a prueba perenne su capacidad de resistir y la fuerza de su dignidad, al pueblo cubano no queda otra salida que convertir sus celebraciones en acontecimientos de reafirmación, especialmente política. Las multitudinarias marchas de este Primero de Mayo no serán la excepción.
A Cuba, entre muchos otros, la asola «el mal de los primeros días». Este fenómeno se observa en diversos procesos, donde se presenta una mejora o cambio aparente, a menudo, tras la visita de algún directivo o al inicio de un proyecto. Sin embargo, la ilusión de progreso es momentánea; con el tiempo, el deterioro se manifiesta.
Los investigadores del asunto lo han revelado este lunes su el gasto militar mundial alcanzó 2,7 billones de dólares en 2024, el mayor aumento desde la llamada Guerra Fría. Por supuesto, Estados Unidos ahí sí tiene el uno y sigue propiciando el incremento de las tensiones, en definitiva es ganancia para sus industrias bélicas.
Al interior de una sala frívola y oscura, Gregorio Samsa representa la sensación extrema de deshumanización. Fue él un personaje ficticio que Franz Kafka catapultó en su magistral obra La metamorfosis como un ser incomprendido luego de convertirse en insecto.
Hurgador de las maravillas del continente americano, musicólogo asiduo, periodista hasta el último aliento y uno de los escritores más geniales de su tiempo. Así recordamos a Alejo Carpentier y Valmont, a 45 años de su fallecimiento. Era ese hombre que sabía de las grandezas que se pueden alcanzar en este mundo.
La danza, generalmente, comienza al caer la noche. A lo largo de las decenas de metros que conforman el muro perimetral de la sede de Juventud Rebelde, centenares de bibijaguas marchan en perfecta sincronía.
El progresismo estadounidense habla por las claras de «dictadura» y «fascismo» para calificar el segundo mandato de Donald Trump, pero desde el 5 de febrero también manifiestan ciudadanos comunes preocupación por sus valores y democracia.
Córrese el riesgo de la repetición. Acecha siempre el denso olor a la copia, a la reiteración, cuando se intenta enfocar a ciertas figuras históricas. Así sucede con Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, el alma generosa y noble que el 10 de octubre de 1868 desbarató los presagios de la historia y los privilegios exclusivos de patricios para repartir entre todos, amos y sirvientes, la gloria entera de redimir la Patria.
No hay dudas de que aquel nacimiento, ocurrido el 28 de noviembre de 1880 en Brooklyn, Nueva York, cambió la vida de José Martí. Había venido al mundo María Mantilla (1880-1962), hija legal de Carmen Miyares y Manuel Mantilla. El Apóstol, quien vivió como huésped en la casa del matrimonio desde principios de ese año, con algunos intervalos de ausencia, se convertiría en el padrino de la niña, bautizada el 6 de enero de 1881. Pero fue mucho más que eso.