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La prioridad es recuperar cuanto antes las afectaciones

Una intensa jornada de trabajo desarrolló en la mañana de este jueves el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, en la provincia de Ciego de Ávila, donde recorrió áreas agrícolas y comunidades afectadas por las intensas lluvias dejadas en el territorio por la tormenta tropical Eta

 

Autores:

Luis Raúl Vázquez Muñoz
Yaima Puig Meneses

CIEGO DE ÁVILA.— «La prioridad, ahora, es recuperar cuanto antes las afectaciones, no importa el sector donde hayan ocurrido». Fue esta una de las principales líneas de acción dejadas por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, al pueblo avileño tras concluir este jueves intensas jornadas de trabajo en las cuales pudo constatar la magnitud de los daños ocasionados por las intensas precipitaciones que ocurrieron en la provincia asociadas a la tormenta tropical Eta.

Al campo, allí donde se produjeron las principales afectaciones en Ciego de Ávila, llegó al despuntar la mañana el Primer Ministro. Dos mil ochenta y dos hectáreas de cultivos afectó en el territorio el fenómeno meteorológico, la mayoría de ellas en la empresa La Cuba, en cuyas áreas Marrero Cruz insistió en la necesidad de «sacar del campo, con inmediatez, todos los cultivos que puedan ser aprovechados en la alimentación del pueblo».

Alejada unos 30 kilómetros de la cabecera provincial, si algo distingue a esta empresa es la amplia diversificación que han logrado en sus producciones, lo cual constituye una garantía para mantener cosechas en diferentes momentos del año, aunque son de plátano las mayores áreas sembradas y, por tanto, en ellas ocurrieron los daños más significativos.

Solo la variedad gran enano fue afectada en casi el 50 por ciento de sus plantaciones, aseguró Carlos Blanco Sánchez, director de La Cuba, durante el recorrido, en el cual también participaron las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia.

La lluvia y la saturación de los suelos generaron mucha humedad, por eso hay tantas plantas caídas, explicó Blanco Sánchez, pero en las áreas de plátano el drenaje funciona muy bien, por eso ya no hay zonas bajo agua.

Del ritmo que podamos imprimirle a la recuperación, subrayó el Primer Ministro, dependerá cuán rápido podamos retomar la siembra y la cosecha en esas zonas.

Ante los cuantiosos daños que se observan en el plátano, sobre todo aquel que se habría estado consumiendo en el mes de diciembre, el Primer Ministro destacó la necesidad de continuar buscando alternativas en la siembra de productos de ciclo corto, como el boniato, que podrían sustituir estas demandas en la mesa familiar.

De igual manera, subrayó la importancia de llevar al actuar cotidiano modos de hacer diferentes, en aquellos espacios donde lo que se había estado haciendo no ha funcionado con los resultados que debía.

Aprovechar las potencialidades que implican las ventas directas de productos al turismo, desarrollar las minindustrias, emplear alternativas locales que nos alejan de las importaciones y, sobre todo, «escuchar qué tienen que decirnos los productores», fueron conceptos esenciales de trabajo en los cuales enfatizó el Primer Ministro.

«Buscar soluciones propias a nuestros problemas, ahí está la clave», consideró.

Un mar de agua y también de apoyo

«Poco a poco seguiremos ayudando y recuperando; lo más importante es que estamos vivos», dijo el Primer Ministro a los pobladores de la comunidad Guayacanes, en el municipio avileño de Majagua, uno de los más dañados por las inundaciones.

Más de un metro de altura alcanzaron las aguas en este poblado, donde en cada una de sus 143 viviendas quedó algún tipo de afectación. Similar comportamiento tuvieron las aguas también en el cercano poblado de La Sierra, donde muchos de sus habitantes aseguraron al Primer Ministro no haber visto nunca antes tal magnitud en el aumento del nivel de las aguas.

«Esto era un mar, y tuvimos que salir a nado de las casas», fue una de las frases más repetidas durante la visita.

En más de 40 años que llevo viviendo aquí, relató Gilberto González, un abuelo de 80 años, jamás las aguas habían llegado a ese nivel, mucho menos en un período tan breve de tiempo.

Fue un susto muy grande todo lo vivido, pero aquí «la Revolución se ocupa de nosotros, eso lo tenemos claro y confiamos plenamente en ella», comentó a la comitiva el joven Yuniesky Ibáñez.

«¿Los han atendido? ¿Se han ocupado de conocer las afectaciones de sus casas, de saber qué necesitan?». Fueron interrogantes constantes del Primer Ministro en cada una de las viviendas visitadas y también con los disímiles pobladores que salieron a su encuentro.

A poco menos de 24 horas de cesar las precipitaciones en el territorio ya se habían entregado 120 colchones a familias afectadas en el municipio de Majagua y especialistas de la Empresa de Copextel se encontraban en la zona para realizar una defectación de todos los equipos electrodomésticos que se mojaron con la crecida de las aguas.

También se han ido precisando los daños en las viviendas para en el menor tiempo posible comenzar a entregar los recursos necesarios para alistar los inmuebles.

Teniendo en cuenta el grave peligro que implican las inundaciones en esta zona, el Primer Ministro indicó a las autoridades de la provincia y el municipio trabajar cuanto antes para definir una solución al problema del alcantarillado y reducir los riesgos, que van a ser siempre un problema latente en tanto no se aplique la solución que definitivamente lo arregle.

Para constatar daños, pero también para viabilizar soluciones en los lugares más afectados, se ha desplegado en las últimas horas el Gobierno cubano por varias zonas del país. La experiencia que deja Ciego de Ávila es que cuando se trabaja con agilidad y compromiso con los destinos del pueblo, las soluciones a los problemas pueden ser más inmediatas.

 

La provincia supo prever los peligros

El Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, reconoció la prontitud con la cual se trabajó en Ciego de Ávila antes de la llegada de la tormenta tropical Eta y en la fase de recuperación, ante las inundaciones provocadas.

Acompañado del general de división Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, Marrero Cruz se reunió el miércoles último en la noche con el Consejo de Defensa Provincial avileño, donde también se dialogó sobre las acciones para levantar el turismo internacional en la cayería Jardines del Rey y del estado del rebrote de la COVID-19 en la provincia.

Ambos dirigentes reconocieron que la provincia supo prever los peligros ante un evento que aportó un volumen importante de lluvias; algo positivo para la agricultura, pero vino aparejado de inundaciones, sobre todo en Majagua y Florencia.

Según informó el gobernador provincial, Tomás Alexis Martín Venegas, se evacuaron más de 30 000 personas. Las afectaciones a las instalaciones de comercio, sobre todo almacenes de alimentos, fueron mínimas. Los mayores perjuicios lo sufrieron 287 familias con viviendas afectadas, la mayoría en Majagua, entre ellas nueve derrumbes totales.

El Primer Ministro indicó trabajar bajo los principios de solucionar los perjuicios antes de finalizar el año y que las casas nuevas deben quedar mejor que antes. También señaló la necesidad de atender con urgencia a las familias que perdieron pertenencias con las crecidas: «Eso es algo muy sensible, no desconocemos las dificultades por las que atraviesa la población. Por eso la premisa debe ser la ayuda inmediata».

En la agricultura se contabilizaron 1 472 hectáreas de plátano dañadas, 400 de arroz y más de 5 000 canteros de semillas, entre otros renglones. El Primer Ministro señaló la necesidad de recuperar esos cultivos de inmediato y pensar en el drenaje de los campos para evitar mayores daños y dilaciones en la recuperación.

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