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Creaciones a un clic, desde casa y para el mundo

En la Casa de Cultura Julio Bartolomé Cueva Díaz, del municipio espirituano de Trinidad, la COVID-19 no ha sido impedimento para estimular a las musas de su movimiento de artistas aficionados

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

TRINIDAD, Sancti Spíritus.— En la añeja casona ubicada en la calle Rosario, en el mismo corazón del centro histórico de la Ciudad-Museo del Caribe —a pocos metros de las legendarias escalinatas de noches bohemias—, el silencio sepulta los escasos movimientos que tienen lugar en su interior.

Dibujos colgados en su improvisada galería, instrumentos musicales en un rincón y papeles con trazos que intentan ser rectos son algunas de las huellas que delatan que en el antiguo inmueble, la Casa de Cultura Julio Bartolomé Cueva Díaz, del municipio espirituano de Trinidad, hasta hace bien poco hubo vida.

«Desde que la COVID-19 hizo su entrada precisamente por esta urbe, hemos aprovechado las escasas oportunidades que nos ha dado, al reportarse pocos casos positivos, para reunirnos aquí —asegura Yunior Cabrera Landestoy, con 16 abriles como instructor de artes plásticas—; pero desde el primer día pensamos en cómo hacer para mantener sistemáticamente los talleres de creación. Nos volcamos entonces hacia las aplicaciones de mensajería y Facebook».

Una idea que ha sabido aprovechar Samuel Alejandro Batista Guevara, con solo ocho años de edad y estudiante de la escuela primaria Mario Guerra, de la comunidad costera Casilda. Desde su casa y con ayuda de su mamá ha logrado mejorar diferentes técnicas, como acuarela y dibujo con lápices de colores.

«Mi profesor Yunior me explica por mensajes de voz cómo debo trabajar. Hago los ejercicios que mi mamá le devuelve en fotos», cuenta a través de WhatsApp a este diario, quien gracias a esa constancia y desempeño realizó su primera exposición personal Martí: autor intelectual del Moncada. Desde la inocencia regaló al mundo, mediante Facebook —galería de la Casa de Cultura en los últimos tiempos— un Apóstol muy propio en homenaje a la efeméride del 26 de Julio.

Su progenitora, Yenisbel, asegura que además de influir en su formación como artista, esta iniciativa ha resultado importante para que la estancia obligada en casa sea mucho más placentera.

«Ha sido un trabajo diario. Cuando la situación epidemiológica nos lo ha permitido hemos fijado un encuentro en la Casa de Cultura o en el mismo hogar de Yunior para corregir las técnicas y alistar los materiales que han sido expuestos en distintos salones de las artes visuales: el concurso De donde crece la palma, en los niveles municipal, provincial y nacional, así como en el A mis héroes de blanco, auspiciado por la Galería de arte Benito Ortiz, de Trinidad. También se ha sumado a las exposiciones colectivas Fidel en mi corazón, Bombero voluntario soy, Comandante Eterno, Fin del Verano y Pasajes marinos, entre otras, convocadas por la Casa de Cultura».

Cada logro de Samuel, como del resto de sus estudiantes, es fiesta para Yunior Cabrera Landestoy. En su perfil personal de Facebook cuelga cada avance, creación… historias infantiles contadas por colores y diversas técnicas.

«Trabajar con niños y niñas es uno de mis mayores placeres. No resulta fácil y mucho menos en la distancia, pero con ayuda de las familias alimentamos sus personalidades. Las artes visuales estimulan habilidades y les ayudan a desenvolverse en la sociedad; los enseña a pensar con creatividad. Y estoy satisfecho porque cada semana, al revisar los ejercicios, me percato de sus significativos avances. Por eso puedo decir que la COVID-19 no ha sido impedimento».

Y entre sus publicaciones virtuales se repiten los dibujos de Erriggemny Carlos Valdivia Rodríguez, de 11 años. En su mundo eternamente en silencio, los colores toman la palabra.

«Por su padecimiento: sordera bilateral profunda y presentar hipermetropía y astigmatismo, sí tenemos que vernos presencialmente. Reforzamos todas las medidas higiénico-sanitarias y nos encontramos en su casa o en la mía. Erriggemny es un niño con un excelente dominio del dibujo y el trabajo con los colores y las acuarelas. Actualmente trabaja en la preparación de su primera exposición personal, Revolución, dedicada especialmente al Comandante en Jefe y al pueblo cubano».

Luces, cámaras.....

Desde el año 2017, Aldaba teatro ha acunado a unos cuántos amantes de esa manifestación artística sin formación academicista. La misma Casa de Cultura Julio Bartolomé Cueva Díaz, además de guarida ha sido su más fiel escenario.

«De un momento a otro nos vimos detenidos. Comenzaron entonces las convocatorias a eventos virtuales nacionales e internacionales, por lo que decidimos buscar la vía idónea para presentar con calidad nuestro repertorio en esos espacios», rememora Yanny González Hernández, director de Aldaba teatro y Teatro La Trinidad (proyecto profesional).

Fue así que nació el grupo de creación audiovisual Los cabezones descubridores de agua tibia, responsable de realizar materiales que visibilizan el quehacer del movimiento de artistas aficionados y cuanto precise el gremio cultural trinitario.

«Ha sido un sueño hecho realidad, gracias a la unión con la célula de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en especial con su jefe, Víctor Echenagusía, también cámara y editor. El vínculo de trabajo con el resto de las instituciones ha sido muy provechoso».

Entre esos buenos resultados se distingue el haber representado a Cuba, tanto Aldaba como Vigía teatro, otro proyecto de la Casa de Cultura, en el 2do. Encuentro internacional virtual de poesía y narrativa oral Quijotes del arte por la vida, y en el de Títeres y danza.

«Pensamos que el trabajo se iba a ralentizar, pero nos concentramos en preparar las piezas por WhatsApp y luego grabamos. Así hemos regalado nuestro arte en el Concurso Nacional Escaramujo, el Festival de Teatro Aficionado Olga Alonso y el Concurso de Narración Oral Cuéntame más. Además, hemos podido mantener una programación constante en diferentes perfiles de redes sociales».

Ese es el espíritu que transpira la añeja casona trinitaria, aunque demasiado silencio ensordezca.

«Nuestra misión es fomentar entre las juventudes el buen gusto y estética de vida. Ese compromiso con nuestros artistas profesionales y aficionados está vivo, a pesar de que los tiempos sean convulsos», concluyó el director de teatro.

Yunior Cabrera Landestoy y Erriggemny Carlos Valdivia en pleno proceso creativo.

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