Y.C.: Desde mis 18 años, he tenido relaciones casi ocultas con muchachas. A la vez, tengo noviazgos con hombres a quienes he dejado por ellas. Muchos de mis amigos y familiares saben de mis preferencias. Me apoyan bastante. Ahora tengo una relación con un muchacho muy bueno, pero es inevitable mi atracción hacia las mujeres. No sé qué hacer. Tengo muchas inseguridades. No quiero pasar mi vida infeliz. Tengo 24 años.
¿Sabes bien qué prefieres hacer? Antes de actuar debes identificar cuál es el problema, qué te resulta difícil, qué te impide elegir. Has sabido intercambiar con hombres y mujeres, sin verte obligada a asumir compromiso con uno u otro. Dejas suponer que es fácil para ti, a pesar de que temes pasar una vida infeliz.
Pareciera que tienes condiciones propicias para elegir, dado que tus allegados te aceptan y no te faltan pretendientes. Sin embargo, dejas a los hombres por las muchachas que te atraen, sin comprometerte con ellas. Al final no te quedas con nadie. ¿Cuáles son las inseguridades? ¿A qué infelicidad te refieres? ¿Qué ganas con este ir y venir entre hombres y mujeres?
Parece simple decidir amar a quien uno prefiere; pero no siempre lo es. Por eso te exhortamos a intentar comprender qué te lo impide. Luego, podrás saber cómo encauzar el deseo que te moviliza. Para este tipo de análisis puedes consultar, cara a cara, a un sicólogo.
Muchas veces asumimos que la homosexualidad y los prejuicios sociales contra esta, impiden la elección de una pareja del mismo sexo. Pero también pueden ser otros los problemas que no nos dejan definir nuestra vida. Elegir implica asumir riesgos, confrontarnos con situaciones inquietantes, con nuestra vulnerabilidad, etc. Por eso es importante que pienses qué más está sucediendo contigo y te impide elegir la pareja que crees desear.
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