Oskar Lafontaine. Foto: Roberto Suárez El vigoroso impulso de las fuerzas progresistas en América Latina, la necesidad de que el gobierno alemán modifique su política hacia Cuba, y el deseo de que el Comandante en Jefe Fidel Castro avance en su recuperación física, fueron referidos por Oskar Lafontaine, copresidente del partido La Izquierda, de Alemania, en rueda de prensa ofrecida ayer en nuestra capital.
El veterano político, quien fue ministro de Finanzas del ex canciller Gerhard Schroeder y abandonó el Partido Socialdemócrata en mayo de 2005, ante la deriva neoliberal adoptada por aquel gobierno, expresó su satisfacción por la reanimación económica de Cuba después de la década de los 90, sus logros en salud, educación, y su colaboración solidaria con otros países latinoamericanos, algo que la Unión Europea debería igualmente brindar.
Lafontaine, quien visitó la Isla hace 19 años, sostuvo encuentros con el vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage; el miembro del Buró Político José Ramón Machado Ventura, y el ministro de Relaciones Exteriores Felipe Pérez Roque, con quienes abordó también los problemas económicos de mayor envergadura en nuestro país, en particular los relacionados con la vivienda, el transporte y la agricultura.
Asimismo, apuntó su percepción de que Cuba había continuado estable durante todo el proceso de recuperación del Comandante en Jefe, a quien envió un saludo por medio del canciller Pérez Roque.
En otro punto, al analizar la actualidad latinoamericana, precisó que el denominado «socialismo del siglo XXI» ha de ser la adaptación de las transformaciones que cada país efectúe, según sus condiciones específicas.
Expresó además su apoyo al empleo de la riqueza petrolera de Venezuela a favor de las necesidades del pueblo, y su respaldo al referéndum sobre la reforma constitucional que avala el presidente Hugo Chávez.
A una pregunta de JR sobre la actualidad alemana, Lafontaine manifestó sus críticas hacia el neoliberalismo y los recortes sociales impuestos, aunque explicó que, con el surgimiento de La Izquierda, se aprecia una tendencia de los ámbitos políticos a preocuparse más por los servicios sociales.
En referencia a qué influencia pudiera tener su formación para que el gobierno de Berlín adopte una postura constructiva hacia Cuba, precisó que La Izquierda aboga por que Europa y Alemania hagan más por colaborar con la Isla, y reclamó que el gobierno alemán demuestre así sus éxitos de los últimos años en la cooperación con otras naciones.
Destacó que su partido, si bien es más fuerte en la parte del país que antes constituía la República Democrática Alemana, hoy cuenta con 74 000 miembros y ha logrado ingresar al Parlamento del estado federado de Bremen, en el oeste. Las encuestas le otorgan a La Izquierda un 13 por ciento del electorado, lo que ilustra que la inmensa mayoría acepta como válidos los postulados sociales del partido.
La Izquierda, una formación política recientemente creada, es el fruto de la fusión entre el Partido del Socialismo Democrático y la Alternativa Electoral por el Trabajo y la Justicia Social. Constituye la tercera fuerza en el Bundestag (cámara baja del Parlamento alemán).
