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Venezolanos marcharon en apoyo a Evo Morales y a la refundación

Autor:

Marina Menéndez Quintero

CARACAS.— Evo cuenta con el apoyo de más del 60 por ciento de la población según las encuestas, aseveró aquí el embajador de Bolivia, Jorge Alvarado, quien no obstante advirtió que después del referendo revocatorio de este domingo, vendrán otros momentos difíciles en su tierra.

«Las oligarquías van a seguir torpedeando e impidiendo que Evo Morales lleve a cabo las transformaciones, se opondrán seguro a la nueva Constitución y a la redistribución de tierras», alertó.

Alvarado hizo tales declaraciones en el inicio de una combativa y gruesa marcha organizada aquí por los pueblos indígenas y nutrida por gente de la población, columna plagada de banderas que recorrió buena parte de la ciudad desde la Plaza Venezuela hasta la de Altamira, donde confluyó con hombres y mujeres convocados por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Juntos, los bloques desfilaron después hasta la embajada de Bolivia, donde al cierre de esta edición permanecían en vigilia hasta este domingo, jornada de consulta para Bolivia y en la que Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera y los prefectos de los distintos departamentos —excepto Chuquisaca, que recientemente eligió a Sabina Cuéllar para sustituir a la autoridad renunciante anterior—, ponen su mandato a disposición del electorado.

A la hora en que se iniciaba la marcha aquí en Caracas, los reportes desde Bolivia daban cuenta de la relativa tranquilidad que seguía este sábado a conatos de violencia promovidos durante la semana por la oligarquía, los llamados comités cívicos, la juventud cruceñista y los prefectos localizados en los estados de la denominada Media Luna, algunos de los cuales acudieron a la cuña de fuerza de la huelga de hambre como parte, hasta última hora, de sus presiones por detener la votación.

Desprovisto de escrúpulos, Percy Fernández, alcalde de la rica Santa Cruz y acompañado por el prefecto Rubén Costas y el presidente del Comité Cívico de esa localidad, Branko Marinkovic, se atrevió incluso a llamar a las Fuerzas Armadas el jueves para que se levantaran en armas.

Los hechos son consecuentes con la estrategia de esa oposición tras la cual está la mano del Imperio, y han sido considerados como preludio de una suerte de golpe de Estado civil que denunciaron con fuerza las autoridades del ejecutivo del MAS, y también gobierno, intelectuales, y movimientos populares y sociales de Latinoamérica.

No pocos consideran que la renuencia de los prefectos separatistas de la Media Luna estriba no solo en el temor a no conseguir la ratificación en sus puestos, como en la certeza dada por los sondeos de que los votos contra la continuación del proceso refundador y por tanto, contra Evo, no superarán el 53,7 por ciento que llevó por primera vez a un indígena a la presidencia. Solo así, dice la ley, el Jefe de Estado y su vice podrían ser revocados.

Según se ha anunciado, Morales depositará su voto en la Villa 14 de Septiembre, en la Cochabamba que lo vio crecer como personalidad política desde su comienzo como líder de los antes vilipendiados campesinos cultivadores de la hoja de coca.

Ellos, los indígenas, suman el 60 por ciento de la población: una inmensa mayoría que, pese a todo, debe hacer sentir el mandato a favor de la Bolivia nueva hoy.

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