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La Unión Europea sigue ignorando la voluntad de los irlandeses

Eugene McCartan, líder del Partido Comunista de Irlanda, conversó con JR sobre el NO al Tratado de Lisboa

Autor:

Luis Luque Álvarez

«¿Qué hacer con el Tratado de Lisboa? Entiérrenlo», expresa la portada de The Economist. En una portada de la revista británica The Economist, un gorrión, decorado con la bandera de la Unión Europea, yace inerte con una flecha clavada en la pechuga. Encima del pájaro, un titular pregunta: ¿Qué hacer con el Tratado de Lisboa? Y obtiene su respuesta: «Entiérrenlo».

A decir verdad, el Tratado de Reforma de la UE no es aún cadáver, aunque muchos se preguntan cómo reanimarlo después de la fatal herida que le infligieron los votantes irlandeses con su mayoritario NO en el referéndum de junio pasado.

Ahora bien, ¿cuál fue la causa del rechazo? Esa fue mi interrogante al secretario general del Partido Comunista de Irlanda, Eugene McCartan, quien participó en la XV Conferencia de Estudios Europeos, en La Habana.

—Las razones son innumerables —explica—. En lo fundamental, se reconoció que el Tratado era antidemocrático. La UE es una potencia económica, y está tratando de establecerse como potencia política y militar. Y es una potencia económica precisamente por ser una potencia imperialista. Entonces, no podemos asentir a la construcción de un poder imperialista. ¡No podemos! Seríamos desleales a la historia de los pueblos colonizados, a todo aquello en lo que creemos en cuanto a la autodeterminación de las naciones. Debemos luchar por esta autodeterminación, por la democracia, por el derecho a que los irlandeses podamos decidir en las leyes de nuestro gobierno.

«La Revolución Francesa ofreció dos principios básicos: el derecho a la autodeterminación nacional, y que los gobernados puedan controlar a quienes los gobiernan. Pero la UE no respeta estos principios, pues se opone al derecho de las naciones a gobernarse ellas mismas.

«Las leyes que promueve la UE no son favorables a los irlandeses. No es el tipo de democracia que nos gustaría. Siempre se nos dice qué tenemos que hacer, y esto es fundamentalmente lo que se le cuestiona a la UE.

«De igual modo, nos oponemos a la militarización de la UE. Si tienes un perro Gran Danés, no lo tienes para mostrarlo, para llevarlo a pasear, sino para atacar. Si la UE tiene un ejército, ¿para qué es? No es para mantener la paz interna, sino para expresar su poderío global. ¿Por qué, como nación antiimperialista que somos, los irlandeses debemos apoyar la creación de un ejército europeo? Y más cuando sabemos que será empleado como una fuerza imperialista, en contra de todos. ¿Por qué debo hacer eso? No puedo hacerlo.

«Finalmente, en la UE está ocurriendo un ataque sistemático contra los derechos de los trabajadores. Está, por ejemplo, el caso de la empresa letona Laval, que contrató a obreros letones para hacer un trabajo en Suecia, pero no les pagó lo que los trabajadores suecos, con salarios más altos, devengan por ese mismo trabajo en su país. Y el Tribunal de Justicia Europeo le dio la razón a Laval.

«Tenemos entonces que el derecho de los dueños de las empresas es mayor que el derecho de protesta de los trabajadores. Tienen derecho a la protesta, ¡pero no el derecho a ejercerlo! Si lo hacen, son castigados. Esto es una perversión de la justicia y de la democracia. Tales son las cuestiones fundamentales que se expresan en este Tratado, y a las que nosotros nos oponemos».

—¿Cree usted que el gobierno irlandés buscará otra vía para aplicarlo?

—Desde el principio, el gobierno dice públicamente que acepta el criterio del pueblo, el voto del NO, pero a lo interno no lo hace, no lo toma en cuenta, no lo defiende. Sigue respaldando el Tratado de Lisboa. Mientras, la Comisión Europea gasta cientos de miles de euros organizando seminarios para tratar de convencer a las personas de que cometieron un error, lo que es una violación de nuestra Constitución. El pueblo sí la honra, y ha decidido que el Tratado está muerto, pero la UE sigue ignorando la voluntad del pueblo. (Con la colaboración del traductor Reinier Monzón)

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