Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Opositores venezolanos contra el humano derecho a la educación

Recién aprobada en Venezuela, la Ley Orgánica de la Educación ha levantado revuelo, polémica y enfrentamientos a favor y en contra

Autor:

Juana Carrasco Martín

CARACAS.— De nada se habla o escribe tanto en Venezuela por estos días como de LOE. Así, por sus siglas, nombran a la Ley Orgánica de la Educación, que ha levantado revuelo, polémica y enfrentamientos a favor y en contra.

Este sábado 22 de agosto, la legislación recién aprobada es el centro de sendas marchas por las calles de Caracas, una de ellas de la oposición.

En su apoyo están movilizados el estudiantado liceísta y universitario, los maestros y profesores, los padres de las comunidades, obreros y campesinos, la militancia del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), y los partidos aliados PCV y PPT, y otras organizaciones políticas y sociales, para todas las plazas Bolívar del país —y puedo asegurarles que hay una en cada ciudad y pueblo de la geografía venezolana.

No será solo para enarbolar banderas y carteles o gritar consignas en pro de la educación liberadora; la celebración tendrá otro objetivo fundamental: explicar la Ley a quien no la conozca a fondo o todavía le quede alguna duda de sus beneficios, entre los que destacan los principios básicos de ser pública y social, igualando a los venezolanos sin discriminación, y a la vez es obligatoria, gratuita, de calidad y laica, por lo que apunta contra la condición de negocio como la explotan quienes, por tener las riquezas, también quieren concentrar el conocimiento, fuente elemental para la dignificación del ser humano.

Hay que sacar la verdad a la luz, frente a una oposición que asfixia y se ahoga en mentiras, al punto que la llaman Ley Herodes, esgrimiendo todavía —para incautos o malintencionados— una supuesta pérdida de la patria potestad. O intentan enfrentar laicidad con religiosidad, cuando la primera es garantía de la libre decisión espiritual de las personas frente a la intolerancia.

Precisamente, el ministro del Poder Popular para la Educación, Héctor Navarro, decía en el programa Educando en Socialismo, de Radio Nacional de Venezuela, que esa oposición se había lanzado al debate de la legislación sin conocimiento de su contenido.

Esa burguesía autócrata, y quienes todavía siguen sus engañifas, no está dispuesta a pagar la deuda que acumuló con la sociedad venezolana al negar el derecho a la educación y guardar para sí el conocimiento, brecha que la Revolución Bolivariana está cerrando.

Que la Ley «atenta» contra la autonomía universitaria, nada tan alejado de la realidad, pues da poder de decisión compartido y por igual a educandos y educadores, nada nuevo cuando desde las primeras décadas del pasado siglo se inició en Argentina una revolución en la educación superior que ascendió hasta México. Venezuela no está inventando nada, sigue la expresión más justa y moderna de la enseñanza.

Pero los planes desestabilizadores parecen tener un cronograma de ejecución que apunta a impedir el regreso normal a las aulas este septiembre próximo. En los planteles en manos de la oligarquía se agrede a los estudiantes que apoyan la Ley, y cuatro gatos reunidos en alguna céntrica esquina cierran el tránsito y posan para cámaras y micrófonos de una prensa que los aúpa. Las órdenes para el desorden parecen partir de foros como el titulado «¿Qué hacer ante la nueva Ley de Educación?», organizado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice), en el que participaron dirigentes de esa oposición de derecha que ya estuvo en la nómina golpista de abril de 2002.

Por cierto, un destacado miembro de Cedice, Emeterio Gómez, en entrevista con El Tiempo, que indagó sobre su posición maquiavélica, dijo sin ambages: «Pero mi respuesta contundente es cuando ese fin tiene algún sentido. Por ejemplo, cualquier cosa para fortalecer la democracia o impedir el comunismo —que es el caso de Honduras— justifica un golpe de Estado. En otras palabras, el fin justifica los medios cuando ese fin es noble. Cuando no lo es, no se justifica. Cualquier medio que se utilice para enfrentar el comunismo totalitario de Hugo Chávez está perfectamente justificado».

Por ese camino anda la guarimba contra la Ley Orgánica de la Educación. Por eso el pueblo saldrá a las calles.

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