Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Tropezones de Hillary Clinton en Paquistán

La secretaria de Estado de EE.UU. llegó a Egipto este martes como parte de su gira por Asia y Medio Oriente

Autor:

Nyliam Vázquez García

En Paquistán, la Secretaria de Estado estadounidense no fue precisamente bien recibida. Ya pasó el mal trago. Ahora promete en otro sitio. Sin embargo, quizá resuenen en sus oídos las duras críticas paquistaníes. Demasiados intereses en juego, y, al mismo tiempo, una gran animosidad contra Washington en esa nación centro asiática. Tuvo que soportar... escuchar algunas verdades.

Asma Shirazi, periodista paquistaní, le espetó durante un programa de televisión: «Estamos luchando una guerra, eso nos fue impuesto. No es nuestra guerra, es su guerra (...) Ustedes tuvieron un 11 de septiembre. Nosotros estamos teniendo un 11 de septiembre diario en Paquistán».

Se defendió como pudo. Un gran atentado, que dejó más de un centenar de víctimas en un concurrido mercado de la ciudad de Peshawar, le había dado la «bienvenida» a Islamabad. Esta visita, que tuvo lugar la semana pasada y duró tres días, buscó estrechar las relaciones entre ambos países y mejorar la imagen de EE.UU, además de mostrar apoyo a este país en medio de una gran operación militar contra los feudos talibanes en las áreas tribales de Waziristán del Sur. Sin embargo, sobre el terreno, quedó claro que «el horno no estaba para pastelitos».

«Su presencia en la región no es buena para la paz, porque aumenta la frustración y la irritación entre la población de este lugar», le expresó uno de los asistentes a la reunión con líderes tribales de la región noroccidental fronteriza con Afganistán, citado por la BCC.

En medio de ese aluvión, la jefa de la diplomacia estadounidense también tuvo que calmar a algunos sectores paquistaníes preocupados por las implicaciones de la Ley de Alianza Perfeccionada con Paquistán 2009, firmada por el presidente, Barack Obama, pocos días antes del arribo de Clinton a Islamabad. La legislación, más conocida como Ley Kerry-Lugar-Berman, cifra la ayuda a este país en 7 500 millones de dólares para los próximos cinco años. Claro, con condiciones.

Según algunos medios de prensa, en primer lugar, la propia secretaria de Estado estadounidense deberá verificar periódicamente que Paquistán trabaja de manera activa para desmantelar las redes de proliferación nuclear clandestinas; y, además, deberá asegurarle al Congreso en Washington que ese gobierno no apoya a ningún grupo radical islámico ni en su territorio ni en Afganistán. En Paquistán vieron comprometida su soberanía y algunos  tomaron la legislación como injerencia política. Si bien un informe estadounidense trató de despejar dudas, cada uno de los sucesos durante la visita de Hillary muestran que, en un país que EE.UU. considera aliado indispensable, se ceba la falta de confianza. La «cruzada contra el terrorismo» lanzada por Bush hace ocho años, la guerra en una frontera difusa, la muerte que ronda y sienten impuesta, pasan la cuenta a La Casa Blanca. Con razón.

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