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A pesar de que las autoridades de Bahréin prohibieron las concentraciones, miles de manifestantes chiítas corearon consignas antigubernamentales cerca de la capital, Manama, esto, luego de la oración del viernes, informa Telesur.
Las protestas en contra de la monarquía, en la ciudad de Diraz, a las puertas de la capital bahreiní, se registraron luego de que la oposición llamara a la población a continuar con la rebelión.
Este jueves, la oposición hizo un llamado a reunirse en los lugares de culto, más que en las calles. Pues, esta semana, las autoridades decretaron el estado de emergencia.
El estado de urgencia se da después de semanas de contestación en este pequeño reino, donde Estados Unidos mantiene la comandancia de la V flota.
«El enfoque pacífico ha sido nuestra opción desde el comienzo» aseguró el religioso chiita, jeque Issa Qassem, durante un sermón, donde también llamó a respetar los principios de la no violencia.
En tanto, en los poblados de Sitra, en las cercanías de Manama, miles de personas asistieron a los funerales de una de las víctimas de la represión.
La víctima fue identificada como Ahmed Farhan, de 28 años de edad, muerto la noche del martes. Los enfrentamientos dejaron, este semana, al menos ocho muertos y decenas de heridos.
Repudio a la violencia en Bahréin
La comunidad internacional repudió los hechos sangrientos en el Reino de Bahréin. El jueves, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, advirtió contra el uso excesivo de la fuerza en un llamado telefónico al rey Al-Jalifa.
Más temprano, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, consideró que la represión era «chocante e ilegal».
Pese a las críticas nacionales e internacionales, el gobierno de Bahrein recibió el apoyo de su vecina Arabia Saudí y envió a Manama unos mil militares integrantes del Escudo de la Península, la fuerza común de los países del Consejo de Cooperación del Golfo.
La oposición, seis de cuyos dirigentes fueron detenidos el jueves, reclama reformas para obtener una mayor participación política y rechaza la proposición del poder de un diálogo nacional antes de la renuncia de personalidades claves del régimen.
Monarquía derriba Plaza de la Perla
El Gobierno de Bahrein demolió este viernes la plaza de la Perla de Manama (capital), icono urbano de las protestas en contra de la monarquía de Hamad bin Isa al Jalifa, que se han llevado el último mes. Las taladradoras y excavadoras derribaron los seis pies que del monumento. Mientras miles de manifestantes continuaron las manifestaciones antigubernamentales.
Bajo la justificación de «realizar una mejora en las infraestructuras» las autoridades tumbaron el monumento de la Plaza de la Perla, que desde el pasado 19 de febrero se convirtió en el epicentro de las concentraciones contra la dinastía suní de los Al Jalifa.
La destrucción de la estatua, que fue levantada en la década de los 80 para conmemorar la creación del Congreso de Cooperación del Golfo (CCG), se muestra como una acción desesperada del Gobierno para frenar las protestas en su contra.
Los manifestantes, en su mayoría chiíes, han expresado su rechazo a la monarquía y han pedido la dimisión de Jalifa.
Además, por varias semanas los huelguistas mantuvieron ocupada la plaza de la Perla e incluso instalaron un campamento donde se pronunciaban discursos políticos. Pero, el pasado miércoles la policía antidisturbios irrumpió el refugio y sacó a los manifestantes.
Tras el asalto policial, el Ejército acordonó la zona y está sometida a un toque de queda, este viernes comenzaron las actividades de demolición.
El monumento tenía en la parte de arriba una esfera que representaba una perla. Sus seis pies representaban los seis países miembros del CCG: Bahréin, Kuwait, Emiratos Arabes Unidos, Arabia Saudí, Qatar y Omán. La perla simbolizaba el patrimonio común de estos países, cuyas economías se basaban, antes de descubrir su petróleo, en la recolección de perlas.
