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Terrorista noruego rechaza revelar contactos con grupos extremistas

«No quiero ofrecer informaciones susceptibles que puedan conducir a detenciones suplementarias, afirmó Anders Behring Breivik, enjuiciado por la masacre de 77 personas el pasado verano en Noruega

Autor:

Juventud Rebelde

El terrorista Anders Behring Breivik, en juicio por la masacre de 77 personas el pasado verano en Noruega, rechazó este miércoles revelar información sobre sus contactos con grupos extremistas o su membresía en la red radical de Caballeros Templarios, reporta PL.

«No deseo hablar sobre eso», respondió Breivik ante las tentativas de la fiscal Inga Bejer Engh para develar los posibles vínculos del ultraderechista con organizaciones xenófobas que hayan influenciado o ayudado a perpetrar los sangrientos hechos.

No quiero ofrecer informaciones susceptibles que puedan conducir a detenciones suplementarias, afirmó el autor de los crímenes más letales ocurridos en esa nación nórdica desde la Segunda Guerra Mundial.

Negado a arrepentirse por los asesinatos, Breivik es enjuiciado por la matanza de 69 personas en el campamento juvenil del Partido Laborista Noruego, y por la muerte de otras ocho tras la explosión de una bomba que colocó en el complejo gubernamental de Oslo, horas antes.

Según el extremista, la masacre del pasado 22 de julio fue «una acción contra los traidores del Estado que acometen la destrucción cultural del grupo nórdico», en tanto considera la matanza como un acto cometido para «defender a la población étnica noruega del multiculturalismo».

No obstante lo peor del caso radica en que existen, según Breivik, dos células terroristas, listas para atacar en cualquier momento.

De acuerdo con su historia, difundida en su manifiesto de mil 500 páginas el día de los ataques, Breivik dice ser comandante militar del llamado movimiento de resistencia noruego de los Caballeros Templarios, de reconocida retórica xenófoba y ultranacionalista.

Sin embargo, la Fiscalía sostiene que tal grupo es una quimera, toda vez que la policía no ha encontrado indicios de su existencia.

De momento, la Justicia noruega tendrá unas 10 semanas de audiencias para determinar -a raíz de polémicos informes psiquiátricos y encontradas opiniones médicas- si el criminal nórdico está cuerdo o demente, si va a una cárcel o directo al manicomio.

Ello se debe a que un primer reporte de salud mental declaraba a Breivik como esquizofrénico paranoide, mientras un segundo estudio lo certificaba como cuerdo y por tanto, responsable de sus actos ante la ley.

En ese sentido, el ultraderechista insiste en su estabilidad mental y reclama que sus ataques deben ser juzgados como un acto político y no como la obra de un psicópata.

Es por ello que este miércoles afirmó ante la Corte, que en su caso «sólo hay dos veredictos justos: la pena de muerte o la absolución».

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