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La felicidad también tiene rostro venezolano

El país sudamericano calificó como el primero en el Índice de Felicidad en América del Sur, según el escalafón que emite la universidad estadounidense de Columbia

Autor:

René Tamayo León

CARACAS.— La felicidad tiene muchos rostros. El venezolano es uno de ellos. La nación bolivariana fue calificada como la más feliz de América del Sur, según el informe que realiza sobre el tema la Universidad de Columbia.

En Latinoamérica ocupó el puesto dos, detrás de Costa Rica. Y a nivel mundial, el 19, agregan las tablas del Instituto de la Tierra de ese centro de altos estudios, en cuya confección utiliza una serie de variables que aplica a 150 países.

A nivel mundial, para la Universidad de Columbia el país más feliz es Dinamarca. Siguen Finlandia, Noruega, Holanda y Canadá. Y los menos felices, Togo, Benín, República Centroafricana y Sierra Leona, en África subsahariana.

La mayoría de los medios venezolanos se hicieron eco de la noticia, informada en primer momento por el ministro local de Comunicación e Información (MINCI), Andrés Izarra, a través de su cuenta en Twitter (@IzarraDeVerdad).

Según interpretan medios públicos, «en Venezuela, hay una sensación de bienestar generalizado, producto de una política pública de distribución equitativa de la riqueza, implementada por el presidente de la República, Hugo Chávez Frías», escribía en el portal del MINCI la analista Nerliny Carucí.

El Reporte de Felicidad Mundial (World Happiness Report 2012) evalúa términos como equidad, empleo, apoyo social, estabilidad familiar, crecimiento económico del país, riqueza material, libertad individual, ausencia de corrupción...

La salud mental y física, sin embargo, se reseña como el elemento que «más contribuye a la felicidad».

GALLUP Y LATINOBARÓMETRO TAMBIÉN

Los medios de prensa venezolanos también se hicieron eco, a fin de complementar el Reporte de Felicidad Mundial 2012, de una encuesta de la empresa de sondeos Gallup reseñada en marzo último por el diario estadounidense The Washington Post.

Según el estudio —data de 2010— este país ocupa el quinto lugar en la lista de naciones más felices del mundo.

La respetada encuestadora aplicó su cuestionario en 124 países. El 64 por ciento de los venezolanos respondió ser feliz porque «su nivel de vida era muy próspero». (Entre otras comparaciones, se situó cinco puntos por encima de EE.UU.).

La investigación versaba respecto a la valoración de los ciudadanos sobre su presente y expectativas futuras en cuanto a bienestar. En la clasificación, el primer lugar fue para Dinamarca, donde el 72 por ciento de sus habitantes consideró de manera positiva su vida. Le siguieron Suecia (69 por ciento), Canadá (69), Australia (65), Finlandia (64) y Venezuela (64).

Otra estimación, realizada por la encuestadora Latinobarómetro, de fines de 2011, señalaba que el 80 por ciento de los venezolanos está «muy satisfecho» con su vida.

Al explicar los resultados, Latinobarómetro agregaba que casi la mitad de los venezolanos se consideraba como gente feliz gracias a las políticas del gobierno del presidente Chávez, entre ellas las relativas a la salud y la educación.

OTRA OPINIÓN (DEL REPORTERO)

Siguiendo los parámetros de centros de estudios, encuestadoras, entes académicos, sociales, políticos, este redactor especula que a la vuelta de unos pocos meses, el índice de felicidad venezolano —sea el que sea— deberá subir más en la escala, habida cuenta la agresiva política social y económica que implementa el presidente Hugo Chávez este año y planea continuar en el período 2013-2019.

Tal es el caso de la solución a corto plazo del problema habitacional, con un programa de construcción de hogares de estándares de medio a alto, pero para los sectores más desfavorecidos, con la Gran Misión (GM) Vivienda Venezuela.

También las políticas de asistencia social para las personas vulnerables —ancianos, niños, mujeres, embarazadas, personas con minusvalías—, a través de las GM En Amor Mayor e Hijos e Hijas de Venezuela, con ayudas temporales equiparables con un salario mínimo; y la GM Saber y Trabajo, destinada a la capacitación y generación de empleos, formales y de alta calidad.

Quienes adversan a la revolución bolivariana, son del criterio de que todas esas políticas responden a una estrategia del mandatario para el actual año electoral: el 7 de octubre se realizarán comicios presidenciales; en diciembre, estaduales; y en abril de 2013, los de alcaldías.

Sin dudas, es un período presionante, que obliga a políticas certeras y espectaculares, más cuando la continuidad o no de Chávez en el poder definirá buena parte del curso de la historia —local, regional y en algunos ejes, mundial.

No por gusto, Venezuela está en el centro de diana de los poderes hegemónicos, que están apostando a todo su arsenal a fin de frustrar la continuidad del mandato de un líder radicalmente revolucionario, y que se ha declarado de forma abierta «antiimperialista», «internacionalista» y «socialista».

TIEMPO DE COSECHA

Según encuestas, informes de inteligencia, investigaciones de centros de estudios locales y foráneos —serios—, y hasta de corporaciones económicas, bancarias y bursátiles, Chávez es el amplio favorito para las elecciones del 7-O. Gana.

Sin embargo, las actuales políticas hacia lo interno que desarrolla el gobierno bolivariano, incluidos megaproyectos en el área económica —industrial y agrícola— son, en su real dimensión, la continuidad de la estrategia que a lo largo de 13 años ha ido implementando este proceso político.

Es cierto que se ha desarrollado con más o menos fortuna y  más o menos obstáculos, incluyendo golpes de estado, boicot de la petrocracia criolla, manipulación mediática, acciones de descrédito por parte de las grandes potencias y demás fuerzas de derecha, crisis económicas... y hasta una dura y recurrente enfermedad cancerígena del Jefe de Estado.

Mas, sin dudas, los presentes programas sociales y desarrollistas por los que se enrumba Venezuela son el acumulado de una experiencia que hoy —por el aprendizaje de su líder, del resto de la dirigencia y de las mayorías populares— son muestra de que se está en presencia de una revolución en plena madurez, dominio de sí, y nada ingenua.

La felicidad no es un índice de sumas estadísticas ni de presentes táctiles o perspectivas. También es una elaboración. Construir felicidad es de por sí algo dichoso. Venezuela tiene todas las potenciales humanas y materiales para ser uno de los países más felices del mundo. Y, más aún, contribuir a la felicidad del resto de los pueblos. La revolución bolivariana está consciente de ello. Sus enemigos, también.

ALGUNAS CLAVES DE LA FELICIDAD EN VENEZUELA

Venezuela de Verdad (http://www.venezueladeverdad.gob.ve), sitio adscripto al Ministerio de Comunicación e Información local (MINCI), ofrece su propio catálogo de motivos por el que los venezolanos se consideran gente feliz, en un artículo firmado por la periodista Nerliny Carucí.

Según un resumen del texto, ocurre así porque, Venezuela:

—Es el país que registra el menor porcentaje de desigualdad en América Latina. Según el Coeficiente GINI —metodología internacional creada para esta evaluación—, tiene un índice de 0,3900 (0 es la mejor puntuación, 1: la peor).

—Está clasificada entre los tres países más justos de la región en la distribución de la riqueza.

—Tiene una economía fuerte, garantiza condiciones de vida digna y promueve un modelo de desarrollo ecológicamente equilibrado.

—Está clasificada, según el PNUD, como un país con altas expectativas de vida.

—Alcanzó un Índice de Desarrollo Humano de 0,756.

—Es ejemplo en desarrollo de políticas de soberanía alimentaria.

—En 2007, superó la meta mundial de disminución del número de personas en pobreza extrema. Durante la Revolución, 3 000 000 de venezolanos han salido de la miseria y 4 959 361 dejaron de estar en condiciones de pobreza.

—Ha creado durante la revolución 3 400 000 empleos dignos y el número de ocupados en el sector formal alcanza 58,7 por ciento.

—Ha desarrollado un sistema minorista estatal (MERCAL) que vende alimentos a precios subsidiados, en el que compran casi 11 000 000 de personas.

—Tiene el salario más alto de América Latina.

—Ha incrementado su inversión en salud en casi 4 000 por ciento en los últimos 13 años y el Gobierno garantiza salud pública gratuita.

—Ha invertido en el área social durante la revolución más de 500 000 millones de dólares.

—Es el quinto país del mundo y el segundo de América con mayor matrícula universitaria.

—Ha dispuesto pensión de vejez para el 60 por ciento de los adultos mayores.

—Ocupa el primer lugar de América Latina donde la población quiere vivir en su país: el 90 por ciento de los locales nunca ha pensado en emigrar.

—Ocupa el tercer lugar entre los países de Latinoamérica que consideran totalmente democrático su país; y el segundo en Sudamérica.

—Ocupa el cuarto lugar de los países de la región cuyo pueblo reconoce un buen uso de los recursos nacionales por parte del Estado.

—Es el primer país de Latinoamérica cuya gente piensa que, en su país, hay igualdad de oportunidades, sin importar el origen de cada quien.

—Ha construido en los últimos 17 meses más de 200 000 viviendas.

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