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El Presidente Evo Morales asiste a la celebración del solsticio de verano en el Lago Sagrado. Autor: Radios R4990 Publicado: 21/09/2017 | 05:28 pm
ISLA DEL SOL, Bolivia, diciembre 20.— El lago Titicaca vive un ajetreo poco común ante los festejos por el solsticio de verano, que los pueblos indígenas celebrarán este viernes, y que mueven hacia su interior a miles de personas.
Desde antes de llegar a Tiquina, en el primer contacto con el llamado Lago Sagrado, cientos de vehículos y miles de personas hacen filas para pasar al otro lado y seguir camino a Copacabana, donde intentarán tomar una barcaza a la Isla del Sol, dijo PL.
Las embarcaciones se cruzan luego, unas hacia la ínsula que acogerá los festejos por el solsticio, al mediodía de este viernes 21 de diciembre, y otras en busca de más peregrinos.
Unos prefieren las lanchas rápidas, cuyo viaje dura poco más de media hora, otros se inclinan por la tradición inmemorial, los botes de totora (planta herbácea acuática).
Las aguas del lago lucen tranquilas y espléndidas, dice PL, como si presintieran que vivirán momentos únicos, que solo se repiten cada miles de años.
Algunos se adentran en improvisados salones de conferencias, donde se debate sobre diversos temas, entre ellos, migración, educación, medio ambiente, cultura, tradiciones y solidaridad.
Los más osados ascienden una de las montañas cercanas, en tanto los técnicos dan los toques finales a la sala de prensa o garantizan las comunicaciones para el acto oficial, previsto para el mediodía, que encabezará el presidente boliviano Evo Morales.
Se especula sobre la presencia de algún otro jefe de Estado, pero hasta este jueves no hay confirmación, aunque sí algunas personalidades de diferentes partes del mundo, que estarán en un sitio marcado por la tradición.
Entretanto, en Ciudad México, la historiadora y antropóloga Laura Canso, experta en cultura prehispánica, señaló que la idea fatalista sobre el fin de las 13 eras de 400 años en que se divide el calendario de la civilización maya, proviene de Hollywood y «es totalmente ajena a las comunidades mayas, que sigue su vida día a día», reporta ANSA.
La estudiosa exhortó a «leer e informarse» a quienes creen los vaticinios de algunos que pronostican el Apocalipsis.
La especialista en comunidades indígenas —agrega la agencia noticiosa— señaló que a la falta de información se suma la serie de programas que en los últimos días transmiten cadenas de televisión por cable, dominados por «el sensacionalismo más allá de argumentos sólidos».
«Es más una versión muy gringa, tal como lo señalaron cuando se acercaba la llegada del nuevo milenio, mencionando que al llegar el año 2000 se colapsarían las computadoras y una serie de catástrofes», expuso.
Mañana es el fin del Baktun, la décimotercera era de 400 años en que se divide el calendario maya. No significa el fin del mundo, solo «termina un ciclo» y comienza otro, dicen los expertos.
En el centro arqueológico de Tikal, al norte de Guatemala, arrodillada frente al majestuoso templo del Gran Jaguar, la sacerdotisa maya Kakchiquel, María Salomé Chonay, elevaba este jueves plegarias al creador de la vida para que el viernes 21 haya «un nuevo amanecer sin discriminación ni violencia».
Chonay, de 65 años, es miembro del Gran Consejo, llegó a Tikal luciendo su tradicional traje multicolor y acompañada por varios miembros de su familia y tras lamentar la comercialización que se ha hecho del acontecimiento, declaró: «Esperamos que el nuevo ciclo nos traiga la unidad para vivir mejor, en paz, tranquilidad y que se termine la violencia».
La población maya, el 42 por ciento de los 14,3 millones de guatemaltecos, despide el último Baktun sumida en la pobreza y la discriminación, pero esperanzada en un futuro mejor.
