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Amigos para siempre

Colaboradores cubanos en Venezuela son protegidos por el pueblo, las Fuerzas Armadas y el Gobierno Bolivariano. Seguros, en calma y trabajando. Al parecer, la tensión en el país cede

Autor:

René Tamayo León

CARACAS.— «Los colaboradores cubanos están bien, ecuánimes y seguros. Dando nuestra amistad a los amigos, que es la inmensa mayoría del bravo pueblo venezolano, el que nos ha cuidado, protegido y entregado todo el amor en estos días», señaló el doctor Gerardo Hernández, jefe de la misión médica cubana en Venezuela, durante un encuentro con los cooperantes del centro médico de diagnóstico integral (CDI) Los Cedros, en la parroquia caraqueña de El Valle.

La misión médica es la más numerosa de todas las que prestan ayuda solidaria en la República Bolivariana. En buena parte del país, CDI, ambulatorios y consultorios fueron blancos de asedio y agresiones durante el intento de golpe de Estado que empezó a desarrollarse a partir del lunes último en la noche.

La razzia enviada a las calles por la derecha local no paró mientes en que se trataba de unidades médicas. Tampoco, decía el doctor Hernández, de que allí «estaban enfermos que merecían tranquilidad y respeto». Pero cada colaborador cubano afrontó los atentados a las instalaciones donde trabajan, «con honor y altruismo», señaló el Jefe de la misión médica.

Sin embargo —agregó— «es insignificante la fuerza de los agresores comparado con los miles y miles de venezolanos que salieron a defender a los cubanos».

Al parecer, la tensión en el país está cediendo poco a poco. Esperemos que siga así. Es un resultado de la firmeza de las autoridades venezolanas, sus Fuerzas Armadas y el pueblo.

No obstante, en los centros de salud donde hay misioneros, las comunidades, espontáneamente, han creado mecanismos de seguridad para que a «ningún cubano lo toquen», dice la señora Dilcia Villegas, habitante de El Valle y miembro del Comité de Salud de su barriada.

Dilcia vive en el cerro. Está indignada porque allí, aunque no se produjeron agresiones físicas contra las instalaciones, algunos «escuálidos (opositores) tocaron cacerolas frente a ellas. Da pena, más cuando muchos se atienden con los médicos cubanos; hay hasta algunos que todas las mañanas son los primeros de la cola para recibir fisioterapia en las salas de rehabilitación integral (SRI)».

«El pueblo cubano que esté tranquilo»

Un grupo que se trasladaba en autos vociferó frente al CDI Los Cedros: «Vendremos por ustedes». Nunca aparecieron. Los comités de salud y el pueblo de El Valle los esperaban.

Nerio Suárez, miembro del consejo comunal y del comité de salud de Vistalegre, es uno de los dirigentes de la zona. Participa en la organización de las movilizaciones populares que están frenando en paz la embestida.

El martes, Nerio reunió a 200 motorizados para enfrentar acciones vandálicas y proteger a los cubanos. Son colectivos populares que se mueven en motos. Se les respeta mucho, en especial, entre los opositores. Son personas muy «arrechas» (bravas); a veces, intimidantes. Lo mejor es no chocar con ellas. Los escuálidos lo saben, se alejan cuando llegan.

«Nos hemos reunido en equipos y en marchas y estamos protegiendo todos las instalaciones médicas de El Valle y Coche, y a cada cubano. Y así mismo ocurre en todas las parroquias de Caracas y a nivel nacional», explica Nerio.

«El pueblo cubano que esté tranquilo. Les pido a los familiares, amigos y compañeros de los colaboradores, que, por favor, estén tranquilos. Aquí no van a tocar a ninguno. Nosotros respondemos por ellos. Estamos agradecidos a Cuba. Aquí estamos para defenderlos: el pueblo, las fuerzas armadas, el Gobierno. Es el legado que nos dejó el Comandante. Tranquilos, no le hagan caso a lo que dicen los medios de comunicación. Lo hacemos por ustedes, por nosotros y por Chávez».

Trabajar y mantener la calma

La doctora guantanamera Yunieska Legrá es médica comunitaria en el cerro Calle 15. Los días han sido duros para ella y sus compañeros, pero han hecho lo que debían: «Trabajar y mantener la calma», dice. Desde el lunes, su enfermera venezolana la va a buscar a la residencia médica para subirla.

«A pesar de lo difícil de estos días, ha sido una experiencia muy linda. El Comité de Salud, mis pacientes, los amigos, no han dejado de llamarnos. Es algo constante, preguntan cómo estamos, qué necesitamos. Nos han protegido todo el tiempo.

«Con la familia en Cuba mantengo constante comunicación, por teléfono y por correo electrónico, les escribo todos los días.

«Anoche hablé con mi hijo. Estaban preocupados por lo que veían en Telesur. Se alarmaron un poco; los calmé. Ahora le mandé un mensaje a mi mamá. Le digo lo que es: que todo está tranquilo, que todo está bien».

***

La holguinera Susana Rodríguez es licenciada en Farmacia, trabaja en el CDI. «Estos han sido días de prueba para todos, de lucha, una vez más, como revolucionarios cubanos, que aquí es continuar brindando nuestros servicios solidarios, mantenernos al lado del pueblo venezolano, que nos cuida y protege.

«El martes amenazaron con asediarnos, pero todos los trabajadores venezolanos dieron un paso al frente, los motorizados, los compañeros de Barrio Adentro... Estuvieron aquí todo el tiempo, incluso empezaron a hacer guardias nocturnas.

«Al final no vinieron. Fue para amedrentarnos, para decir que podían más, y no es así. No pueden contra el pueblo.

«Con la casa estoy comunicándome permanentemente. Ahora mismo, casualmente, estaba mandándole un mensaje a mi hermana, y a mi hija se lo pasé hace un momentico. Ayer hablé por teléfono, siempre dándole confianza a mi mamá, que es quien más tensa se pone. Les digo que estén tranquilos, que nosotros estamos cuidados y que estamos bien. Estamos muy bien cuidados».

***

El doctor Maikel Companioni atiende en la sala de terapia intensiva del CDI Los Cedros a una señora sin amparo filial.

Un joven bien vestido la dejó en el centro a inicios de semana. Estuvo al borde de la muerte. Los médicos cubanos que trabajan en el área donde se supone que viva, buscaron a algún familiar. Fue en vano. La señora se recupera poco a poco. Se le atiende día y noche por el equipo de terapia intensiva.

No es una casualidad; es un símbolo. ¿Qué le habría pasado si el presidente Chávez no hubiese creado la misión Barrio Adentro, un servicio gratuito y de excelencia profesional?

Maikel, médico internista, está concentrado en la sala de terapia y la de hospitalización. Lleva dos años en Venezuela. Por estos días hace su trabajo con la responsabilidad de siempre, y mantiene una intensa comunicación con su familia.

«Les comento lo que está pasando, porque tampoco podemos tenerlos ausentes, pero siempre transmitiéndole confianza».

No pasarán

Samuel Canache, es conductor de ambulancia en el CDI Los Cedros desde hace un año; vive en la zona.

«La cosa estuvo un poquito fuerte. El martes trataron de agredir al CDI, pero salimos en defensa, porque los cubanos son parte de nosotros; se han internado en nosotros y en nuestras comunidades, han colaborado mucho y han ayudado mucho. No deberían ser atacados, pero esta gente es así.

«Los trabajadores venezolanos hemos creado un grupo de vigilancia para estar las 24 horas de guardia. Hoy mismo (miércoles) me quedo yo, el camillero, una camarera, una recepcionista y una enfermera, cuidaremos la instalación y el equipo médico de guardia. Ese es el plan, nadie nos lo orientó, nadie nos lo ordenó. Lo decidimos y ya. Por aquí no pasarán».

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