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NACIONES UNIDAS, septiembre 30.— Nicaragua condenó este lunes el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y demandó una reforma profunda de la Organización de las Naciones Unidas, al tiempo que cuestionó la postura obstaculizadora de algunos miembros permanentes del Consejo de Seguridad con respecto al tema.
Al intervenir en el 68 período de la Asamblea General, el canciller Samuel Santos ratificó que Nicaragua sigue respaldando la propuesta de reinvención de esa organización, presentada por el expresidente de ese foro (2008-2009), padre Miguel D’Escoto, reportó PL.
«Hoy más que nunca se vuelve imprescindible el establecimiento de un nuevo modelo económico global, sostenible, basado en la justicia, la solidaridad, la complementariedad, y comprometido con la defensa de la Tierra y el medio ambiente», definió.
El Canciller sustentó esa propuesta en los efectos de la crisis económica y financiera impuesta por el capitalismo global y sentenció que «tampoco puede haber democracia internacional sin respeto al Derecho Internacional».
Recordó que Nicaragua ha demostrado con hechos fehacientes su apego a esa regla esencial y al respeto al diálogo como vía para la solución de cualquier conflicto.
Santos instó a impulsar un proceso intergubernamental con vistas a 2015, a tono con la propuesta del presidente de este período de sesiones, el representante permanente de Antigua y Barbuda en la ONU, John W. Ashe.
Destacó los avances integracionistas en América Latina y el Caribe, a partir del respeto a la diversidad, y el fortalecimiento de visiones comunes en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
«Nicaragua, en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y en Petrocaribe, ha encontrado un modelo de integración para la superación de la pobreza, el hambre y la desigualdad», añadió.
El Canciller repasó los logros del Gobierno Sandinista con la aplicación de un modelo de alianzas con todos los sectores y reiteró la disposición de batallar contra el crimen organizado.
Aseguró que seguirán luchando por la soberanía y respeto a todos los pueblos y en ese sentido condenó el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, demandó la exclusión de esa nación caribeña de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y la liberación de cuatro antiterroristas cubanos presos en cárceles norteamericanas.
A nombre de Siria, nación a la que se dedicaron muchas de las intervenciones en la ONU, habló el viceprimer ministro y canciller de esa nación, Walid al-Moualem, quien denunció que su país es víctima del doble rasero en materia de terrorismo y armas químicas, lo cual consideró un obstáculo para la salida política al conflicto interno.
El alto funcionario advirtió que las potencias occidentales, lideradas por EE.UU. y sus aliados en la región, ignoran los asesinatos y masacres cometidos por los opositores armados mientras acusan a Damasco de crímenes.
Para Al-Moualem, esta situación hace necesario que se repita la misma pregunta que realizó el año pasado ante la ONU: «¿Es el consenso internacional en el combate al terrorismo un compromiso serio, o es mera retórica?».
Respecto a la cuestión de las armas químicas, ratificó el compromiso de la nación árabe con la adhesión al instrumento internacional que prohíbe el uso de esas sustancias.
Sin embargo, alertó que los opositores han recibido del exterior esos artefactos, por lo que quedan retos por enfrentar. La intervención de Al-Moualem se produjo menos de 72 horas después de que el Consejo de Seguridad aprobara una resolución para eliminar las armas químicas en el país árabe y advirtiera a las partes en conflicto de abstenerse de usarlas.
