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PARÍS, septiembre 19.— Aviones franceses lanzaron este viernes el primer ataque contra posiciones del autodenominado Estado Islámico (EI), en Iraq.
Un comunicado del Palacio del Elíseo, señala que los cazas atacaron en el norte de la nación árabe un depósito logístico del EI, reporta la agencia Prensa Latina.
«El objetivo ha sido alcanzado y enteramente destruido», precisa el texto, y añade que otros bombardeos tendrán lugar en los próximos días.
Según la presidencia, el Parlamento será informado la semana entrante por el primer ministro, Manuel Valls, del compromiso asumido por las fuerzas aéreas francesas al lado del ejército iraquí.
La constitución gala obliga al gobierno a informar al órgano legislativo sobre su decisión de intervenir en el extranjero a más tardar tres días después del inicio de las operaciones.
La decisión del presidente Francois Hollande de participar en una coalición promovida por Estados Unidos en el país árabe fue saludada la víspera por el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Sin embargo, aquí varios políticos francesces rechazaron esta decisión, contraria a la asumida en 2003 por el gobierno del entonces presidente Jacques Chirac, quien se opuso a la participación de París en la intervención de Estados Unidos y sus aliados en ese país árabe.
«Esta decisión es un grave error que no arreglará la situación y agravará la desestabilización en esa región», opinó el Partido Comunista Francés.
Mientras, Eric Coquerel, diputado del Frente de Izquierda (FG, por sus siglas en francés), declaró que el anuncio de la entrada del país en la guerra en Iraq es un viejo truco utilizado por otros presidentes de la V República a fin de desviar la atención de los problemas nacionales.
Según se anunció aquí, la Asamblea Nacional será informada del tema probablemente el miércoles, en una sesión donde habrá debates, pero no votación.
De acuerdo con el ex primer ministro Dominique de Villepin, símbolo de la oposición francesa a la agresión contra Iraq en 2003, la decisión de Estados Unidos de volver a intervenir en esa nación es absurda y peligrosa.
«Es tiempo de que los países occidentales (Europa y Estados Unidos) saquen las lecciones de la experiencia», dijo Villepin.
