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La empresa Mesoloft ha presentado al mercado de servicios funerarios una nueva opción para quienes eligen ser incinerados o quieren incinerar a sus seres queridos una vez muertos. El nuevo sistema se sirve de sondas estratosféricas para liberar las cenizas de los difuntos cremados desde una altura de aproximadamente 28 kilómetros.
Uno de los cofundadores del proyecto, el estadounidense Chris Winfield, dijo al periódico The Washington Post que propone esta alternativa al entierro a sabiendas de «que las cenizas probablemente viajarán durante meses y posiblemente años» desde el llamado espacio cercano y que es muy probable que «den la vuelta al mundo antes de regresar en forma de lluvia o nieve» a la Tierra.
