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Tabaré Vázquez, nuevo presidente de Uruguay

Participó Raúl en los actos de investidura junto a otros mandatarios de la región

Autor:

Leticia Martínez Hernández

MONTEVIDEO.— El doctor Tabaré Vázquez asumió en la mañana del domingo como Presidente de la República Oriental del Uruguay en una sencilla ceremonia celebrada en el Palacio Legislativo, a la que asistieron varios mandatarios de la región, entre ellos el General de Ejército Raúl Castro Ruz.

Luego de comprometerse a desempeñar con honor el cargo que le confiara el pueblo uruguayo desde las elecciones de noviembre, el dignatario celebró los 30 años ininterrumpidos de democracia en el país y recordó que exactamente dos lustros antes, desde el mismo lugar, se había dirigido a la Asamblea General del Poder Legislativo en ocasión de asumir la presidencia de la nación. “Hoy la vida me da una segunda oportunidad", comentó.

Tabaré Vázquez dijo que pocas veces la humanidad se vio tan sacudida, golpeada y abrumada por el miedo, el terror, la intolerancia, los conflictos bélicos, las muertes violentas, la discriminación, los excluidos, el hambre crónica y la desnutrición que padecen millones de personas mientras toneladas de alimentos se arrojan como si fueran desperdicio.

Ante esto, señaló, existen signos positivos que alienta, pues “no son pocos los que dan lucha por la paz, los que trabajan a favor de los derechos humanos, los que se preocupan por los pobres e indigentes, o aquellos que militan cuidando el medio ambiente”.

El Presidente se comprometió a honrar los principios de libertad, igualdad, justicia, democracia, autodeterminación de los pueblos, ilustración, solidaridad, fraternidad, integración, respeto y tolerancia, proclamados por el insigne independentista José Gervasio Artigas, a quien rindió homenaje en sus primeras palabras a la nación. “En él está la génesis de nuestra identidad”, precisó.

Al concluir esta ceremonia de juramentación, Tabaré Vázquez y el vicepresidente Raúl Sendic se trasladaron en la parte trasera de una sui géneris camioneta antigua, saludando a los uruguayos que se aglomeraron con banderas en las avenidas, hasta la Plaza Independencia, donde los esperaban las delegaciones extranjeras asistentes a la investidura.

En la céntrica plaza montevideana, a los pies del monumento dedicado a Artigas, debajo del cual se encuentra el Mausoleo donde descansan los restos del prócer, Mujica entregó la banda presidencial a Tabaré ─como mismo sucedió en el año 2010 pero en sentido contrario─, y ambos se abrazaron en señal clara de la continuidad del Frente Amplio, que por tercera ocasión estará al frente de los destinos del país. Luego, el nuevo Gabinete Ministerial tomó posesión de sus cargos.

Finalmente, el Presidente y Vicepresidente, acompañados por sus esposas, saludaron a los jefes de las delegaciones que viajaron hasta Uruguay para participar en las ceremonias, entre ellos la presidenta de Chile, Michelle Bachelet; y los mandatarios Horacio Cartes, de Paraguay; Rafael Correa, de Ecuador; Ollanta Humala, de Perú, y Raúl Castro, de Cuba.

Mujica: no me voy, estoy llegando

El oncólogo Tabaré Vázquez ha tomado las riendas de Uruguay y ha abrazado a Pepe Mujica como quien abraza su misma causa. Pepe ha dicho adiós, pero ha asegurado que se queda para siempre. Es un referente como expresó el nuevo mandatario al tomar posesión. Es un ejemplo de vida. Dicen los medios de prensa que es el Presidente más pobre del mundo, aunque él mismo en contraposición riposta siempre: "No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivo con lo justo para que las cosas no me roben libertad".

Terminó el domingo un periodo de cinco años frente a la nación suramericana, pero para que quede claro ha dejado un mensaje conmovedor, como su vida de luchas perennes: “No me voy, estoy llegando. Me iré con el último aliento y donde esté, estaré por ti, estaré contigo. Porque es la forma superior de estar con la vida”. Así se despidió de su pueblo el 27 de febrero: “pueblo querido, es tiempo de agradecerte por el honor que me regalaste”.

Al cabo de tanto trajín ─ dijo Pepe─ supimos que la lucha que se pierde es la que se abandona, pero también saber que no hay ningún final sino el camino mismo y que muchos arrimarán lo suyo y continuarán el camino de luchas.

“Querido pueblo gracias por tus abrazos. Gracias por tus críticas, gracias por tu cariño y sobre todo gracias por tu enorme compañerismo cada una de las veces que me sentí solo en el medio de la Presidencia. Si tuviera dos vidas las gastaría enteras por ayudar tus luchas, porque es la forma más grandiosa de querer que he podido encontrar a lo largo de mis casi 80 años”.

Pepe dijo adiós a la Presidencia, con una cifra récord de popularidad entre los uruguayos que ronda el 65% de aprobación a su gestión. No es para menos: la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la CEPAL, ha indicado que Uruguay es el segundo país de la región con menor índice de pobreza (7,5 %) y el primero con menores índices de indigencia (bajó de 4,7 en 2005 a 0,5 en 2014).

Durante el gobierno de Mujica se registró, además, un crecimiento real de los salarios y de las pensiones por jubilación, cercano al 23%. Se impulsaron mejoras importantes al sistema de salud, que permitieron darle cobertura médica a más de un millón 420 mil personas, de ellos 435 mil hijos de trabajadores (recuérdese que la población uruguaya es de poco más de tres millones).

También los obreros vieron respaldados sus derechos con la aprobación de la Ley que igualó las condiciones del sector doméstico a las del resto de los trabajadores. Se estableció una jornada de 8 horas, un régimen de descanso, cobertura social plena, y derecho al seguro de paro y de enfermedad.

En medio de todo esto fue célebre Pepe por su modesto hogar de puertas abiertas, donde vive desde hace más de una década con su esposa, la senadora Lucía Topolanski; por su andar sin escoltas en el viejo Volkswagen escarabajo, el mismo que se negó a vender pese a que un jeque árabe le ofertó un millón de dólares; por sus discursos conmovedores de hombre sabio; por las iniciativas uruguayas para despenalizar la interrupción del embarazo hasta la semana 12 de gestación, para legalizar la compra, venta y cultivo de marihuana bajo la supervisión del Estado o para aprobar el matrimonio igualitario; y también por esa manía de andar abrazando a Nuestra América en eso que llamamos integración.

El querido Pepe se aleja de la Presidencia, pero el Frente Amplio sigue comandando a un país que se ha convertido en referente de muchos. De nuevo vuelve Tabaré, un hombre digno. Y es este el pueblo de Pepe, el de Tabaré, el Uruguay a donde el mundo mira.

Y no es de extrañar entonces que Rafael Correa, el Presidente de Ecuador, diga que vamos a extrañar al Pepe o que el pueblo se reúna para despedirle en la Plaza de la Independencia, donde a más de uno se le desbordó la emoción cuando, como en una cancha de fútbol, se escuchó: olé, olé, olé, olé, Pepe, Pepe…

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