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CANCÚN, México, junio 20.— La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunció este martes ante la 47ma. Asamblea General de la OEA que en la organización hay una agenda oculta contra Venezuela que no tiene que ver con el diálogo, promovida por el titular Luis Almagro.
Rodríguez, cuyas palabras fueron transmitidas en distintos momentos en vivo por Telesur, dijo que se pretende inocular en Venezuela un conflicto interno, y sabemos —añadió— que la violencia sirve para detener el modelo de desarrollo por el que optó la nación a la llegada de Hugo Chávez y sigue defendiendo con el presidente Maduro. He ahí el plan perverso contra Venezuela, señaló.
Rodríguez, quien también respondió con argumentos a representantes de países como Perú, quien se volvió a pronunciar de manera injerencista contra la Asamblea Nacional Constituyente, exigió respeto a su país y a sus logros en materia de derechos humanos. «Les invito a que dejen de dar apoyo logístico y de financiar a los grupos violentos», señaló.
La titular ratificó que sería su última comparecencia ante la OEA, entidad de la que Venezuela anunció su retiro el pasado 27 de abril, y cuya Asamblea General debatía precisamente este martes una resolución que no lograron aprobaran los cancilleres la víspera y que, entre otras cosas, pide que un denominado grupo de acompañamiento siga la situación en el país.
El lunes, los países que buscan encabezar una resolución que tutele a Caracas, encabezados por Perú, retiraron el texto presentado antes en Washington y llevaron uno nuevo «pasado por agua», supuestamente menos agresivo.
Pero otra vez la actitud del Caricom, cuyos países volvieron a presentar su resolución de la cita anterior, y del ALBA, impidieron que el nuevo texto injerencista alcanzara los 23 votos necesarios.
De acuerdo con las normativas, en la sesión de este martes de la Asamblea General solo se necesitaban 18 votos para aprobar el texto. Pero según distintas agencias de prensa, los promotores —entre quienes también se cuentan México, Canadá y Brasil— se empeñaban en alcanzar los 23 votos de la mayoría absoluta.
De cualquier modo, Venezuela advirtió desde la víspera que nada de lo que la OEA acuerde será acatado por esa nación que, al marcharse con los pueblos, como reiteró este martes la Canciller, dejó diez resoluciones que buscan la reducción de la pobreza y de la inequidad, entre otros lastres que exhibe la región.
La víspera, el representante interino de Washington ante la OEA, Kevin Sullivan, declaró sin sonrojos, en conferencia telefónica desde Cancún, que su país buscaba una resolución de consenso sobre Venezuela que dejara claras las «preocupaciones» sobre «la crisis».
