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El nombre de una esperanza: Constituyente

Dos prestigiosos intelectuales dialogaron para Venezolana de Televisión sobre el valor de los próximos comicios que vivirá el hermano país, así como sobre retos que en el terreno político tiene ante sí la nación

Autor:

Alina Perera Robbio

CARACAS.— Como «elección excepcional» ha definido el eminente intelectual y político José Vicente Rangel lo que sucederá el próximo 30 de julio, cuando los ciudadanos salgan a ejercer su derecho al voto y lo hagan para elegir a los más de 500 hombres y mujeres que conformarán la nueva Asamblea Nacional Constituyente.

En su programa televisivo José Vicente Hoy, transmitido el 2 de julio por Venezolana de Televisión, el destacado periodista comentaba que la oposición —ejecutora de una saga de errores que incluyen haber colocado el centro de la dirección de su política en el exterior, lo cual la condujo fatalmente a la derrota apoteósica en la OEA— anuncia ahora que no solo se abstendrá en las elecciones sino que las saboteará y llamará a impedir por la fuerza el acto comicial. Lo otro que ha anunciado esa fuerza incapaz de hacer política es una huelga general y declararse en rebeldía frente al Estado y al Gobierno.

«Nunca se había visto en Venezuela, y creo que en el mundo —ha reflexionado Rangel— una acumulación de errores tan protuberantes por parte de la oposición. A cada error sigue otro, y así sucesivamente. ¿Puede llamarse oposición ese sector que opera en Venezuela manipulando desde el exterior, que reacciona con desesperación cada vez que se equivoca? Desde luego que no. Eso no es oposición, es la negación de lo que debe ser la oposición en una democracia, pero ese es precisamente el problema: que Venezuela carece de una oposición democrática seria, coherente, responsable. Desafortunadamente, pero es así».

Como ha dicho el pensador, «la actitud de la oposición ha llegado al límite de lo tolerable en una democracia. Es una oposición que actúa para derrocar un Gobierno legítimo, electo por el pueblo. El derecho a manifestar ha sido escogido como instrumento para desatar un terrorismo que Venezuela nunca había vivido (…). Ante este desafío, el Gobierno democrático y el Estado de Derecho están obligados a utilizar a fondo los recursos que la Constitución y las leyes de la República prevén en casos de emergencia. No auspicio la represión que entraña violación de derechos humanos, sino lo que la ley consagra para impedir que el delito se imponga y que factores antidemocráticos accedan al poder».

El espacio José Vicente Hoy contó este 2 de julio con un invitado especial: el constitucionalista y prestigioso analista político Germán Escarrá, «muy serio, muy responsable, y hombre de una gran capacidad intelectual», como ha afirmado desde su prestigio incuestionable, Rangel.

Escarrá, quien tomó parte en el primer proceso constituyente convocado por el Presidente Hugo Chávez, recordó que entonces hubo una situación de contradicciones, de debates, de más o menos las mismas afirmaciones de deslegitimar la Asamblea Constituyente, y que la oposición, como ahora, se había negado a participar. Pero lo distintivo del proceso actual, comentó, «es la violencia inusitada, a veces patológica, paroxística (de esa oposición)».

El analista advirtió que ahora «hay amenazas de todo orden, pero en un total desconocimiento de la catadura de nuestro pueblo. Yo de verdad no creo que con eso van a intimidar, no creo de ninguna manera que con ese tipo de mensaje de amenazas al pueblo de Venezuela impidan que las personas salgan a votar. El que quiere votar, el que quiere legitimar, el que quiere un cambio, el que quiere la paz, el que quiere el diálogo, va a salir con sus banderas, con su esperanza, con sus sueños».

Preguntas de Rangel

Es evidente —expresó José Vicente a Escarrá— que el dilema en este momento es votar o abstenerse. Si la oposición ganara en estas elecciones, ¿la Constituyente le daría el poder?

—Sin lugar a dudas, afirmó el entrevistado. Para él, el que gane la Asamblea Constituyente de conformidad con las normas, con los principios, con la naturaleza del proceso Constituyente, puede tomar una serie de medidas. Claro que no son absolutas, hay límites, pero sin lugar a dudas se trata de un suprapoder que está por encima de todo poder constituido, porque es un poder originario.

—¿Qué crees tú que inspira esa actitud de la oposición?, preguntó Rangel.

—En principio están en el concepto del Golpe de Estado, de las rupturas extraconstitucionales, de procedimientos obviamente violentos. Hemos llegado a lo que llaman los sicólogos un punto axial en la violencia. O sea, un punto de desafío, especialmente delicado.

Para el analista Germán Escarrá la oposición está conformada por varios sectores: «Hay un sector ciertamente patológico, un poco enfermo en su manera de visualizar los fenómenos políticos y el destino de la patria, y en su único y exclusivo deseo de que salga el presidente Maduro del poder a como dé lugar. (…) Hay otro sector un poco alocado en la manera de expresarse; y hay un sector que percibo mayoritario, que es un sector sensato, serio, que a partir de las diferencias tiene la disposición —pero no están empoderados en estos momentos de la cúpula de la oposición— de que nos entendamos, de que coincidamos a partir de las diferencias».

—Viendo la actividad de calle podemos llegar a la conclusión de que el sector serio, responsable, no ha jugado ningún papel en el propósito de controlar las manifestaciones, y por el contrario los radicales, los ultras, incluso en una alianza con el paramilitarismo, han tomado prácticamente la calle.

—Claro que (estos últimos) están previendo en estos momentos cómo mengua su fuerza inicial. Ellos mismos se han deslegitimado. Nosotros estamos en estos momentos, dolorosamente, estremecedoramente, con más de 70 víctimas, de las cuales hay tres quemadas en una conducta que nada tiene que ver con la tradición, con las costumbres, con la manera de ser de nosotros los venezolanos, y yo estoy seguro de que la inmensa mayoría no se identifica con ese tipo de conducta.

Escarrá no olvida que cuando los opositores ganaron el poder en la Asamblea Nacional, José Vicente Rangel les aconsejó que administraran su triunfo, que trabajaran por el país. Pero no hicieron caso del maravilloso consejo y por el contrario convirtieron la Asamblea en una especie de ring de boxeo, además de seguir en la búsqueda insolente, grosera, de desconocer al Presidente de la República.

Este 9 de julio se pone en marcha la campaña electoral con vistas a la Constituyente. El presidente bolivariano Nicolás Maduro ha expresado —y así lo ha hecho público la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) este 3 de julio— que la transformación de la economía venezolana, la derrota de agentes que promueven la violencia y el fortalecimiento del sistema de misiones y grandes misiones, son los temas que deben signar la agenda de debate de la Asamblea Nacional Constituyente.

Sus palabras fueron expresadas, según detalles ofrecidos por la AVN, durante un encuentro nacional con candidatos a constituyentes efectuado en la Plaza Bolívar de la capital. Maduro instó al pueblo a fortalecer, a través de la Asamblea, el modelo de equidad y justicia que le ha nacido a Venezuela en 18 años de Revolución Bolivariana.

«Ellos —dijo de la oposición— quieren un país de ricos y pobres. Nosotros queremos un país de iguales, de respeto al pueblo, de derechos sociales. Ellos quieren un país de ricos y pobres donde ellos sean ricos y poderosos, donde tengan las riquezas con el imperialismo. Nosotros queremos un país de iguales, de gente que trabaja, de gente que estudia, de gente culta, de gente que vive en armonía, en comunidad y en solidaridad».

En su entender la vía para tener igualdad, armonía y un país de futuro tiene nombre y apellidos: Asamblea Nacional Constituyente. Sobre quienes alegan que esa entidad de suprapoder eliminará la propiedad privada, el mandatario ha dejado claro que esa herramienta es libre, plural y abre un espacio para el diálogo.

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