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Se mueve el ajedrez de la península coreana

Los esfuerzos diplomáticos de Corea del Norte, y también los del Sur, siguen dando señales alentadoras a partir de los recientes encuentros entre las delegaciones oficiales de ambas partes

Autor:

Juana Carrasco Martín

Un sondeo de la CNN acaba de mostrar que el 62 por ciento de los estadounidenses encuestados están a favor de un encuentro entre los presidentes Donald Trump y Kim Jong Un, mientras solo un 31 por ciento desaprueban esa reunión entre los líderes de Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea (RPDC).

El muestreo, realizado entre el 22 y el 25 de marzo, supera al que realizara Politico/Morning Consult a comienzos de ese mes, el cual arrojó que la aprobación de ese encuentro sin precondiciones era del 41 por ciento.

Esa diferencia de más de 20 puntos en la anuencia al paso diplomático tiene mucho que ver con la tensa situación entre Washington y Pyongyang, incrementada peligrosamente el pasado año cuando, además de las declaraciones amenazantes, ambos mandatarios intercambiaron epítetos insultantes que caldearon aún más el ambiente.

Incluso el 23 de febrero de este 2018, Washington impuso nuevas sanciones contra barcos, compañías navieras y empresas comerciales norcoreanas para añadirlas a las ya en curso e imprimir así más presión sobre la nación asiática, en el intento de doblegarla sobre el programa de pruebas nucleares y de misiles balísticos con los que Pyongyang reta a Estados Unidos y los aliados de este en la región.

En el plan de castigo impuesto por la administración estadounidense estuvo también rechazar la iniciativa diplomática de Rusia y China, del pasado enero, de una «doble congelación» para que    EE. UU. y sus aliados cesen todos los ejercicios militares más importantes en la región a cambio de que Pyongyang suspenda su programa nuclear.

Esta alternativa podría abrir un camino a la distensión, pero Washington apostaba por la escalada de las divergencias y Rusia advirtió a comienzos de año que una total prohibición de las exportaciones de petróleo hacia Corea del Norte sería interpretado por el Gobierno de Pyongyang como una declaración de guerra, porque «significaría un completo bloqueo a la RPDC».

Aunque las amenazas washingtonianas continuaron, Trump estuvo de acuerdo, a comienzos de este marzo, con  encontrarse con Kim luego que una delegación de Corea del Sur visitó el Norte de la península. Dicha cita —de producirse—, se convertiría en todo un acontecimiento histórico, pues estaríamos en presencia de la primera vez que los máximos dirigentes de esas naciones se reúnen.

Pero algunos analistas temen que pueda detener ese propósito la designación de uno de los más feroces halcones de este tiempo, John Bolton, como consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, quien hace poco más de dos semanas escribió en The Wall Street Journal: «Es perfectamente legítimo que Estados Unidos ataque primero para responder a la “necesidad” (de defensa propia) que presentan las armas nucleares de Corea del Norte».

Sin embargo, los esfuerzos diplomáticos de Corea del Norte, y también los del Sur, siguen dando señales alentadoras a partir de los recientes encuentros entre las delegaciones oficiales de ambas partes.

También la pasada semana, otra información agregaba esperanza cuando el sudcoreano Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) ofreció un informe a un comité de la Asamblea Nacional en el que consideran que «Corea del Norte está fuertemente comprometida con el diálogo y también comprometida con la desnuclearización».

Según comentaba antiwar.com, «esta evaluación optimista de la NIS subraya la enorme cantidad de avances en los últimos meses, a partir de los Juegos Olímpicos». Recordemos que la delegación norcoreana que asistió a la competencia mundial de invierno invitó a visitar Pyongyang al presidente sudcoreano Moon Jae-in, quien tiene una posición a favor de la diplomacia, y ese viaje estará ocurriendo este mes de abril.

De hecho, los Gobiernos del Norte y del Sur anunciaron la pasada semana que la reunión entre Kim y Moon ocurrirá el 27 de abril en la Casa de Paz del poblado de Panmunjom, en la frontera de ambas naciones.

En el ajedrez que se juega en un intento por alcanzar una convivencia pacífica en la región, estos días de buenos augurios trajeron, además, las conversaciones sostenidas el martes 27 de marzo en Beijing por Kim Jong-un y el presidente chino Xi Jinping.

Xinhua reportó que tras este encuentro, Kim indicó: «Es nuestra consistente posición estar comprometidos con la desnuclearización en la península» y agregó que esa cuestión «se puede solucionar, si Corea del Sur y Estados Unidos responden a nuestros esfuerzos con buena voluntad, crean una atmósfera de paz y estabilidad mientras toman medidas progresivas y sincrónicas para la realización de la paz».

Pero, esta semana inició en la península con nuevos ejercicios militares de EE. UU. y la República de Corea, que contó con el rechazo de ciudadanos de Seúl.

Ojalá Bolton y los fanáticos de la guerra no puedan mover sus piezas y que esta partida esencial resultara en tablas, con la cual ganarían la paz y la tranquilidad en esa caldeada región. Aunque, cuidado con ser tan optimistas.

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