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SEÚL, agosto 28.— La tercera cumbre intercoreana se mantiene prevista sin cambios para septiembre próximo —confirmó el Gobierno de Corea del Sur—, pese a la cancelación de la visita del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, a la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
Según declaró el portavoz de la oficina presidencial sudcoreana, Kim Eui-kyeom, la reunión entre su mandatario Moon Jae-in y el líder del Norte, Kim Jong-un, no se verá afectada por la cancelación del viaje del secretario de Estado Mike Pompeo, destacó PL.
El pasado viernes el presidente estadounidense Donald Trump pidió a su secretario de Estado suspender la visita a la RPDC «por sentir que no están progresando lo suficiente» con respecto a la desnuclearización.
Para el Gobierno sudcoreano, la cancelación del viaje de Pompeo fue «desafortunada» debido a la importancia de ese hecho para contribuir al «progreso sustancial» en el establecimiento de un régimen de paz permanente en la península, cita la agencia Yonhap.
En tanto, este martes Estados Unidos anunció que reanudará los ejercicios militares en la península coreana, considerados por Pyongyang como una provocación y contrarios a los esfuerzos de paz, informó el secretario de Defensa, James Mattis.
El Pentágono dio el paso de suspender tales maniobras como una medida de buena voluntad tras la cumbre el pasado 12 de junio en Singapur entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, pero no tenemos planes de hacerlo con ninguna más, manifestó Mattis a periodistas, aunque no se refirió a la fecha exacta de reanudación de los entrenamientos.
Vamos a ver cómo van las negociaciones y entonces calcularemos el futuro, cómo avanzamos, todos sabemos la gravedad del asunto que estamos tratando, comentó.
No obstante, Seul aprobó un incremento del fondo de cooperación intercoreano en 14,3 por ciento interanual, en 2019, para impulsar el clima de distensión en la península. Seúl aseguró que el uso de esos recursos dependerá, en gran medida, del avance y los esfuerzos por la desnuclearización de la península, objetivo con el que también se ha comprometido Pyongyang, sin aceptar presiones foráneas, sobre todo de EE. UU.
