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Una mujer pasa junto a las huellas inevitable de la guerra en zonas destruidas de Alepo. Autor: AP Publicado: 29/08/2018 | 07:35 pm
Lejos del fragor de los remanentes campos de batalla de Siria, el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) traman acciones que impidan el final de la guerra, con riesgo para la estabilidad mundial.
Ante la recuperación del control de la mayor parte del país por el ejército sirio al mando del presidente Bashar al Assad, con el apoyo oficial de Rusia e Irán, Washington y su aliado israelí no se resignan al fracaso de sus planes de cambio de régimen en Damasco.
Una oportuna voz de alerta del mando militar ruso sacó de paso la movida diseñada por la administración del presidente Donald Trump para prolongar el conflicto.
El último fin de semana, la inteligencia militar de Rusia, cuya eficacia permitió a los defensores de la soberanía siria inflingir una derrota tras otra a los terroristas y sus aliados, develaron la preparación por parte de Estados Unidos una provocación con armas químicas para acusar al Gobierno sirio.
Desde Moscú, el mayor general Igor Konashenkov, denunció que se planea realizar un ataque químico en el municipio sirio de Kafr Zita, provincia de Hama.
La idea no es nueva. Se trata de repetir el escenario montado en Guta Oriental hace poco o en Alepo hace un año, para dar una respuesta «dura y contundente».
El objetivo evidente es impedir que el Ejército sirio conquiste Idlib, en el noreste del país, último bastión de los terroristas y sus aliados occidentales y regionales, que ven esfumarse el sueño de una Siria fragmentada, débil y fácil de someter.
Numerosas bandas armadas islamistas, obedientes a diversos financistas externos interesados en controlar recursos y posiciones geopolíticas de valor estratégico, se han atrincherado en Idlib y rechazan deponer las armas.
En respuesta, mientras acumula tropas y medios de combate en las cercanías para una batalla final, el Ministerio de Defensa sirio aseguró que, sí o sí, esta zona también será liberada del yugo yihadista.
«Idlib será liberada por la fuerza o por acuerdos bilaterales», ha afirmado el ministro de Defensa de Siria, Ali Abdullah Ayyub.
La revelación rusa de los planes del Pentágono no tardó en ser confirmada. Un reporte de la oficina del senador Ron Paul, en Washington, alertó que los «neoconservadores» siguen con su obsesivo plan de cambio de régimen en Siria.
El Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, de hecho reclama un «ataque químico» en Siria para justificar lo que prometió sería un ataque masivo de Estados Unidos a Damasco, dijo el informe que Paul publicó en su sitio Liberty Report.
El mayor general ruso, Igor Konashenkov, expuso las preocupantes señales de una acumulación militar estadounidense alrededor del área.
Al respecto apuntó la llegada al Mediterráneo de un destructor de misiles guiados. La nave está armada con 28 misiles de crucero Tomahawk, iguales a los que Estados Unidos usó en sus dos últimos ataques contra Siria.
Funcionarios estadounidenses rechazaron los informes rusos como «propaganda», pero también dijeron que se están preparando por «si el Presidente ordena tal acción».
Informes previos sobre preparativos de un ataque de bandera falsa obligaron a las fuerzas especiales británicas desplegadas en la región a mover tanques de cloro a áreas controladas por los rebeldes.
El material químico sería utilizado en un ataque con cloro gaseoso, que proporcionaría a EE. UU. el pretexto para atacar objetivos militares sirios.
Mientras tanto, el enviado de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, planea reunirse con representantes de Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudita, Jordania, Alemania, Francia y Egipto el 14 de septiembre, dos días después de encontrarse con autoridades de Rusia, Turquía e Irán los días 11 y 12 del mismo mes.
Según Alessandra Vellucci, portavoz de la ONU, «va a ser una oportunidad para debatir el camino a seguir en el proceso político».
Ante esa perspectiva, los planes militares de Estados Unidos y sus aliados reflejan una situación desesperada, que por el momento la alerta rusa al parecer consiguió contener.
