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La voluntad soberana de Venezuela prevalecerá frente a la intervención imperialista

En dos oportunidades, Anayansi Rodríguez Camejo, representante permanente de la Isla ante la ONU hizo uso de la palabra para condenar la agresión contra Venezuela y alertar de las amenazas que desde el norte del continente se ciernen contra América Latina y el Caribe

Autor:

Juventud Rebelde

Intervención de la Embajadora Anayansi Rodríguez Camejo, Representante Permanente de Cuba ante la ONU, en el Consejo de Seguridad.

Señor Presidente:

América Latina y el Caribe es hoy escenario de persistentes amenazas, incompatibles con la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz firmada por los Jefes de Estado y Gobierno, en la 2da. Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en enero de 2014.

Este compromiso implica respetar plenamente los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos.

La actual administración estadounidense ha proclamado la vigencia de la Doctrina Monroe y en un nuevo despliegue de su política imperial en la región, amenaza con especial saña a Venezuela y declara disponer de «todas las opciones sobre la mesa».

La región se asemeja a una gran pradera en tiempos de sequía. Una chispa pudiera generar un incontrolable incendio que dañaría los intereses nacionales de todos.

Señor Presidente:

Lamentamos que el Gobierno de los Estados Unidos pretenda utilizar al Consejo de Seguridad para legitimar la campaña internacional contra el gobierno constitucional presidido por Nicolás Maduro Moros.

La principal amenaza a la paz y a la seguridad en América Latina y el Caribe es el hostigamiento de Estados Unidos y sus aliados a la República Bolivariana de Venezuela, en un abierto desconocimiento a la voluntad popular y a la institucionalidad de ese país, expresada en las elecciones del 20 de mayo de 2018 de las que se autoexcluyó la oposición venezolana.

Reiteramos nuestro absoluto respaldo a la Revolución Bolivariana y chavista, a la unión cívico-militar del pueblo venezolano y a su gobierno legítimo y democrático, conducido por el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros.

Condenamos enérgicamente el intento de imponer a través de un golpe de Estado un gobierno al servicio de los Estados Unidos en Venezuela y los recurrentes llamados a los militares bolivarianos para que se sumen a esta embestida.

La soberanía de nuestros pueblos se dirime hoy en la actitud ante Venezuela. Respaldar el legítimo derecho de la hermana nación a definir su destino es defender la dignidad de todos.

Señor Presidente:

No deben olvidarse otros intentos como el golpe militar del 2002 y el golpe petrolero del 2003, la agresiva Orden Ejecutiva de los Estados Unidos que califica a Venezuela como «una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior» de la superpotencia, las medidas coercitivas unilaterales, el llamado a un golpe militar contra el Gobierno constitucional de Venezuela, la advertencia del Presidente de los Estados Unidos de utilizar «una posible opción militar» y el intento de magnicidio el pasado 4 de agosto contra el Presidente Maduro.

Señor Presidente:

Los actos de un grupo de países y el vergonzoso papel de la OEA constituyen un nuevo y desesperado intento por aplicar una fracasada política de cambio de régimen, que ha sido frustrado una y otra vez por la inquebrantable resistencia del pueblo venezolano y su voluntad de defender la soberanía nacional.

Reafirmamos el respeto inquebrantable a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, a la soberanía e integridad territorial de los Estados, el no uso o amenaza de uso de la fuerza en las relaciones internacionales y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados.

La voluntad soberana del pueblo de Venezuela prevalecerá frente a la intervención imperialista. La historia juzgará a quienes alientan y reconocen la usurpación golpista.

Muchas gracias.

Réplica de la Embajadora a las intervenciones de la delegación de EE. UU. en el Consejo de Seguridad.

Señor presidente:

Hemos solicitado nuevamente la palabra  para responder a las calumniosas intervenciones del Secretario de Estado de los Estados Unidos Michael Pompeo y del Sr. Elliot Abrams, que reitero, rechazamos categóricamente. Ambos mienten deliberadamente e ignoran que la República Bolivariana de Venezuela es una nación libre, independiente y soberana que toma sus propias decisiones.

En respuesta, solo me atrevo a preguntar al Secretario de Estado de los Estados Unidos o a su representación en esta sala, si no es cierto que la pretensión de imponer a los venezolanos un Presidente ilegítimo que nadie conocía hasta hace pocos días, fue orquestada e impulsada desde Washington; si no fue su Gobierno el que organizó e inmediatamente reconoció a la junta golpista que por pocas horas tomó el poder en Venezuela en abril de 2002, al costo de muchas vidas; si no es su Gobierno el que durante años ha impuesto a Venezuela una incesante guerra económica dirigida a dañar el nivel de vida de la población, coartar sus potencialidades de desarrollo y provocar el sufrimiento y la inestabilidad social.

Debería la delegación de los Estados Unidos aclarar si no fue su Gobierno el que saboteó deliberadamente las perspectivas de una solución negociada en República Dominicana, cuando el Gobierno bolivariano y representantes de la oposición se aprestaban a ratificar un arreglo negociado mutuamente aceptable.

Debería aclararles a quienes hoy alientan la violencia cuál será su actitud, qué responsabilidad asumirán, si sus actos irresponsables llegan a provocar un escenario de inestabilidad descontrolada para Venezuela y para toda la región, de la que los pueblos serán las víctimas.

La cooperación solidaria de Cuba con Venezuela, como la que presta en casi todos los países de América Latina y el Caribe, y muchos otros del llamado Tercer Mundo, se dedica a contribuir con servicios esenciales para la vida, sobre todo la salud y la educación. Eso lo conocen todos los que están aquí, incluidos los representantes de los Estados Unidos. Lo reconocen esta organización y muchas agencias especializadas del sistema.

Hablar lo contrario, como hizo esta mañana el Secretario de Estado, manifiesta un burdo asalto a la verdad y demuestra el poco respeto que tiene su gobierno hacia este Consejo, hacia las Naciones Unidas. 

Venezuela no es ni podría ser un satélite de nadie. Cuenta con sus propias instituciones y con un pueblo que respalda en abrumadora mayoría a la revolución bolivariana y chavista y a su presidente constitucional Nicolás Maduro Moros.

Reiteramos que la principal amenaza a la paz y a la seguridad en nuestra región es el intervencionismo de Estados Unidos, el retorno a la Doctrina Monroe, y el hostigamiento a la República Bolivariana de Venezuela con el declarado propósito de un cambio de régimen y con el objetivo imperialista de saquear la primera reserva de petróleo del mundo.

Recordemos que Estados Unidos, no Cuba, estableció dictaduras militares y organizó sangrientos golpes de Estado en América Latina. Es el Gobierno estadounidense, no el cubano, el que interviene sin escrúpulos en los procesos electorales y en los asuntos internos de la mayoría de los Estados del planeta, trata de derrocar por la fuerza al legítimo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y utiliza contra ella una brutal campaña de difamación y la amenaza militar, mientras llama a la violencia y al golpe de Estado.

Revise la historia señor Secretario de Estado Michael Pompeo y no culpe a otros por las pretensiones de Estados Unidos de ejercer su dominación imperial en nuestra América, invocando nuevamente la vetusta, agresiva y peligrosa Doctrina Monroe y la diplomacia de las cañoneras.

Muchas gracias.

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