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Las marcha indígena no para. Autor: Twitter de Conaie Publicado: 09/10/2019 | 09:30 pm
QUITO, octubre 9.— El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, seguía recibiendo el repudio de miles de manifestantes que pedían su salida del Gobierno cuando se reportó su regreso a la capital este miércoles, presuntamente, para iniciar conversaciones con representantes de los inconformes, mientras el ejército se mantenía en las calles y advertía que no se responsabilizaba de lo que ocurriera si había hechos violentos.
Las protestas se iniciaron una semana atrás contra el paquetazo neoliberal implementado por Moreno a cambio de un empréstito del FMI por 4 000 millones de dólares, lo que fue respondido por el mandatario con la declaración del estado de emergencia y la salida de los militares a las ciudades.
El Presidente, quien había trasladado el ejecutivo a Guayaquil el lunes ante la esperada llegada al Palacio de Carondelet de 20 000 indígenas movilizados por la Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas), fue seguido hasta Guayaquil por decenas de miles de manifestantes y regresó a la capital este jueves, presuntamente, para emprender negociaciones.
La Conaie, uno de los sectores que con más fuerza rechaza el paquetazo y pide la salida de Moreno, negó, sin embargo, que estuviera negociando, y algunos de sus líderes reiteraron que «se mantendrán en la movilización hasta que se derogue el Decreto 883 que eliminó el subsidio a los combustibles», según un mensaje en Twitter que citó al prefecto de Azuay, Yaku Pérez, y lo reflejó en imágenes al momento de ingresar «con la multitudinaria marcha indígena a la Plaza de Santo Domingo», explicó el tuit.
La suspensión de los subsidios a los combustibles estaba vigente hace 40 años y fue la primera medida del paquete «recetado» por el FMI, lo que ocasionó el aumento en los precios del transporte público, algo que inevitablemente repercutirá en el precio de los alimentos.
Pero el paquetazo incluye además reformas laborales y tributarias, y expertos advierten que serán muchas más, para responder al acuerdo firmado en marzo con el Fondo Monetario en busca de la reducción del déficit fiscal. Contempla también la eliminación o reducción de aranceles para equipos y materias primas agrícolas e industriales y la importación de celulares y computadoras y la renovación de contratos de trabajo ocasional con una baja del 20 por ciento de los salarios.
Además, están en el paquete reformas denominadas estructurales como un nuevo impuesto por tres años a empresas con ingresos anuales superiores a diez millones de dólares; impuesto a la renta única para el banano y la reducción de las vacaciones para empleados públicos de 30 a 15 días al año, excepto para personal de fuerzas de seguridad y de servicios sociales, entre otras decisiones que también tocan el sistema previsional o de jubilaciones, e incluyen el anuncio de que el año próximo, Ecuador se retirará de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), dijo el sitio digital El Economista.
La movilización, con resortes económicos y un componente eminentemente social, parecía querer ser aprovechada, sin embargo, por políticos desacreditados de la derecha y lo que la Revolución Ciudadana llamó «la vieja partidocracia», a tenor con los llamados del expresidente depuesto e inhabilitado Abdalá Bucaram a apoyar al ejecutivo de Moreno, y los formulados por el guayaquileño Jaime Nebot, quien exhortó a trabajar «por la democracia».
Ello hacía reflexionar a algunos analistas sobre el giro que podrían tomar las cosas si, por la presión popular, se diera un vacío de poder.
En un mensaje dado a conocer en las redes sociales, artistas e intelectuales ecuatorianos dijeron que la protesta «muestra el profundo descontento no solo de los pueblos indígenas como protagonistas, sino del conjunto del pueblo ecuatoriano que sufre los golpes de una política económica excluyente e inhumana impuesta por el FMI», y advirtieron que para establecer un diálogo serio y confiable es preciso suspender el paquete económico, el levantamiento del estado de excepción y del toque de queda, el repliegue de las fuerzas armadas y policiales, y el cese de la represión.
Por su parte, el expresidente Rafael Correa, perseguido por la justicia de su país y quien se encuentra en Bélgica, se pronunció por un adelanto de las elecciones.
«Aquí no hay golpismo. Los conflictos en democracia se resuelven en las urnas y es precisamente lo que pedimos», aseveró por medio de un video publicado en las redes sociales.
Entrada la tarde, mensajes ciudadanos en Twitter aseveraban que las marchas en Quito rompieron los bloqueos policiales y protagonizaban protestas en las inmediaciones del Palacio de Carondelet —donde no se sabía si ya se encontraba Moreno—, y representantes de clases acomodadas marchaban vestidos de blanco en Guayaquil, a favor del mandatario.
