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Calor intenso sin precedentes amenaza la biodiversidad australiana

La ola de altas temperaturas además ha provocado incendios que a su vez han dejado por el momento ocho muertos, evacuaciones y destrozos

Autor:

Juventud Rebelde

CANBERRA, diciembre 25.- Australia sufre hoy de muy altas temperaturas de hasta 48 grados centígrados en lugares como Horsham o Hopetoun, en el sur del país, y múltiples usuarios en la red social Twitter muestran cómo el calor intenso permite hasta freír un huevo poniendo la sartén en el suelo de cualquier calle.

Al mismo tiempo, Sydney ha vivido una pesadilla. Nubes de humo tóxico tiñen con ceniza el cielo de la ciudad. Durante los días más críticos no se podía ver dónde acababan los rascacielos del distrito financiero y se suspendieron los trayectos en ferry.

He leído que salir a la calle es como fumar tres paquetes al día –afirma Ronnie Chu, el mánager de la terraza del Museo de Arte Contemporáneo, en el corazón de Syndey–. Es terrible, comenta. Cuando el verano ocurre en el hemisferio sur es invierno en el norte. Se conoce como verano meridional.

En el oeste de Nueva Gales del Sur los bomberos luchan contra uno de los incendios más violentos. En Gospers Mountains y el Wollemi National Park ya se han consumido casi medio millón de hectáreas y desde el último sábado los cuerpos de extinción se centran en paralizar una lengua de fuego que amenaza la central térmica de Mount Pipper.

Según Angela Burford, portavoz del Servicio Rural de Incendios, se trata de una oleada de fuegos sin precedentes, con altas temperaturas y rachas de viento que se retroalimentan creando un tornado destructivo.

Se ha declarado el estado de emergencia con 73 focos activos en todo el país, 28 de ellos descontrolados; 873 casas quemadas y 2 000 efectivos desplegados. Hasta ahora han muerto ocho personas. Se han calcinado más de tres millones de hectáreas, una superficie similar a la de Bélgica, reseña el diario La Vanguardia.

Las olas de calor de esta primavera, combinadas con la sequía y el calentamiento global, son las principales amenazas para la biodiversidad australiana. Este diciembre se han batido récords al alcanzarse los 48 grados.

En Victoria, el estado más meridional, Bill Wallace, un agricultor y conservacionista, denunció que las cacatúas caían desplomadas de los árboles. Por eso, desde las universidades y sectores sociales piden una reducción drástica de los gases invernadero antes de 2050.

Sin embargo, el primer ministro, Scott Morrison, del Partido Liberal, minimiza públicamente las consecuencias del cambio climático, al considerar que es solo uno de los factores de los incendios. Morrison está siendo criticado por haberse tomado unos días de vacaciones en Hawái en plena crisis.

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