Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Elecciones... ¿para qué?

Autor:

Nyliam Vázquez García

A escasas horas de las elecciones, Afganistán vive una espiral de violencia que parece incontenible. La inseguridad se respira en las calles de la empobrecida nación, tras casi ocho años del comienzo de «la cruzada contra el terrorismo» de Mr. Bush. Los más pequeños no conocen otra cosa que la agitación constante, el estruendo de disparos aquí y allá, la falta de servicios básicos, la corrupción, el miedo. Pocos confían en los resultados de los comicios.

Unos 17 millones de afganos tienen derecho a acudir a las urnas para decidir quién los representará y le hará frente a la complicada situación durante los próximos cinco años. Sin embargo, la comisión electoral afgana ha reconocido que al menos 700 centros electorales no podrán abrir las puertas por falta de seguridad, aunque el gobierno ha incrementado las fuerzas policiales en 15 000 miembros y Estados Unidos y el resto de países ocupantes han enviado más de 20 000 soldados adicionales. Al parecer el rimbombante despliegue no es suficiente y no pocos sondeos auguran altos índices de abstención.

Hamid Karzai, vencedor de aquellas elecciones títeres de 2004, es el principal candidato para estos comicios. Su propósito es la reelección y aunque existen más de 40 aspirantes, solo otros dos tienen algún peso: el antiguo ministro de Finanzas, Ashraf Ghani, y el ex ministro de Exteriores, Abdullah Abdullah. Sin embargo, lo más dramático es que los electores sienten que el futuro presidente no depende tanto de su opinión como de las necesidades de Washington.

Los comicios coinciden con un cambio de mando en la Casa Blanca. El propio Barack Obama ha lanzado una campaña de «compromiso con el conflicto» para poner fin a la intervención. Pero los hechos apuntan a una nebulosa total en torno a la retirada militar y la transferencia de poder. Mientras, las familias se empeñan en complicados actos de magia para llevar algo de comida a los platos de su casi siempre abultada prole. La pobreza corroe el día a día.

Gul Makai, una mujer afgana entrevistada por el corresponsal del diario El País, ofrece el mejor retrato de la nación ante la inminencia de las elecciones. Ella se explica de manera simple y desgarradora el conflicto que viven, le resta importancia a los enemigos declarados.

«Es imposible que los talibanes regresen a Kabul. Los americanos ganarán la guerra cuando se den cuenta de que no hay talibanes, solo pobreza que empuja a la gente a luchar».

Al ser interrogada sobre sus expectativas con vistas a los acontecimientos del próximo 20 de agosto, apuntó esta madre de 13 hijos: «Aquí, en Afganistán, los ministros comen primero y después piensan en los demás».

Ante tal panorama estos son los sufragios más complejos a los que se ha enfrentado la nación. Habrá que esperar los resultados, aunque a quienes más afectan no les importe tanto. Sienten que no servirá de mucho. La paz continúa siendo una quimera.

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